Las nuevas etiquetas de eficiencia energética (EEE) se introdujeron en toda Europa en 2021. Y desde este 1 de septiembre, la nueva norma se aplicará también a las bombillas y fuentes de luz, una ayuda a las familias a la hora de ahorrar en luz ahora que vive sus momentos más caros. Por ello, el comparador de tarifas Selectra ha elaborado un informe en el que compara los precios de cada bombilla, los cambios en las etiquetas y cómo entender estas.
“La Etiqueta Energética es una herramienta fundamental de ahorro sobre nuestro consumo energético diario, ya que ayuda a los consumidores a elegir el electrodoméstico o la bombilla que mejor se adapte a su necesidad”, afirma Jaime Arbona, director de Selectra. “De hecho, según las estimaciones de la Comisión Europea, las nuevas etiquetas energéticas para los electrodomésticos y bombillas podrían ayudar a ahorrar 38 TWh/año en 2030, lo que corresponde al consumo anual de un país como Hungría."
Qué bombillas elegir: diferencia entre precio y consumo Teniendo en cuenta la nueva clasificación y la ausencia temporal de algunas clases como se ha mostrado anteriormente, es bueno aprender a desentrañar estas para elegir la bombilla más eficiente en la actualidad, que además permita tener un menor impacto en el medio ambiente y en la factura.
Para ello Selectra ha comprado tres tipos de bombillas habituales, teniendo en cuenta que el consumo de estas se expresará en la etiqueta en kWh/1000 horas de uso y considerando un uso medio de la iluminación de unas 3.000 horas al año. Así pues, una bombilla LED, por ejemplo, tiene un consumo de unos 35 kWh/año y un coste medio en la factura de 5 euros/año. Una bombilla de este tipo, con el nuevo etiquetado, se situará en la clase D o E, en función del rendimiento específico.
Un consumo ligeramente superior tiene una bombilla fluorescente que con 41 kWh/año y 6 euros/año en la factura acabará en la clase F. Un modelo halógeno, en cambio, consume 123 kWh/año, aumentando el coste medio a 19 euros: esta bombilla acabará en la clase G, siendo de hecho la menos eficiente del mercado. Todo ello sin considerar las bombillas incandescentes -ya fuera del mercado- que con un consumo de 175 kWh/año llevan el coste medio a 35 euros/año.
Por lo tanto, suponiendo una situación realista de una casa con al menos 10 bombillas, según Selectra el ahorro sería evidente: frente a las antiguas bombillas halógenas, con un coste medio en la factura de 190 €/año, la sustitución por ejemplo por un conjunto de bombillas LED (50 €/año) es más evidente, permitiendo ahorrar hasta 140 €/año.
¿Qué cambia? 1. Adiós a la "A+++": la nueva escala de la etiqueta Una de las características más importantes de la nueva etiqueta es la vuelta a una clasificación más sencilla con la escala de 7 clases de eficiencia energética -coloreadas de verde a rojo- de la A (la mejor) a la G (la peor). Así, decimos adiós a las clases adicionales caracterizadas por el signo +, que dificultaban a los clientes la identificación de los productos más eficientes. Además, habrá un reajuste periódico que se realizará cada 10 años o cuando un porcentaje significativo de modelos se sitúe en las dos clases de eficiencia más altas.
2. Del consumo al código QR: cómo leer la información de la etiqueta de las fuentes de luz Además de mostrar el nombre o la marca del fabricante y el modelo, las nuevas etiquetas de las bombillas destacan el consumo de energía en kWh, para 1000 horas de uso y la clase de eficiencia energética del modelo. Asimismo, se digitalizan aún más, ya que se ha introducido un código QR que, escaneado con la cámara de un smartphone, permitirá encontrar información adicional sobre el producto a partir de la base de datos europea EPREL (European Product Registry for Energy Labelling).
3. No hay bombillas en las clases energéticas A, B y C En el momento de la primera aplicación de la nueva etiqueta a las bombillas, las clases A, B y C deberán permanecer vacías y los productos se colocarán en las nuevas categorías mediante un proceso de "reescalado". Esta decisión tiene como objetivo estimular la innovación tecnológica y dejar espacio para nuevos modelos más eficientes que entrarán en el mercado en el futuro.
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