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El Barça gana y se luce en el pulso al Maccabi por ser segundo (89-71) | |||
| Ni la máxima de +17 del Barça en el tercer cuarto les hizo bajar los brazos | |||
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Los blaugranas no salieron a verlas venir sino que bien pronto se pusieron manos a la obra buscando la victoria. Cogieron una renta cómoda que llegó ser de +15 y la convirtieron en un colchón suficiente para superar los malos momentos, que los hubo, sobre todo al inicio del tercer cuarto y, ya en el último y decisivo, cuando permitieron al Maccabi derrocar el muro psicológico de los 10 puntos. Pero aguantaron y firmaron un triunfo que puede ser clave, amparados en una gran defensa que secó al Maccabi y le dejó en 71 puntos. El Barça ya suma un triunfo más que el Maccabi y tiene el 'average' a favor de cara a un posible empate final a victorias en la tabla. Sufrieron, cierto, pero no hay triunfo fácil ante un vigente campeón y menos si es este Maccabi combativo, que incluso en una mala noche es capaz de no irse nunca del encuentro y ser una rémora hasta el final. Y es que no jugó bien el equipo hebreo, pero vendió cara su piel hasta casi el final del choque. Ni la máxima de +17 del Barça en el tercer cuarto les hizo bajar los brazos. Al contrario, lucharon los amarillos por reengancharse con más fervor. Aprovecharon las dudas del Barça pero los blaugranas, esta noche, no dieron tantas facilidades. Una constante rotación permitió a Pascual ir insuflando aire a los suyos, disponer de hombres frescos física y mentalmente para afrontar este partido de tanta carga pasional. Al final, cuando tocó, el Barça se reencontró con el acierto inicial y finiquitó al Maccabi, e incluso se gustó. Ya llegó con una ventaja cómoda al descanso (47-34) y con el trabajo encarrilado. El objetivo era claro, ganar al Maccabi para afianzar la segunda plaza, pues llegaban a este encuentro con 6 victorias y 3 derrotas ambos, y poder seguir el intento de asalto al liderato del Real Madrid. Una buena primera parte permitió soñar con ello, pues la intensidad del Barça hacía presagiar el triunfo y, además, hacerse con el 'basket average' particular con los hebreos. Sin duda, el mal de este Barça esta temporada, en este tercio de campaña por lo menos, es no saber empezar ni cerrar los cuartos. Sin contar con las lesiones, que están mermando al grupo en momentos clave, el Barça no puede encontrar la vía fácil en los minutos decisivos. Así, pese al +13 al descanso, que llegó a ser un +15 (45-30) de máxima, el parcial de 0-6 del Maccabi les puso de nuevo en el partido. Dos minutos aciagos pero, aunque fuera desde el tiro libre, el Barça empezó a anotar y a volver a mostrarse competitivo, como lo estuvo en los primeros 20 minutos. Quizá Maccabi tenga más poder físico, sobre todo cuando Navarro o Marcelinho en pista, pero el Barça lo contrarrestó con acierto y voluntad, con las ganas de retener el triunfo y verse por encima de unos israelíes que son vigentes campeones de la competición. Muestra de ello fue el primer cuarto, un 26-16 que dejó triples, velocidad, mucho acierto defensivo y poderío en el rebote. No hizo ninguna personal el Maccabi en el primer cuarto y el Barça se lo hizo pagar. Subió la intensidad defensiva el equipo hebreo y se igualaron un poco las tornas, pero fue esa agresividad atrás la que propició, por contra, que el Barça fuera tanto a la línea de tiros libres en el tercer cuarto y, con su buen porcentaje, se escapara. Y es que del 47-40 con el que se acercó Maccabi a falta de 8 minutos para el final del tercer periodo al 61-46 con el que se topó el Barça, ya casi definitivo cuatro 3minutos y medio después, sucedió que el Barça anotó 9 puntos de tiro libre más un triple de Navarro y una canasta, que tuvo adicional, de Doellman. Todo ello, y un Maccabi insípido en ataque, pusieron un 61-44 que alargaba la máxima. El Barça no veía canasta con soltura y aun así asentaba las bases del triunfo. Solo 'Baby Shaq', el gigante Sofoklis Schortsanitis, ponía en aprietos al juego interior blaugrana pero jugó con cuentagotas, como es habitual en él. Por el exterior, el Maccabi no podía enchufar a sus mejores hombres, discretos, y solo Joe Alexander era una amenaza real en el tiro lejano al ser el único lúcido en el tiro. Aún así no se quiso ir del partido el Maccabi, que también se jugaba mucho en el Palau esta noche, y donde estuvo acompañado por bastantes aficionados que intentaban hacerse notar, no tanto ya cuando saborearon la derrota. |
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