Roma Calderón, es una artista polifacética, con mucha personalidad, lleva adelante un espectáculo muy complicado llamado, “The Lovers”, en donde canta, baila, hace de actriz y, sobre todo, divierte a la gente, explica sus historias amorosas, las fantásticas, las maravillosas, las más descarnadas, las que nunca hubiera querido, con sentido del humor, del amor y de una forma muy canalla. El escenario donde representa su “The Lovers” es Aquarella, una bombonera, la única que ahora hay en Barcelona, es una sala céntrica, hermosa, y con unas dimensiones en donde actuar supone un placer al poder tener el público cerca, dentro de las actuales medidas sanitarias.
“The Lovers”, es de esos espectáculos que la gente ve a partir de las 22 horas, hora picante, y más si la actriz principal y única, se sirve de una imagen de los años cincuenta, llamada “PIN AP” en donde se suponía encontrar a las mujeres más atrevidas e insinuantes.
Roma, es todo eso y más, habla con concreción y tiene las ideas muy claras, el “Nu Cabaret” que ella representa, al menos en España, existe poco y Roma tiene a gala llevarlo adelante en todos los sitios donde se vea con valor representarlo. En esta entrevista, se deshace en elogios del trato recibido por Anexa, empresa que se encarga de hacer funcionar Aquarella.
Está dispuesta a volver, el público, afirma, quiere estrenos como el que nos ocupa, a veces, falta acostumbrarse. Habla sin tapujos y sabe que no puede agradar a todos los públicos. Y lo que le queda más claro es que la Covid nos ha cambiado, pero no por ello debemos dejar de reír, el humor importa más que nunca en estos días.
Y para Roma también son elementales las redes, a ella se la encuentra en Facebook e Instagram : byromacalderon. O se pueden entretener en su página web: w.w.w.romacalderon.com. O la pueden seguir en el festival de cabaret que dirige desde hace cinco años, w.w.w.mu-canuca.
En directo, hoy miércoles, mañana jueves, y viernes, a las 22 horas, después se va a otra parte. Volverá, se espera.
Su nombre artístico, Roma, es Amor leído al revés, ¿amor a sí misma o en general?
Hace mucho tiempo me di cuenta que todo lo que existe es amor, cuando pienso en el amor, en algo mucho más general, no es en el amor romántico, ni mucho menos, es un amor absolutamente a todo y en todo momento.
¿Es la única en España que hace cabaret? En España tengo bastante controlada la escena cabaretera porque dirijo un festival de cabaret desde hace cinco años que me facilita estar en contacto con todo lo que está sucediendo a nivel de revisión del cabaret, del nuevo cabaret o del cabaret de autor, o del cabaret contemporáneo. Este movimiento se está dando en todo el planeta, es alucinante, es una corriente artística, no hay mucha gente que lo esté haciendo porque es una “marcianada”, un ejercicio de valentía, un tipo de cabaret que te obliga a estudiar, a profundizar el género, a transformarlo. No es una recreación del cabaret clásico, y hacerlo de autoría, al trabajar sobre la ausencia de personajes el que sube al escenario habla en primera persona, hablo de mí y de mis cosas, no te puedes escudar en un personaje, subes al escenario y te pones en evidencia para que el público te pueda seguir.
¿El público sale satisfecho de su espectáculo? Hay que diferenciar entre entretenimiento y arte o cultura, no tienen por qué estar separados, lo que hago es fusionar esas dos piezas, son piezas de creación pero son muy divertidas, porque me interesa que el discurso sea un discurso de crecimiento, de apertura de corazoncito, de tomar conciencia que formamos parte de algo mucho más grande que nosotras mismas, es un milagro, es la existencia.
