Con la llegada de la noche del día 5 al 6 de enero, se produce un fenómeno: es momento de recordar, para tomar fuerzas e ilusionarse. Los Magos de Oriente, que nuestra cultura humanística, ha calificado como Reyes, hace 2021 años, emprendieron un largo viaje desde sus países originarios, hasta llegar a la ciudad de Belén, para rendir tributo y adoración al Rey de Reyes, al Hijo de Dios, hecho Niño y llamado Jesús. Hasta sus palacios, les había llegado un mensaje: seguid a la Estrella, que os llevará, a una casa sencilla, dónde ha venido al mundo el Hijo de Dios. Y comenzaron a caminar, siguiendo la Estrella.
La ciencia, y en especial la “astronómica”, hoy nos descubre que la conjunción de dos Planetas, dio lugar a la “Estrella de Belén”, y que gracias a su posición en el firmamento, la “luz” de la supernova, brilló de forma diferente, sirviendo de guía, sobre todo, a los que la seguían. Dios, en su grandeza, hizo que los planetas, se pusieran en órbita, y con su fuerza, provocó que los Magos, descubrieran la maravilla de la nueva “estrella”. Y fueron obedientes, ya que siguieron lo que Dios les había sugerido, a través del estudio y la observación del firmamento.
Hicieron sus cálculos, cogieron provisiones para el camino y las ofrendas que le llevarían al Hijo de Dios. Partieron con sus caravanas, al encuentro del Autor de la Vida. Con ellos, llevaban unos sencillos tributos: el preciado oro, que sería como reconocimiento de la realeza del Niño; el aromático incienso, que se traduciría en dejar constancia de la Divinidad de Jesús; y la balsámica y relajante mirra, indicando su pertenencia a la calificación de Hombre, de ser Humano.
Con el paso del tiempo, la Epifanía, se convertirá en el momento en que se manifiesta el Hijo de Dios a todos los hombres. Y será cuando entre unos y otros, se hagan regalos, recordando lo que los Reyes Magos, entregaron a Jesús. Se ponía, así, la guinda, al conjunto de fiestas que los fieles cristianos celebraban -y celebran- a lo largo de los siglos, reconociendo la grandeza de Dios y de su Hijo, que se había hecho Niño, y que desde la sencillez, la humildad, la ausencia de riquezas, se había manifestado al conjunto de la Humanidad.
Pero, ¿qué sucederá, en ésta noche tan mágica del año 2021? Pues la respuesta es sencilla: que los Magos nos seguirán visitando, con ese mensaje de Paz, Amor y Prosperidad para los días venideros. Es cierto que hemos vivido, en el pasado, un año horrible. La pandemia del COVID19, nos ha cambiado nuestras formas de vivir y celebrar eventos. Ahora debemos ser más observadores con las medidas de higiene, protegiéndonos convenientemente, ante los peligros del virus y de la pandemia que conlleva. Debemos mantener en nuestro recuerdo a los que nos han dejado, pero también hemos de ser firmes con nuestra vida diaria, no permitiendo que nos asusten, nos metan miedo y haciendo lo que se nos sugiere, siempre desde la libertad más plena. Que nada ni nadie, nos imponga lo que hemos de hacer con nuestra vida. Somos los dueños de la misma, y desde la libertad, vivir y actuar.
Pensemos siempre, que el 2021 será mucho mejor para todos, porque la fuerza del pensamiento común, nos hará fuertes frente a las adversidades que nos puedan aquejar, afrontándolas mucho mejor, siempre convencidos de salir victoriosos. Debemos apostar siempre por la cultura de la vida, y no por la de la muerte, como hacen desde los poderes públicos determinados gobiernos y estados. Nuestras bajas tasas de natalidad, nos deben hacer pensar, que para seguir viviendo, necesitamos nacimientos, nuevos seres que serán siempre la alegría de nuestras casas y hogares, igual que los mayores, que con su sabiduría, serán los mejores consejeros y compañeros en nuestro viajar diario.
Debemos oponernos a toda acción represiva, que coarte nuestra libertad tanto de pensamiento como de forma de obrar. Somos seres libres, porque el que nació en Belén hace 2021 años, así nos dijo: “sois libres porque vuestro Padre, os hizo libres”. La libertad, se gana día a día, construyendo con todos, ese mundo que nos gustaría tener, sin guerras, pandemias, odios, rencillas, enfrentamientos varios. Que todos tengamos cubiertas nuestras necesidades, casa, trabajo, familia, hogar, alimentación. Que seamos más solidarios que nunca, como ya lo hemos demostrado. Practiquemos los buenos hábitos: lectura, música, juegos creativos, actividades que potencien nuestra imaginación.
Pidamos a los Reyes Magos, todo lo que guardamos de bueno en nuestro corazón y compartamos los deseos porque se cumplirán en la noche más mágica del año.
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