Con la llegada del verano, los deportes acuáticos se convierten en la mejor opción para disfrutar de los beneficios tanto físicos como emocionales que proporciona el ejercicio físico. Además, este tipo de deportes en el agua tienen múltiples propiedades terapéuticas para las personas con discapacidad, como pueden ser la mejora de la coordinación y el equilibrio, el desarrollo muscular y el control del peso, entre otros.
En el medio acuático el peso corporal disminuye considerablemente, esto nos dará la opción de poder hacer otro tipo de ejercicios y adaptarlos a las necesidades de cada persona. “A nivel mental, el ejercicio en el agua también te permite sentir una mayor sensación de libertad. Podremos como se indica a continuación adaptar reglas para fomentar actividades inclusivas. Los movimientos corporales no están tan limitados, y esto nos puede favorecer de cara a hacer ejercicios que fuera de este medio no podemos, pudiendo también mejorando nuestra conciencia”, explica Daniel Rivas, entrenador de BluaU de Sanitas.
“Como bien sabemos, el deporte inclusivo es la práctica de deporte de manera conjunta entre personas con y sin discapacidad. Para poder realizarlo, en algunas ocasiones es necesario la aplicación de reglas adaptadas, o materiales que se adecuen a cada persona. En este sentido, el agua es un medio muy propicio para que las personas con y sin discapacidad practiquen juntas diferentes tipos de actividades”, explica Javier Pérez, director de la Cátedra Fundación Sanitas de Estudios sobre Deporte Inclusivo, quien añade que “practicar deporte en el agua aumenta la capacidad cardiorrespiratoria, ayuda a reforzar posibles problemas de columna y permite trabajar diferentes capacidades en un mismo ejercicio”.
Por todo ello, la Cátedra propone las siguientes actividades acuáticas inclusivas para este verano:
Natación: La natación es uno de los deportes más completos y, además, no requiere de un equipo específico adaptado, algo que facilita su práctica. Es uno de los pocos deportes que se practica de forma continua desde los primeros Juegos Paralímpicos, en 1960. Asimismo, cada vez más piscinas son accesibles, lo que permite que puedan nadar para su propio desarrollo o en el marco competitivo personas con discapacidad junto a personas sin discapacidad.
Submarinismo: Aunque esta actividad sí requiere un conocimiento más profundo sobre la misma, existe material adaptado que lo convierte en un deporte integrador y seguro que, además, ofrece unos beneficios muy diferentes como es observar el fondo marino e impulsar el trabajo en equipo. En cualquier caso, es preciso tener en cuenta que este deporte puede estar contraindicado para algunas personas, según las capacidades físicas y cognitivas que presente.
Vela: Existen múltiples campeonatos de este deporte que se realizan de manera inclusiva. Entre los valores que promueve están la tolerancia, el respeto y la colaboración, y cuenta con adaptaciones en las embarcaciones como es la sustitución del timón por palancas tipo Joystick. Este deporte permite desarrollar también la independencia y autonomía de los deportistas.
Piragüismo: Este deporte fue considerado paralímpico en el año 2010 y se suele realizar en embarcaciones tipo kayak en ríos, lagos o mares de aguas tranquilas. Dispone de un material de protección como cascos y un traje especial de neopreno y es una actividad perfecta para realizar de manera inclusiva y disfrutar, a su misma vez, de los paisajes que proporciona la época estival.
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