Quién tienes al lado también forma parte de esa maquinaria que funciona como un reloj. Sin que sea panfletario el humor es la mejor herramienta junto con la frescura, la música en directo, la interacción con el público, sin que se sienta público sino parte de lo que está sucediendo, para abrir barreras, y por eso al final, la gente marcha reída, bebida, cantada y concienciada. Al finalizar la gente viene a dar las gracias y me dicen “que bien me lo he pasado”, “qué divertida”, “me encantas”, “qué bonito”, “me he emocionado, me voy transformada a cómo he entrado”, cuando me dicen eso es cuando considero que verdaderamente he triunfado.
Su trabajo es muy complicado, baila, canta, escribe los guiones y es la actriz sobre el escenario. ¿Cómo lo hace para comunicar con los espectadores? El punto de partida es el compromiso férreo que tengo con el público. Es como una perla, un diamantito, un brillante, que noto dentro de mí, un enamoramiento de punto de partida con esta profesión, y una idea que está por encima de todo, la responsabilidad como comunicadora. Los que estamos sobre el escenario o ante una cámara o un micro tenemos una responsabilidad muy grande porque al final, con lo que decimos y lo que mostramos, estamos alimentando las mentes, los corazones, el alma, del público, no me parece ninguna tontería, no es baladí, no hay que tomárselo a broma.
Mi punto de partida siempre ha sido ese y por ello no hay posibilidad de error porque mi camino está muy marcado desde del principio, las herramientas pueden ir cambiando porque canto, porque escribo, pero el camino siempre es el mismo, comunicar con conciencia para conseguir que esa persona o estas personas, después de esa experiencia, hayan crecido bonito.
¿Ese diamante interior que dice tener està con usted desde niña, o lo ha ido aprendiendo con el tiempo?
Se puede aprender, lo que pasa es que tenemos tanto ruido alrededor que la sociedad lo que no quiere es que tengamos esa conciencia porque esto da mucho poder. Esa conciencia interior te hace tener sensación de individualidad y colectividad al mismo tiempo, te hace darte cuenta del poder que tienes como individuo para cambiar toda una sociedad, eso es muy peligroso, pero tenemos mucho ruido alrededor que nos tiene despistadas, no todo el mundo está en ese momento o en ese sitio, no pasa nada, cada cual tenemos algo que aportar a esta maquinaria de la sociedad y considero que desde pequeña he tenido muy claro que he venido para, por, y con la belleza, que para mí es conciencia, es amor, es humor, es música, eso es lo que tengo yo para aportar.
¿Cuál era su entorno familiar durante su niñez? Vengo de un entorno rural, mi familia ha trabajado el campo toda la vida, la vida rural tiene mucho amor y dolor de riñones, el campo es un trabajo durísimo, afortunadamente he trabajado poquísimo en él, digo afortunadamente porque mi cuerpo no es tan resistente para eso, me gusta el campo para pasear.
En mi entorno no había libros en casa, he sido la única de mi familia cercana que tiene una carrera, soy licenciada en Arte Dramático, no sé de donde me viene pero a los 4 años montaba sesiones en el patio de casa, montaba un patio de butacas, obligaba a que vinieran todos los vecinos, les cobraba la entrada y hacia la función.
¿Esto pasaba en Madrid? Nací en Madrid pero mis primeros años los pasé en un pueblo de Toledo, llamado Villanueva de Alcardete, donde tenía mi familia materna las tierras, nací en Madrid porque mi madre, una señora maravillosa, una todo terreno, brutal, decidió que su hija en el libro de familia figuraría nacida en Madrid porque no quería que su hija fuera “paleta”, cuando fue a dar a luz se metió en el coche y le dijo a mi padre: “vámonos a Madrid, voy a parir”, apretó las piernas y hasta que no llegó a Madrid no parió. Las funciones las montaba en el pueblo, en la casa de mi abuela, desde pequeñaja pintaba, bailaba y cantaba, se veía venir que me dedicaría al espectáculo.
¿Encontró complicidad en la familia?
