No existen manifestaciones reumatológicas importantes en la fase aguda de la infección por SARS-CoV-2, excepto los síntomas inespecíficos que acompañan habitualmente a las infecciones virales como las artromialgias (dolor en las articulaciones y los músculos que las rodean) que son muy frecuentes, y las sufren más de la mitad de los pacientes. Además, “se ha observado que algunos pacientes presentan COVID-19 prolongada o persistente con manifestaciones que continúan durante los meses posteriores al cuadro inicial. Entre ellas el cansancio y los dolores articulares o musculares pueden afectar hasta un 20% de los pacientes a los 3 meses, y parece que tienden a reducirse a <10% a los 6 meses”, según ha puesto de manifiesto el Dr. José Luis Pablos, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
En el marco del Curso ReumAPtopics, VI Jornadas de Reumatología para médicos de Atención Primaria, organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), con la colaboración de Menarini, el especialista ha puntualizado que “estas manifestaciones musculoesqueléticas, con frecuencia, se acompañan de problemas de sueño, ansiedad o ánimo depresivo”.
A juicio del especialista, “en su manejo tiene un papel muy importante el médico de Atención Primaria, y los recursos que se han propuesto para llevarlo a cabo son la educación, el apoyo psicológico y grupos de apoyo, la rehabilitación -incluso a distancia- y la práctica de ejercicio físico”. Asimismo, el Dr. Pablos indica que tras analizar a los pacientes con COVID-19 se ha visto que existen algunas manifestaciones que simulan algunos procesos reumatológicos en los que se sospecha un mecanismo autoinmune y que suelen aparecer después de la infección aguda. Una es el lupus pernio o “sabañón”, una lesión en la piel de causa vascular; otra es un síndrome muy parecido a la enfermedad de Kawasaki, que aparece en niños, y que produce un cuadro muy grave que se ha denominado “síndrome inflamatorio multisistémico”, explica.
Respecto a la situación actual provocada por la pandemia, en opinión del Dr. Pablos, “un grupo particularmente sensible han sido los pacientes reumatológicos con problemas previos causantes de dolor crónico o discapacidad. En estos pacientes, tanto la COVID-19, como la situación general de confinamiento, aislamiento social, falta de ejercicio físico, etcétera, han provocado en muchos casos un empeoramiento de estos síntomas y una percepción muy negativa de esta situación”.
Este curso ha sido coordinado por los Dres. César Díaz, Fernando Pérez y Ana Urruticoechea, de la Sociedad Española de Reumatología; y por el Dr. Sergio Giménez, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. Además de las manifestaciones musculoesqueléticas de la COVID-19, en este encuentro se han tratado temas como la exploración del hombro, el tratamiento integral de la gota en los pacientes con riesgo cardiovascular, técnicas diagnósticas en osteoporosis y el uso de algoritmos diagnósticos en enfermedades autoinmunes sistémicas. “Ha sido un encuentro que ha logrado reiteradamente una gran acogida entre los asistentes y ha supuesto un paso más en la actualización de conocimientos de los médicos de Atención Primaria, que son grandes aliados en el manejo y detección de muchas patologías reumáticas. De ahí la importancia de contribuir a mejorar nuestra colaboración en diversos ámbitos, como el del manejo de las artropatías microcristalinas en pacientes con alto riesgo o evento cardiovascular previo, para lograr el mejor y más eficiente resultado en salud para los pacientes”, precisa el Dr. Pérez, uno de los coordinadores del curso y jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Cruces de Vizcaya.
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