El Athletic Club ha perdido este jueves en su visita al MSK Zilina (3-2) en la ida del 'play-off' de la Europa League, tras un partido donde los goles de Merino y Kike Sola no han impedido la desventaja de los bilbaínos para afrontar la vuelta en San Mamés, y donde se decidirá quién accede a la fase de grupos de la segunda competición europea más importante.
De consumar la remontada y con ello la clasificación en ese partido del próximo jueves (20.45 horas), la fiesta de agosto seguiría para un Athletic que venía de conquistar la Supercopa de España ante el FC Barcelona. Precisamente al calor de San Mamés logró ahí un abultado 4-0 frente al Barça, factor que los 'leones' tratarán de repetir para formar parte de la Europa League.
La posible mayor enjundia de los vascos quedó en entredicho durante los primeros compases ante el Zilina, pues los eslovacos salieron a 'morder' a su adversario. Sabiendo que sus opciones pasaban por achuchar de salida, el equipo entrenado por Adrián Gul'a sorprendió a los pupilos de Ernesto 'Txingurri' Valverde.
Pero las arremetidas ofensivas no consiguieron más que forzar saques de esquina sin fruto, apenas inquietando a un Iago Herrerín que ocupaba la portería del Athletic en detrimento de Gorka Iraizoz. Y es que el 'Txingurri' introdujo ocho cambios respecto a los titulares del pasado lunes contra el Barça en el Camp Nou.
Sin el delantero talismán Aritz Aduriz, la responsabilidad goleadora recaería en un Kike Sola que procurará tomarse este curso como su particular redención. Una vez pasados los sustos del Zilina, el panorama cambió en favor de un Athletic que abrió el marcador al cuarto de hora por mediación del canterano Sabin Merino.
El mediapunta Ibai Gómez 'pescó' un despeje de Herrerín desde área propia, para filtrar un bonito pase a la espalda de la defensa rival donde apareció desmarcándose Merino a la carrera; de manera rauda, sin pensárselo y sin controlar, disparó directamente para superar por bajo al guardameta local Milos Volesák.
Tal gol sentó de maravilla al conjunto rojiblanco, que calmó los nervios iniciales y a los 33 minutos amplió su renta. Kike Sola apareció en escena para hacer el 0-2 tras un grave error de la defensa del Zilina, cuyo capitán Viktor Pecovsky cedió un balón a su portero tan lentamente que Sola se adelantó casi a placer para batir raso y con un zurdazo a Volesák.
WILLIAM VOLTEA LA RENTA BILBAÍNA La segunda mitad se presagiaba como una balsa de aceite para los de Ernesto Valverde, que sin embargo acusaron el ajetreo de los últimos días por las celebraciones de la Supercopa de España. Mediada esta segunda parte, el centrocampista Jakub Paur hizo el 1-2 al 'enganchar' una pelota suelta, que tropezó en Lekue, desde la frontal del área vasca tras varios rechaces.
Con la intranquilidad creciendo por momentos, el público eslovaco creyó en la remontada; y sobre todo cuando el brasileño William aprovechó muy, muy bien su poco más de media hora sobre el césped. Le valió para hacer un doblete comenzado al beneficiarse de un pase a la espalda de la zaga rojiblanca y plantarse solo ante Herrerín, al que dejó tirado con un buen regate antes de firmar el 2-2 (min.77).
Por si fuera poco, aumentó su momento de gloria con el definitivo 3-2 en el tiempo de prolongación y cuando todo apuntaba a que los visitantes regresarían a Bilbao con cosecha de empate. Pero el Athletic no logró despejar el enésimo córner eslovaco y el brasileño agradeció el barullo para empujar a media altura y a trompicones el balón hacia la portería rival. Así que San Mamés dictará sentencia.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.