Mi madre fue una gran cómplice, me buscaba cursos de pintura, me metió a hacer ballet siendo muy niña, tuve la suerte que en el colegio había una rondalla donde aprendí a tocar el laúd, ¡esa cosa tan práctica!, me convertí en la solista de la rondalla, hacia los solos. Y ya desde pequeñaja notaba qué aquello me hacía feliz.
¿Cuándo decide que quiere dedicarse al mundo del espectáculo? Después ya me puse a investigar más en profundidad, me di cuenta de lo qué quería hacer y me planteé estudiar arte dramático. Me pregunté cual era la mejor escuela de interpretación de España, en aquellos momentos estaban el Instituto del Teatro en Sevilla y el Institut de Teatre en Barcelona. A los 16 años, en mi primer rodaje, encontré a Terele Pávez y le pregunté donde tenía que estudiar para ser como ella, su respuesta fue: “Ni se te ocurra meterte en la Escuela de Madrid porque de allí salen fotocopias”, me dice eso una grande como Terele Pávez y le hice caso, finalmente fui a Sevilla a estudiar en el Instituto del Teatro, ahora soy una señora Licenciada.
¿Le ha servido? El título no me ha servido para nada, porque no he buscado ser docente, considero que soy mejor actuando que enseñando, y he sido consecuente. Pero la carrera sí que me ha servido, creo que uno de los talones de Aquiles de esta profesión es que la gente no estudia, la gente piensa que con tener talento, físico, o con tener ángel es suficiente. A mí, eso me parece una falta de respeto hacia los compañeros, hay tanto que aprender dentro de esta profesión que a veces no se aprecia hasta que no entras, no te metes a profundizar qué es, en qué consiste, qué metodología hay, qué da tu cuerpo, tu voz, tu mirada, es fascinante, fíjese cuántas vidas puedo llegar a vivir en el teatro dentro de una vida que es la mía.
¿Cree que todas las actrices maravillosas que hay en España y en el mundo piensan todo lo que usted me está contando? Hay tantas maneras de entender la vida como individualidades existen. Lo que le he explicada es mi manera de entender, es mi verdad, mi compromiso con el trabajo y con la vida en general. De hecho tanto en inglés, como en francés, italiano y más idiomas a actuar le llaman jugar, y jugar no implica hacer un ejercicio intelectual, jugar es una manera de estar, de hacer, de creértelo, para mí es lo único que no puede faltar en cualquier intérprete, para mí esa es la manera de estar en el escenario, o estar en la canción, o en la coreografía, tener un compromiso, tener respeto a lo que estás haciendo, es decir, entregarte, olvidarte de ti y ponerte al servicio de lo que estás haciendo.
¿Hay días que no tiene ganas de salir al escenario? Hay altibajos, hay días para todo, he subido al escenario con 40 de fiebre, he hecho la función igualmente aunque luego, al bajar, me he desmayado, he subido al escenario después de enterrar a una persona que amaba mucho. Hay cosas que tienen que ver con la vida y que nos pasan a todo el mundo, cuando subes al escenario eso tiene que aparcarse de alguna manera, hay técnicas que te ayudan a conseguirlo. Es el juego el que te lleva a otro universo si tú empiezas a jugar, la cabeza es capaz de poner un velo que cubra todo lo que traes de fuera para dejar que brille lo que tiene que brillar.
El cerebro, la energía y la respiración están a tu servicio, pero tienes que querer hacerlo, eso cuesta. Hay días que las piernas no te sujetan, y, tal vez, ese día haces una función un poco más pesada que lo que haces habitualmente. También eso es maravilloso porque cada día es diferente, llevo ocho años representando “ The Lovers” en restaurantes, en café teatro, en teatros, en salas de museo, en festivales internacionales, en parques, al aire libre, en festivales de verano… Llevo ya 500 representaciones y cada día me sorprende, siempre hay algo que me sorprende y eso sólo puede suceder si no estoy repitiendo, lo que estoy haciendo es jugar cada día.
