Los pertenecientes al “segmento de plata” hemos vivido una primera etapa, hasta que llegó la transición, en la que parecíamos vivir en una especie de limbo vacío de filiación o compromiso político.
Los años setenta del pasado siglo despertaron en nosotros la inquietud política y el desarrollo de un determinado tipo de ideología. Aquello nos permitió vivir una etapa en la que en el partido de la vida, unos eran zurdos, otros diestros; unos estaban en la defensa y otros en el ataque. Pero todos luchábamos por el olvido de circunstancias muy lejanas y el paso a una democracia y prosperidad que nos permitiera vivir a todos juntos y en armonía.
En la etapa actual los prebostes se han empeñado, y creo que conseguido, convertirnos de políticos (“La palabra política viene del griego polis =ciudad. ... Así llamaban los griegos a la "Teoría de la Polis" (ciudad). También esta íntimamente ligada a la paideia es decir "La Educación") en politizados; para mí, sinónimo de manejados.
Están volviendo a generar odio y división. Las dos Españas cada vez más enfrentadas. Se han vuelto a recuperar frases agresivas tales como rojos o fascistas; esgrimir el “prietas las filas” o el “no pasaran”. Un espectáculo lamentable e impropio del siglo XXI.
Y ¡para que hablar de las redes sociales! Yo solo uso Facebook y varios grupos de WhatsApp. En alguno que administro he determinado excluir cualquier tipo de entrada descalificante u ofensiva. Las redes se llenan de “gracietas”, “memes” y fotos trucadas llenas de odio y mala leche. He decidido no abrir ni uno a fin de no envenenarme ni dar pie a su proliferación.
Bastante tenemos con lo que tenemos. No podemos volver a las dos Españas enfrentadas ante cualquier tipo de comicios, encuestas o declaraciones. Ya está bien de negar el pan y la sal a aquel cuyas ideas no coinciden con las nuestras. Ya está bien de ver la mota en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio.
Estoy convencido que la gran mayoría del pueblo español piensa como yo. Estamos cansados de odiarnos y recriminarnos cosas. Queremos mirar hacia adelante y librarnos de las lacras educacionales, laborales y sanitarias que padecemos. Por favor, no las utilicemos como arma arrojadiza de los unos contra los otros.
Vamos a llevarnos bien. Votemos a quién nos apetezca y lo que nos salga de las narices. Especialmente estemos atentos del que se preocupa más del hacer que del ser. O el que reconoce sus errores. He dicho.
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