La Social Democracia al igual que la Democristiana, por las que tantas personas han perdido todo, incluso la vida, bien irrecuperable, quizás deberían volver a leer el relato de Pulgarcito:
'Por si nos perdemos en el camino... Vayamos dejando "señales", recordatorios'.
Europa, abanderada, tradicionalmente, de las libertades sociales, con distintivos según filosofías de izquierdas o según pensamientos de cultura cristiana, también debería acaudillar la renovación y actualización de los principios sustanciales de la SOCIAL DEMOCRACIA en su aspecto más amplio. Recordemos una de las corrientes inclusivas en la SOCIAL DEMOCRACIA: El personalismo.
La persona siempre será considerada “como ser social y comunitario, libre y trascendente… “, “un ser moral… capaz de actuar en función de su naturaleza como persona” (Wikipedia)
La persona como miembro comunitario en contraposición del individuo como objeto.
Hoy, contemplamos como el sentido social se va transformando en sentido globalista, anulando en dicho proceso los valores derivados de la persona libre, social, moral e independiente.
Los gobiernos procesan un empaquetamiento de las personas, numerándolas electoralmente y ubicándolas según unas directrices ajenas a sus estructuras tradicionales.
Los Estados se convierten en herramientas utilizadas por el globalismo capitalista, que condiciona la distribución del proceso económico al sometimiento socializante.
Por eso, sin más profundidades, la SOCIAL DEMOCRACIA deberá “hacer camino al andar” y reconducir los valores que dieron origen al reencuentro de las personas como seres libres, sociales, morales e independientes.
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