¿Está aburrida de “The Lovers”?
Cada función es totalmente diferente porque además estoy sola, no hay cuarta pared, el público desde el minuto cero está presente, no se le sube al escenario, no hay una obligatoriedad a que el público se ponga en evidencia, desde el principio hay una invitación a la participación, tengo que ser una antena que tenga presente continuamente al público desde la primera butaca hasta la última, al público, al técnico, al camarero que pasa con la copa, todo lo tengo que tener controlado, con esta atención no se pueden repetir patrones, es imposible, porque la situación cada día cambia, con que el camarero pase cuatro veces en vez de tres, ya ha cambiado.
¿Está trabajando en la creación de nuevos espectáculos? Si, este espectáculo tiene ocho años, pero entre medias he seguido creando, lo que pasa es que esta vida es una vida muy longeva y muy amorosa, está funcionando muy bien, pero después de “The Lovers” he creado “Apasionata”, he trabajado con Anexa Teatre en “Tapersex”, he estado haciendo series, mi trabajo en paralelo ha seguido funcionando. Una cosa que tiene este show es que evoluciona con el tiempo, el “Nu” cabaret se alimenta del día a día, estoy muy atenta de lo que tengo a mi alrededor y de lo que sucede. Esta sociedad tiene un estigma a la hora de amar, amar te hace vivir, te van a hacer daño, hay una única fórmula amatoria que nos han contado que es la correcta, seguimos usando los mismos patrones para relacionarnos, esto está ya más que obsoleto.
¿No se ha avanzado? Igual hemos avanzado en políticas de género, aunque aún así ver una mujer encima de un escenario, guapa, cómica, en bragas y corsé, autosuficiente, empoderada, contando que ella ama y se mete por el cuerpo lo que ella quiere, así se lo digo, y que lo mismo tiene una forma amatoria que otra, todavía escandaliza a la gente.
¿Qué está pasando, a quién no le interesa que la mujer sea independiente y libre, al IBEX 35? Tampoco se puede hacer un corte tan limpio y señalar a un único punto, eso viene de muy atrás, està en nuestro ADN desde hace siglos, y sobre eso nos toca todavía luchar mucho y nos toca educar. Acabo de dirigir un proyecto en Málaga que no tiene nada que ver con el cabaret, es un tema que se llama “La verdadera vida de Madame Duval”, Madame Duval, era la identidad de Victoria Kent cuando estaba en Paris exiliada y buscada por la Gestapo y por Franco, lo que nos ha quedado en la memoria es que Victoria Kent era compañera de Clara Campoamor y mientras Campoamor defendía el voto femenino Victoria Kent lo rechazaba, eso es lo que nos ha quedado en la memoria, pero Kent explicaba su negativa al voto femenino argumentado que: “las mujeres no están preparadas para votar porque no había tenido acceso a la educación, las mujeres no habían ido a la Universidad, las mujeres no tienen una base para poder decidir, quienes van a votar, a través de ellas, son sus maridos y sus curas”. Ahí entra la Iglesia, y de esto no hace tanto tiempo, hace falta pues educación, educación y educación, tenemos todavía mucha educación que transmitir a la gente más joven, para que entienda que, en derechos, todo el mundo somos iguales, pero que viva la diferencia, hay que crear individualidad colectiva.
Actualmente hay chicas adolescentes cuyos amigos “especiales” les controlan las llamadas y mensajes del teléfono móvil, ya desde adolescentes les están controlando su privacidad. ¿Qué está pasando con estos jóvenes?
