La expresión “pillar con el paso cambiado” se usa para explicar que alguien ha sido sorprendido con algo que no esperaba. En esa situación lo que procede es “cambiar el paso” para superar la sorpresa y continuar la marcha.
Entre las definiciones que existen para explicar cómo cambiar el paso hay una, antigua y muy descriptiva, que firmó Fernando VII (el rey Felón) y que consta en el “Reglamento para el ejercicio y maniobras de la caballería” (Lección 1ª, artículo 96): “…cuando uno de los pies esté levantado, le sentará el Recluta en tierra normalmente, y traerá el otro con viveza a la inmediación de aquél sin sentar en tierra el talón, y, levantando prontamente el primero, continuará la marcha en un mismo compás”
No se dice en el Reglamento, pero conviene aclarar que a la situación se puede llegar por puro azar, o porque alguien, con capacidad para hacerlo, haya cambiado algo para producir sorpresa.
En la actividad política, donde el azar no es frecuente, “pillar con el paso cambiado” es una preocupación de todos, de quienes pueden generar la situación de sorpresa y, también, de los que pueden resultar sorprendidos. Es algo que se tiene en cuenta siempre, especialmente en los regímenes no autoritarios (democracias) y en momentos especiales. Y principalmente en el momento crítico por excelencia, que se produce cuando se llama al pueblo a las urnas para que decida quien ha de seguir gobernando. Por eso la capacidad de llamar al pueblo, o de adelantar las elecciones, se convierte en un arma que se puede usar en beneficio de todos o en propio beneficio.
Actualmente estamos ante el adelanto de las elecciones en dos comunidades autónomas: Cataluña y Andalucía. En ambos casos, los convocantes, Artur Mas y Susana Díaz, han intentado disfrazar de interés general autonómico el adelanto de las elecciones, aunque los intereses pudieran ser otros.
Además del adelanto electoral en Cataluña y Andalucía, en la actualidad se contempla la posibilidad de que Mariano Rajoy adelante las Elecciones Generales. No se sabe a quién conviene esta decisión, pero sí es seguro que la medida pillaría con el pie cambiado a algunas fuerzas políticas.
Veamos, pues, la situación actual de las fuerzas políticas españolas:
EL PP, que gobierna, está a un año del final de la legislatura. Empieza a ver los frutos de su acción de gobierno y puede esperar a la recogida del fruto agotando la legislatura. O, exhibiendo lo conseguido y mostrando una senda de prosperidad, convocar Elecciones Generales con la intención de ganarlas.
El PSOE, tras salir Rubalcaba, se encuentra en una situación adversa: Líder cuestionado. Posible Congreso Extraordinario inmediato con sustitutos alternativos débiles. Bajando en encuestas y apoyos. Y, superado por otras fuerzas de izquierdas, valorando su posible inclusión en una coalición (Con IU y Podemos) difícil de controlar.
IU/Podemos. Debilitada IU por la pérdida de cohesión entre el Partido Comunista y el resto de los socios de coalición, existen dudas entre mantener la independencia o asociarse con Podemos. En oposición a la realidad europea, ambos, juntos o separados, buscan el hueco político con el que acoger a los insatisfechos que pretenden atraer. Programas inciertos y ambiguos.
UPyD y CIUDADANOS, sin acoplarse entre ellos, se disputan un espacio electoral para superar el bipartidismo.
Nacionalistas de CIU y PNV, miembros del Grupo Mixto y el resto de Partidos Políticos sin representación parlamentaria. Reducidos a su ámbito, con intereses y con influencia nacional definida.
En esta situación, el adelanto electoral obligaría a algunos “cambios de paso” en los partidos políticos, significativos y con consecuencias diversas en función de la entidad e importancia de cada grupo:
De importancia acorde a capacidad de influencia en la gobernabilidad nacional para posibles pactos postelectorales en los casos de Nacionalistas, Grupo Mixto y el resto de Partidos sin representación parlamentaria.
Importante en los que tradicionalmente han ejercido la gobernación del Estado y en los que en la actualidad tienen posibilidades de contribuir a ella (PSOE, IU/Podemos, UPyD/Ciudadanos). El PSOE no tendría otra opción que arropar a su líder actual y, con él, tratar de minar la credibilidad y entidad de quienes pudieran disputarle su voto tradicional. IU/PODEMOS, por una parte, y UPyD y Ciudadanos, por otra, deberían decidir si se unen o no y tratar de madurar programas. Todos ellos, de forma independiente o agrupándose, dada su realidad y dinámicas actuales, se encontrarían en la situación que describe el Reglamento del rey felón y se verían en la necesidad de “acomodar el paso”.
Y primordial en el PP, que gobierna y cuyo presidente, como Presidente del Gobierno, puede tomar la decisión de agotar la Legislatura hasta final de año. O adelantar las Elecciones Generales haciéndolas coincidir con las Municipales o no.
Todo puede ocurrir, pero sería bueno que a la hora de contemplar la posibilidad de un adelanto de las Elecciones Generales se tuviera en cuenta, además de los legítimos intereses personales y de partido, el interés nacional.
España está saliendo de una crisis económica, pero ha de superar una crisis institucional en la que la definición del Estado y su encuadre en Europa son más importantes que la “redefinición de la izquierda”, las aspiraciones secesionistas de algunos, los encuadres y encajes entre grupos, y los intereses partidistas de unos y otros. Se puede argüir que para conseguirlo parece conveniente la estabilidad del gobierno y que esa estabilidad poder ser vista por los electores en la acción asentada del PP. Es posible, también, que la coincidencia de elecciones (Generales y Municipales) convenga al interés del convo-cante y perjudique a quienes, en proceso de constitución, alianza o fusión, se encuentren con el paso cambiado.
Pero también hay que tener en cuenta que al tratar de “cambiar el paso”, como se describe en el “Reglamento para el ejercicio y maniobras de la caballería”, puede sobrevenir lo que ocurre entre los soldados: A veces, se trastabillan solos, acomodan el paso y el acto no tiene consecuencias. Pero en alguna ocasión el cambio de paso también ha producido el encontronazo entre quienes marchan juntos, algunos tropezones y hasta trompazos y accidentes violentos.
Por eso, ante la posibilidad, que se está valorando ya en distintos estamentos, de que el Presidente Rajoy decida el adelanto de las Elecciones Generales para pillar con el paso cambiado a los adversarios políticos, sería bueno tener en cuenta que la decisión tendría consecuencias…, algunas imprevistas.
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