Tener ligeros despistes o pérdidas de memoria es algo completamente normal cuando se llega a una cierta edad. Con el paso de los años, el cerebro va sufriendo una serie de cambios que afectan a su funcionamiento, pero es posible reducir su efecto realizando algunos ejercicios y llevando un estilo de vida sano. No hay que confundir estos despistes, mala memoria o pequeños deterioros cognitivos con el Alzheimer, que es una enfermedad de alta gravedad. Cabe mencionar que algunas de estas dinámicas podrían, no prevenir, pero probablemente sí retardar la aparición de los síntomas de esta patología.
Es por eso que las residencias de mayores se profesionalizan y realizan ejercicios para prevenir el deterioro cognitivo. Es importante que las personas mayores, como las de cualquier otra edad, se mantengan activas. Como suele decirse, hay que tener una mente sana y un cuerpo sano, y es que estos dos elementos están completamente ligados. Cerca de un 40% de las personas que sobrepasan los 60 años dicen sentir algún tipo de deterioro cognitivo o notan que tienen peor memoria que antes. Aunque, como decimos, esto no es motivo de preocupación ya que es un proceso normal, se puede ralentizar. Para ello, un primer paso puede ser tener un calendario o una agenda para ubicarse temporalmente y tener referencias.
También es positivo practicar la memoria visual. Una forma de hacerlo es ver fotografías o mirar un libro o un catálogo, y tratar de memorizar las cosas que aparecen en él. Podemos aprovechar el ejercicio para tratar de retener y memorizar frases enteras que aparezcan en los textos.
Algo que funciona muy bien son los pasatiempos, como los sudokus, los crucigramas, los autodefinidos o incluso los puzzles. Al hacerlos, el cerebro se va entrenando y fortaleciendo, además de absorber nuevos conocimientos. También podemos estimular el cerebro y ejercitarlo con actividades como la pintura, la lectura, la escultura, la danza, los juegos de cartas... No se trata solo de ponerse a memorizar elementos sin sentido, sino de hacer trabajar al cerebro, y de paso, la psicomotricidad. Las actividades creativas son una perfecta manera de hacerlo.
Otra forma de mejorar la capacidad cognitiva es hacer deporte y ejercicio físico. Correr, bailar o simplemente caminar mejorarán, no solo la salud física, sino también la salud mental. El estado de ánimo es también un factor muy importante a tener en cuenta en las personas mayores, que a menudo se sienten frustradas o abandonadas por la sociedad, y el deporte, sin duda, también influye en el bienestar emocional.
En resumen, mantener el cuerpo y la mente activos es imprescindible para que la memoria no se deteriore. Por suerte, hoy en día cada vez son más las residencias, los centros de día y los centros socioculturales que tienen esto en cuenta y ofrecen un gran número de actividades para las personas mayores.
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