Están repitiendo patrones, si no te han dado un abanico de opciones se repite lo que se ha visto en casa o lo que dicen las redes o lo que dice la tele, desgraciadamente la información es así, todavía nos siguen metiendo esa información por los ojos dando como buenos esos roles. Es una buena manera para que la maquinaria de esta sociedad siga funcionando de la misma forma, que no se filtre nada, que no haya rupturas, que siga funcionando esta maquinaria, y por eso, cada ser, cada individuo, tiene que hacer su función, y si cada cual decide cambiar su función, esto se va al pedo, imagínese que todas las mujeres del mundo diéramos un zapatazo, este sistema explotaba, se lo digo ya.
¿O explota o mejora? De hecho, lo que hago encima del escenario, va en esa línea, cada cosa que lanzo la gente se ríe con la boca chiquitita, porque, en el fondo, lo que digo saben que es verdad.
¿El público no se incomoda nunca? Sí, deben incomodarse, eso significa que están haciendo un ejercicio de reflexión, y eso es maravilloso.
¿Y se van? Sí que se van, sí, se esperan ver un espectáculo de variedades, amable, con cierta crítica pero que no les moleste y se encuentran con una tía que hace una cosa que no se sabe muy bien qué es, si es concierto, si es cabaret, se les pide que no se acomoden en una fórmula escénica y luego ven a una tía que no tiene pelos en la lengua y que, sin faltar al respeto absolutamente a nadie, dice verdades como puños que seguro que el público también ha pensado, y si les molesta se levantan y se van porque el público mismo se pone en evidencia como ser humano, no todo el mundo está preparado para hacer cambios en su cabeza, en su vida, no pasa nada, yo no pretendo gustar a todo el mundo, me parece imposible y además creo que si fuera así no estaría haciendo bien mi trabajo.
En “The Lovers” habla de sus experiencias, ¿le han ocurrido o son puro teatro? Me han ocurrido. Trabajo sobre la no ficción “ficcionada”, es decir, me apoyo en experiencias propias que realmente es de lo que puedo hablar porque las he vivido y les doy la vuelta para que puedan ser contadas. El punto de partida fue agradecer a las personas que habían sido importantes en mi vida, con los que había tenido una relación y que me habían hecho convertirme en quién soy, y no olvidemos que una vez alguien ha pasado por tu vida ya se queda en tu ADN porque las experiencias que has compartido con esa persona te han conformado como persona y eso ya te acompaña el resto de tu vida, algunas son olvidables pero forman parte de ti, hay errores, muy malas experiencias, pero toda experiencia, te ha hecho convertirte en quién eres aquí hoy y ahora, y eso es “The Lovers”.
Hace unos años se hablaba mucho de sexo, había libros sobre ello, semanarios, programas de televisión, se hablaba de sexo de una forma natural, todo eso despareció y ahora, en estos días, parece que el sexo no existe, ¿desapareció de nuestras vidas? Estoy pensando que igual tiene qué ver con las corrientes políticas, hay políticas que son mucho más estrictas con el tema del sexo, es como si no existiera, como si fuera sucio o que ha de pasar, sí o sí, por un tamiz llamado matrimonio o pareja estable, y luego hay corrientes de pensamiento que son todo lo contrario, contacto con la naturaleza, contacto con tu cuerpo, apertura de mente, también hay modas de las que somos víctimas, no sé…
Yo hablo de sexo porque hablo de amor, y como para mí las relaciones sexuales tienen un contenido de amor, aunque esto hace que siempre me miran con el ojo “cagao”, dicen el sexo es sexo y el amor es amor, bueno será para ti, yo creo que en el momento en el que comparto mi cuerpo, mi templo, con otro cuerpo, con otro templo, tengo que cuidar de esos cuerpos, y tengo que amar esos cuerpos para disfrutarlos, no estoy hablando de matrimonio, estoy hablando de otro vínculo de mucha más entrega absoluta y es un compromiso en ese momento, aquí, ahora mismo, yo amo tu cuerpo, luego te estoy amando a ti, mañana ya veremos si nos volvemos a llamar o no, veremos, pero ahora, ¿por qué vamos a estar a medias pudiendo estar a cien?
