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Envejecimiento

José Manuel López García
miércoles, 16 de septiembre de 2015, 05:30 h (CET)
Con la mejora de las condiciones de vida, y con los crecientes avances de la medicina en el presente y en el futuro se abren buenas perspectivas, de cara a un incremento de la longevidad de las personas. Y también de un aumento de la calidad de vida. Las investigaciones de Ana Mª Cuervo catedrática de la Escuela de Medicina del Albert Einstein de Nueva York están en esta línea. Es muy positivo que los individuos puedan vivir más tiempo, e incluso llegar a ser centenarios. Porque, independientemente, de las creencias religiosas que una parte de la población tenga, lo que parece indiscutible, es que la vida física se acaba con la muerte.

Por tanto, la conclusión inevitable es que lo mejor, y lo más racional es poder vivir con la máxima intensidad posible el mayor tiempo posible. Esto parece, a priori, incontestable. Presuponiendo que las personas no sufran excesivos dolores o padecimientos.

Actualmente, Ana Cuervo está investigando sobre la limpieza celular y sus efectos en el envejecimiento de la población. Junto con otros especialistas, como el inmunólogo Fernando Macía, han desarrollado unos compuestos que activan la limpieza celular del cuerpo que son prometedores, ya que los están probando en animales, y están respondiendo muy bien. En el futuro se podrán elaborar en forma de medicamentos que hagan más lento el inevitable proceso de envejecer. De este modo, se logrará que la existencia de las personas, desde los cincuenta o sesenta años, en adelante sea de más calidad al gozar de mejor salud, y un organismo que se mantenga, por más tiempo, en buenas o aceptables condiciones.

Indudablemente, los hábitos saludables propician una limpieza celular más efectiva, sin utilizar fármacos. El ejercicio cotidiano, la dieta equilibrada, y dormir lo necesario son las pautas esenciales a seguir para retrasar, lo más posible, el envejecimiento, y llegar, de mejor manera, a una edad avanzada. Si tenemos en cuenta que cada vez la esperanza de vida es mayor, podemos ver más claramente, la importancia de esta cuestión.

Los avances médicos son espectaculares, y lo serán aún más en los próximos años y décadas. Por ejemplo, ya se está experimentando con los llamados “órganos en un chip”. Se someten las células de un determinado órgano a impulsos electrónicos para medir los efectos de los fármacos.

Incuestionablemente, con las aplicaciones de los móviles, las tabletas, los ordenadores, y otros dispositivos electrónicos se producirá una revolución en la sanidad en los próximos años y decenios. Se podrá, probablemente, reducir el número de visitas a los hospitales y centros de salud, porque la población estará más controlada respecto a su salud, si así lo desea, a distancia a través de dispositivos electrónicos como los móviles, etc. Todo esto parece ciencia ficción, pero es muy probable que suceda. De hecho redes sociales como Facebook pueden ser de gran utilidad, si se crean repositorios, con consentimiento previo como es lógico, para que los médicos puedan supervisar la salud de sus pacientes, sin necesidad de una presencia física muy frecuente, en los centros sanitarios, salvo que sea necesaria. Todo esto parece muy alentador, e inyecta optimismo.

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