Dos ministros del Gobierno, Miquel Iceta y Carolina Darias; el personaje taurino cómico don Tancredo, que esperaba inmóvil la salida del toro; y un muñeco con un contrapeso en la base, que le permite tambalearse o moverse en cualquier dirección y volver a quedar siempre derecho. Independientes muñeco y personaje con ministros. Por respeto al logro de conseguir el equilibrio de tentetieso y a la charlotada de Don Tancredo, y por separarlos-preservarlos del Gobierno. Pero unidos, sin más reserva que la propia de la actualidad y el ambiente, por dos hechos relacionados con el presidente Pedro Sánchez: La decisión y motivos de hacerlos ministros. Y la función que han de cumplir, Iceta en el ministerio de Política Territorial y Función Pública, y Darias en el de Sanidad. Por consideración a la figura Presidente de Gobierno, con preocupación por la situación del gobierno de coalición y por precaución, parece oportuno echar un vistazo, siquiera de reojo, a la decisión y motivos para hacerlos ministros:
Iceta.- Si de capacidad se trata, dados su currículo y formación, habrá que fiar-desconfiar en el criterio, razón o antojo de Pedro Sánchez para colocarlo en el ministerio que se ocupa de la Política Territorial y Función Pública. No hace mucho intentó nombrarlo Presidente del Senado, pero el voto del Senado lo impidió. Ahora, al colocarlo-recolocarlo en este ministerio, impone su voluntad y hay que respetarla. Sin más. Tiene derecho a hacerlo, lo ha hecho y lo único que queda es supeditar esa designación a los motivos, conocidos o no, que hayan podido producirla y que, lógicamente, han de estar en relación con la función que deba acometer desde la responsabilidad de ministro.
Darias.- Llega al ministerio de Sanidad desde el de Política Territorial y Función Pública. En su momento, se sugirió que el nombramiento a su primer cargo ministerial se debió a la doble cuota, femenina y canaria, que pudo usarse, para equilibrar la relación hombre-mujer en el Gobierno y para sentar a un canario en el consejo de ministros, Al cambiar de cartera y pasar a Sanidad, en cuanto a capacidad, currículo y eficacia no hay mucho que decir. El presidente tiene derecho a hacer el cambio y lo ha hecho. En cuanto a motivos, éstos deben estar en función del trabajo a realizar, con dos apuntes: Llega a Sanidad en momento de pandemia. Y sustituye a un pésimo ministro, Salvador Illa, con unos niveles de eficacia y credibilidad tan bajos que es fácil superarlos.
Sentado lo anterior, cabe entrar en la misión que deben cumplir los dos; sometidos a los pactos de coalición PSOE-UP, que manejan Pedro Sánchez y Pablo Iglesias; y condicionados por los pactos, alianzas y componendas que se fraguaron con las fuerzas independentistas para lograr el Gobierno.
En cuanto a la coalición PSOE-UP, como es sabido, los ministros Iceta y Darias, como el resto del gabinete, han de buscar la estabilidad del tentetieso del título. Distinta es su situación en relación con los independentistas catalanes y vascos (y otros) de tendencias políticas diversas. Ahora, con las Elecciones Catalanas convocadas, la situación no puede fiarse, sólo, al empeño tentetieso. La misión de ambos, la que puede haber impulsado a Sánchez para llevarlos al Gobierno, es la de mantener el estatus del Estado Autonómico, para quemarse con y frente a los independentistas. En el sentido más útil y destructivo del término, quemarse, arder achicharrarse personal y políticamente delante del resto del gabinete, orillando y evitando conflictos a otros ministerios y manteniendo la coalición que alimenta al Gobierno y permite las carreras políticas, personales y de grupo de todos.
Mientras se sustancian las Elecciones Catalanas. Ante todos. Desde la derecha independentista catalana, Junts per Catalunya (JxCAT) y Partit Demócrata Europeu Català (PDeCAT), ahora desgajada, por intereses personales y de partido, conocidos unos e intuidos otros, hasta las izquierdas separatistas de En Comú Podem-Podem en Comú (En Comú Podem), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), y Cand. De Unitat Popular-Un Nou Cicle per Guanyar (CUP), a la greña entre ellas. Frente a los independentistas, además del tentetieso, parece útil la quietud de don Tancredo.
Si la misión de los nuevos ministros es ésta, y parece que lo es, puede que Pedro Sánchez haya logrado su concurso para un interés superior al supuesto: el suyo personal, descontado en todos los casos, que busca siempre; el del PSOE, que dirige en su propio beneficio; y el del gobierno de coalición, que, cómo no, alarga y aprovecha. Veamos, pues, y disfrutemos, si es el caso, de Iceta y Darias en sus ministerios, con don Tancredo y Tentetieso sin contaminar, convertidos para ellos en referencias-leyendas para imitar.
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