¿La Covid nos ha cambiado a todos, la relación, la forma de encontrarnos, la forma de ser? Nos ha cambiado interna y externamente, imagino que esto se estudiará dentro de 15 años, y se hablará de los cambios sociales que ha provocado este virus, ha cambiado muchísimo, la sociedad de la sangre caliente, nos ha cambiado la forma de relacionarnos, ayer iba al teatro y me emocioné, se me cayeron las lágrimas, porque vi a una chiquilla como de 14 años corriendo para tirarse literalmente a los brazos de otro chiquillo como de 15 años, se dieron un abrazo que se rompieron, y los dos con mascarilla. Esto durante más de un año no lo hemos podido hacer, hemos tenido que mutar, no ha habido otra, y nos hemos metido mucho más para adentro, me doy cuenta, el público está más para adentro aunque tenga ganas de salir para afuera, nos hemos acostumbrado a hablar en soledad, da mucha penita, sí. A nivel humano ha cambiado la sociedad.
¿Se toman medidas en el teatro, es seguro acudir al teatro? Si, hacemos, completamente lo que dicen las autoridades sanitarias, y seguimos las normas al pie de la letra, ahora bien, también le digo que hay cosas incomprensibles como que en el teatro tenemos que tener un 30% menos del aforo, mascarillas, gel de entrada, limpieza de la sala cada vez que hay un pase, se tiene que mantener sí o sí, y que caen como moscas teatros y empresarios, porque esto es imposible de mantener, es muy duro y aún así estamos resistiendo como jabatas.
Luego me monto en un AVE y estoy rodeada de gente, me han cobrado 120 euros por un billete y tengo a una persona al lado, a dos personas delante, a dos personas detrás, ¿en qué quedamos?, en los teatros seguimos con la distancia de seguridad y el 70% del aforo, y en RENFE no es así, lo sé porque he estado viajando por trabajo. Las salas a medio gas y la RENFE a saco, y los autobuses a saco, y el metro a saco, entiendo y apoyo las medidas que impone sanidad por salud, por supuesto que sí, pero para unas cosas tanto y las otras nada, no lo entiendo. También creo que, en la sociedad, estamos los primos pobres que son a los que menos caso nos hace, y la cultura cabe dentro de ese rango.
¿Va a continuar haciendo cabaret, le merece la pena? Fíjese si me merece la pena que llevo haciéndolo toda la vida sin saberlo, desde que empecé a hacer mi primera investigación, mis primeros montajes de autoría, como buscando mi propio lenguaje, sin saber que estaba haciendo un cabaret ya lo estaba haciendo, creo que hay muchas formas de hacer espectáculo y me gustan todas, me gusta la danza, el teatro clásico, el teatro contemporáneo, pero mi manera de expresarme tiene todo que ver con esta fórmula, porque puedo hacer exactamente lo que me hace feliz, son espectáculos de “Nu” cabaret en donde puedo meterle todo lo nuevo que va entrando en mi vida, es una fórmula que me permite crecer en felicidad, en bonito, en bien, en generoso, en amable, y en divertido, por favor, hay que divertirse.
¿Está sola en el escenario? Llevo más de treinta años currando en esta profesión, como soy muy inquieta y también me gusta mucho ponerme a prueba, a ver hasta dónde puedo llegar, he trabajado para mí y para otra gente como productora, como guionista, como directora, en vestuario, coreógrafa, bailarina, compositora, actriz, cantante, me interesa todo lo que tiene que ver con la creación, así que me pongo a prueba como mas calidoscópica y ahora me he dado cuenta de que, cómo encima soy muy intensa, no me canso haciendo muchas cosas a la vez, todo lo contrario, me pone, me produzco, me escribo, me dirijo, me compongo, me hago el vestuario y me hago las coreografías, si lo hago para otros, ¿por qué no lo voy a hacer para mí? ----------- Imágenes: Sara Sánchez
|