Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Sexo | Suicidio | Adolescencia

Suicidio, en los abismos del tabú

José Carlos García Fajardo
martes, 15 de septiembre de 2015, 06:30 h (CET)
Cada día casi tres mil personas en el mundo ponen fin a su vida. Cada hora, ciento veinticinco personas se suicidan, más de dos personas por minuto. Un millón de personas se quitan la vida cada año, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El suicidio estaba entre las tres primeras causas mundiales de muerte en personas de entre 15 y 44 años, aunque el sector con mayor riesgo era el de los adolescentes. Ahora los suicidios de personas mayores sin prestaciones médicas se han disparado en más de un 30%. Son las personas de edad que ya no se sienten útiles, ni necesitadas, ni queridas; y ahora con pensiones recortadas, el copago o sin prestaciones.

Hablamos de suicidios verificados, no de los camuflados en “accidentes”, previa ingestión de drogas, de alcohol o de broncas emocionales que conducen a aplastar el acelerador. También existen “suicidios” en el abandono de tratamientos médicos, para “hacer pagar culpas a la familia”.

Muchos ancianos que viven solos en las ciudades grandes y que “aparecen” muertos, no se han pegado un tiro, ni se han tirado por la ventana ni ingerido venenos, se han dejado morir, abandonándose en la comida y en la higiene, perdiendo fuerzas, y hasta intuyendo una liberación en dejar de llevar un vivir sin sentido.

¿Sabe alguien cuántos soldados se han dejado morir por no poder soportar la tensión de una confrontación absurda? ¿Hay suicidio más eficaz que dejarse matar por el “enemigo”, y encima sin “deshonor” ante la familia pues te los rinden militares? ¿Tiene sentido la muerte de militares españoles en una absurda misión en Afganistán que costó decenas de miles de millones, para nada?

La OMS prevé, para 2020, que el número de muertes por suicidio en el mundo, cada año, superará el millón y medio. Por ello es tan importante tratarla con una aproximación psicológicamente cálida, acogedora y digna. Y con el arsenal terapéutico del que disponemos. Y con tiempo, paciencia, con ese sumergirse en el drama del enfermo. Recordemos que ‘asistir’ (assistere) es, “estar al lado del otro”.

Los profesionales que trabajan en la prevención de los suicidios insisten en que se trata de muertes evitables que, en algunos países, alcanzan a 10,4 por cada cien mil habitantes y, entre los adolescentes, el riesgo es del 30% por la misma proporción y ahora en personas mayores sin medios.

Ya sabemos que el suicidio es un tabú tan fuerte como el incesto o, hasta hace poco, la homosexualidad. En los Libros de estilo de muchos medios se reglamenta la publicación de estas noticias, “porque pueden provocar estímulo de imitación”.

La OMS pide mejorar la educación en el tema, reducir la estigmatización y aumentar la conciencia de que el suicidio es prevenible. Increíble pero, en muchas legislaciones, el intento de suicidio se castiga como delito. Y a un enfermo no se le lleva al paredón, se le cura y después se le fusila. La Iglesia católica y otras religiones castigaban al suicida con la prohibición de ser enterrado en “tierra sagrada”. Con el progreso en la conciencia de una mayor libertad y responsabilidad, se han avenido con el subterfugio de que “no sabían lo que hacían”, “locura transitoria”, “fuera de sí, “enajenados”.

No hay más que ver las dificultades que tiene un enfermo terminal para tener una muerte digna, mediante suicidio asistido, o mediante eutanasia positiva, por compasión y por justicia. ¿Tanto cuesta reconocer el derecho a disponer de la propia vida? ¿Alguien nos ha pedido permiso para nacer? ¿Pueden imponerse ideologías que parten de falsas premisas y de un fanatismo que condena a vivir, como durante siglos bendijeron las condenas a morir?

Es necesario prevenir decisiones fatales que podrían evitarse mediante atención médica y psicológica, comprensión y tratamiento, información adecuada y medios eficaces al alcance de enfermos depresivos, alcoholismo, drogadicción y esquizofrenia. Adolescentes que no asumen su realidad sexual, o de ancianos sin medios para vivir con dignidad porque la sociedad se lo debe ya que las cosas no son de su dueño sino del que las necesita. Y aunque la vida no tuviera sentido tiene que tener sentido vivir, pero con dignidad y sin padecimientos insoportables. No vamos de la vida hacia la muerte, sino que aspiramos a momentos felices al saberse uno mismo, libre y responsable.

Noticias relacionadas

La INOCENCIA nace en el momento en que dos seres queridos se entregan su ilusión de vida. La INOCENCIA, a veces, por desgracia de la realidad social que nos envuelve, nace rodeada de violencia egoísta y salvaje. En todos los casos la INOCENCIA, camina silenciosa, sonriendo en su más íntimo interior, llorando con lágrimas que sólo él siente, pataleando con sus piernecitas buscando libertad, hasta que llegado el día, una luz cegadora rompe el llanto de la VIDA: la INOCENCIA ha nacido.

Una vez más, cuando suenen las doce campanadas, se repetirá el gran prodigio: el eterno ciclo de la transición, en el que todo ha de morir para volver a vivir. Lentamente, agotado por el peso de sus días, 2024 camina hacia el final de su viaje. Tras de sí arrastra el abrumador fardo en el que hemos ido depositando nuestras alegrías e ilusiones, nuestros desencantos, frustraciones y fracasos, nuestros pequeños retazos de felicidad y los afilados puñales que se clavaron en el alma.

Una de las ramas del conocimiento filosófico es la filosofía de la ciencia.  Se ocupa de analizar las bases conceptuales de la ciencia y está también directamente relacionada con la historia de la ciencia. Se investiga ¿Qué es la ciencia? y ¿cómo se generan y justifican las teorías científicas?, junto con muchas otras cuestiones, acerca de lo científico y la relación entre la ciencia y la realidad. 

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto