La gota es una enfermedad reumática (provocada por el acúmulo de los cristales de urato en las articulaciones) que está incrementando de forma paralela al envejecimiento de la población por un aumento en la expectativa de vida. En España se estima que la prevalencia de esta enfermedad se sitúa en el 2,4% de la población adulta, lo que supone cerca de 880.000 personas afectadas en nuestro país, según el estudio EPISER. “Pero, con un buen control y un manejo adecuado esta enfermedad se puede curar”, según ha puesto de manifiesto el Dr. Fernando Pérez Ruiz, reumatólogo del Hospital Universitario Cruces, en el marco del XLVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología (SER), celebrado del 20 al 24 de octubre vía on-line.
Durante este encuentro, que reunió a más de 1.500 asistentes, se presentó la nueva ‘Guía de práctica clínica para el manejo de los pacientes con gota’ de la SER que era necesario actualizar, a juicio del Dr. Pérez, porque “había información nueva que añadir a la guía anterior en cuanto a posicionamientos de tratamientos, empleo de técnicas de imagen o manejo en situaciones clínicas especiales, concretamente en un entorno de riesgo o evento cardiovascular”. Entre sus novedades destaca la inclusión del papel de los profesionales de Enfermería, la opinión de los pacientes, la carga de la enfermedad en España, el empleo de combinaciones de medicamentos, el manejo en situación de enfermedad renal, trasplante y diálisis o el manejo en el paciente con patología o riesgo cardiovascular.
No obstante, hay que ser optimistas, ya que según un trabajo de la Sociedad Española de Reumatología se ha observado una mejora sustancial del 50% en cuanto al tratamiento en diana terapéutica en la última década. Por tanto, en opinión del especialista, “el objetivo es conseguir una atención de excelencia y posicionar a la Reumatología como referencia para el manejo de la enfermedad, especialmente en situaciones clínicas complejas y en pacientes pluripatológicos”.
Complicaciones en el manejo en pacientes de mayor edad Cada vez es más frecuente que los pacientes con gota sean personas mayores y con múltiples enfermedades; además, este grupo poblacional es especialmente frágil por su susceptibilidad a presentar más dificultades o complicaciones de manejo. Por ello “hay que ser especialmente sensibles en cuanto al manejo excelente de este tipo de pacientes”.
Respecto al tratamiento, según el Dr. Pérez, los últimos datos sugieren que “al menos dos tercios de los pacientes en manos de los reumatólogos mostraban un control adecuado, aunque la cifra real puede ser mayor si solo se tuvieran en cuenta los pacientes que realizan de forma adecuada el tratamiento prescrito”. No obstante, apunta alguna mejora que se debería llevar a cabo como “empoderar a los pacientes para que participen en las decisiones y en la responsabilidad del manejo de su enfermedad, especialmente en aquellas medidas que mejoren la adherencia al tratamiento”.
Guía ‘Aprendiendo a convivir con la gota’ También se ha presentado la guía ‘Aprendiendo a convivir con la gota’ que recoge información sobre la enfermedad, el diagnóstico y el tratamiento; además incluye consejos sobre cómo manejar esta patología en el día a día y otros recursos de utilidad.
Se puede vivir bien con gota y cuando la persona logra controlar la enfermedad pueden mejorar sus síntomas y su calidad de vida. Lo más importante es seguir las recomendaciones farmacológicas, los controles habituales en las consultas de Reumatología y Atención Primaria y evitar situaciones de estrés. Los consejos que se recogen en este documento pueden ayudar a los afectados, “pero en ningún caso podrán sustituir a los medicamentos que se le recomiendan en consulta”, precisa el especialista.
Dieta y ejercicio físico Además de la importancia de mantener una adecuada hidratación, no fumar y evitar el consumo de bebidas alcohólicas, en esta guía se incluyen también consejos sobre la alimentación y el ejercicio.
En este último sentido, en el momento agudo, por ejemplo, cuando la articulación está inflamada, se recomienda no realizar ejercicio y mantener en reposo dicha articulación. Una vez se haya resuelto dicho cuadro inflamatorio se deberá incorporar el ejercicio monitorizado que ayude a mantener un peso ideal, como puede ser la carrera continua, evitando el asfalto, la bicicleta estática o la natación.
Respecto a la alimentación, en esta guía se insiste en que las medidas dietéticas en la gota tienen un papel “modesto” en el control del ácido úrico, pero puede ayudar a que la enfermedad tenga una mejor evolución. Efectivamente, hay alimentos que son más ricos en ácido úrico (purinas de origen animal) y que se deben tomar con moderación, lo mismo que las bebidas edulcoradas y alcohólicas. “Pero si se hace un consumo moderado de estos alimentos en su cantidad y en su frecuencia, se puede llevar una dieta equilibrada y completa”, recuerda el Dr. Pérez.
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