Cuando comenzaba el año escribí un articulillo invitando a abrirnos a la esperanza, después hemos tenido y tenemos enfermedades y pandemia en la familia con lo que mi ilusión de año nuevo quedo bastante atenuada. Hoy me pongo de nuevo en el ordenador y lo primero que se viene a mi mente es la decisión del foro de los poderosos de resetear el planeta como se resetea la computadora.
He sentido miedo porque los que lo han dicho tienen mucho poder y decisión de hacerlo. Tienen entre manos una agenda 2030 para establecer un nuevo orden mundial (NOM) para lo cual tienen que borrar todo lo anterior, quizás desde el principio de los tiempos. Bajo el espantoso cuadro de Barceló que decora la sala del consejo de ministros de la Moncloa observó como un buen número de sedicentes políticos se aprestan a seguir las instrucciones de este nuevo orden.
Con carácter de urgencia quieren seguir imponiendo la ideología de género. No solo hombres y mujeres sino también hombres que deciden ser mujeres o mujeres que deciden ser hombres. Con estas modificaciones cada vez quedarán menos para seguir poblando el planeta.
Digo yo, que puestos a ello, podían crear centauros, mitad hombres, mitad caballos o sirenas, mitad mujeres y mitad peces o quimeras con cabeza de león cuerpo de cabra y cola de dragón. Sería más original que lo que ahora se ofrece de cambio de sexo con costuras de cirujano.
Pero mirando a los que dicen gobernarnos me ha venido a la memoria la Metamorfosis de Kafka, gente sin mucha base intelectual, que se van convirtiendo en insectos, garrapatas o sanguijuelas que chupan la sangre de los demás armados de presupuestos y boletines oficiales.
El Nuevo Orden Mundial proclama que “no poseeremos nada pero seremos felices”. Nos dicen que combinando el capitalismo liberal y el socialismo soviético será lo mejor para todos. Espero que no haya nadie tan tonto que se crea esta patraña.
Esto suena al Mundo Feliz de Aldous Huxley, que puede ser interesante como novela distópica, pero no como mundo en el que se pueda vivir y morir a base de conformarse con el soma (una droga adormecedora) y estar dispuesto a marchar voluntariamente a morir cuando lo decidan “los que mandan”. Algo de eso se prepara con la ley de la eutanasia. Los políticos ya no lo ocultan: los viejos sobramos y el problema de las pensiones queda solucionado.
Pensamos que la Unión Europea va a resolvernos los problemas económicos y no es capaz de solucionar ni la distribución de las vacunas. De Europa solo se recibirán ordenes de obligado cumplimiento: “insistan en el aborto, promuevan la eutanasia y vigilen a sus ciudadanos para que no opongan y menos si lo hacen invocando creencias religiosas”.
Derriban las cruces y nadie se inmuta, se elimina nuestro hermoso idioma y no pasa nada, se dicta una ley que no es de educación sino de adoctrinamiento y tragamos, nos cuentan una memoria histórica que se parece a la realidad del pasado como un huevo a una castaña y se despiertan odios dormidos.
Ya seguiré otro día, salvo que el bicho chino cumpla su misión y termine conmigo.
Por favor: no abdiquen nunca de la penosa tarea de pensar.
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