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La búsqueda de la juventud es algo constante en la sociedad moderna, desde cremas antienvejecimiento hasta procedimientos quirúrgicos, las personas invierten tiempo y recursos significativos para mantener una apariencia juvenil, este fenómeno no solo refleja una preocupación por la estética, sino también una compleja red de expectativas sociales, psicológicas y culturales.
El envejecimiento de la población en nuestro país es una realidad. Según los últimos informes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), para 2050 las personas mayores de 60 años representarán más de un tercio de la población total del país. Este escenario nos plantea importantes desafíos como sociedad, especialmente en lo que respecta a garantizar una buena calidad de vida para nuestros adultos mayores.
En los últimos años, España se ha consolidado como uno de los países con la tasa de natalidad más baja de Europa. En 2023, se registraron apenas 7,1 nacimientos por cada 1.000 habitantes, una cifra que deja al país en el segundo puesto de este preocupante ranking europeo, solo por detrás de Italia. Este descenso no es una novedad, sino la continuación de una tendencia que lleva décadas en marcha, pero que en los últimos años ha mostrado una aceleración alarmante.
El aumento de la población más envejecida incrementará la frecuentación hospitalaria. De mantenerse la tendencia actual, los ingresos en los servicios de Medicina Interna (SMI) se duplicarán en 2050 respecto de 2013 (entre 2005 y 2015 se incrementaron un 53%) a expensas de pacientes con edades avanzadas, con mayor prevalencia de pacientes pluripatológicos, con fragilidad y dependencia, y en los que el proceso de hospitalización puede agravar su vulnerabilidad.
El envejecimiento progresivo de la población trae consigo cada vez más casos de deterioro cognitivo y aumentan las posibilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, a pesar de la prevalencia y carga de la enfermedad, existe una tasa significativa de infradiagnóstico que dificulta su detección precoz y el inicio temprano de los tratamientos que podrían ralentizar la progresión del deterioro y mejorar la calidad de vida de estas personas.
La protección solar es esencial en el cuidado de la piel a cualquier edad, pero cobra mayor importancia a los 60 años. A esta edad, la piel ya ha experimentado años de exposición acumulada al sol, lo que aumenta la necesidad de protegerla de más daños, por lo que debemos elegir cuidadosamente el protector solar, priorizando el factor, que sea de amplio espectro, con filtros físicos y, a ser posible, formulados para pieles maduras con antioxidantes y ácido hialurónico.
De los últimos informes y estudios del INE (Instituto Nacional de Estadística) sobre el tema de la demografía en España dan unos resultados horribles, pésimos. De aquí a pocos años la población española habrá envejecido a un ritmo vertiginoso y, en cambio, el índice de natalidad habrá empeorado de forma alarmante, es decir, los augurios no son buenos, y las previsiones son nefastas.
La vejez no es deseable, pero sí lo es, en cambio, conservar intactas las pasiones y el deseo durante la adultez. Diría incluso que es ésta una de las formas existenciales más elevadas de transcurrir saludablemente lo inexorable. Esto es, obviamente, una conjetura. Una hipótesis necesaria ante la escasa predisposición histórica de pensar filosóficamente la vejez.
A medida cumplimos años se incrementan los miedos, las fobias y las preocupaciones. Los cambios físicos, sociales y emocionales que los mayores tienen que asumir en el proceso de envejecimiento pueden desencadenar temores y ansiedades. Comprender estas dinámicas y saber cómo afrontarlas es clave para ayudar a los mayores en su vejez, un momento en que se acrecientan los miedos, especialmente cuando las personas viven solas.
Se define la demografía como ciencia cuyo objetivo son las poblaciones humanas, haciendo hincapié en su crecimiento y estructura, con un peso significativo de las técnicas estadísticas. Aunque se utiliza con frecuencia el adjetivo “demográfico” en diversos contextos, no parece que asunto tan principal sea el centro de interés en el presente.
En el 2023, España alcanzó un hito demográfico crucial con más de dos millones y medio de personas en edad de jubilación, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este fenómeno, marca el comienzo de una transformación en la demanda laboral, dando lugar a una creciente necesidad de profesionales especializados en el cuidado de la salud y servicios dirigidos a la tercera edad.
Las sociedades que cuidan a sus mayores para que tengan, simplemente, una vida saludable, son sociedades calculadoras: “edad, salud, costumbres e independencia”. Esos baremos, tratados con IA, nos dan el tipo de persona que interesa cuidar más; el tipo de persona que importa, pero menos; el tipo de persona que hay que mantener, sin más; el tipo de persona que ya no importa.
Todos envejecemos y, con la edad, el cuidado es una prioridad. Por eso, el cuidado de mayores en casa se ha convertido en una opción altamente valorada para brindar apoyo, atención y calidad de vida a las personas dependientes. Los servicios de cuidado de mayores se han adaptado para satisfacer las necesidades únicas de cada persona.
Que la edad media de la población de la Unión Europea va en aumento constante es un hecho. Según los últimos datos de Eurostat, a 1 de enero de 2022, la mitad de los europeos tenía más de 44 años. ¿Cómo puede afectar esto a la economía de la eurozona? ¿A qué problemas deberá hacer frente?
País Vasco vuelve a encabezar el ‘Ranking de Territorios por la Economía Sénior 2022’, seguida de Castilla y León y Navarra. Estas son las comunidades autónomas con más recursos, servicios y nivel de participación de los mayores de 55 años. Destacan por ser las regiones que están mejor preparadas y tienen mayor capacidad a la hora de ofrecer oportunidades a un colectivo compuesto por 16 millones de personas que representa el 33% de la población total y a 1 de cada 3 autónomos.
El Dr. Tony Wyss-Coray dirige el rejuvenecimiento con transfusiones de sangre en Stanford. El objetivo principal de su investigación inyectando sangre joven, no es alargar la vida, sino conseguir que el Alzheimer, a pesar que no se cure sirva para una significativa mejoría para las personas que lo padezcan.
Charito (María del Rosario Testa) se presenta como candidata a la alcaldía de Patones, un pueblo de la Comunidad de Madrid, a los ¡99 años de edad! Su slogan de campaña no puede ser más feminista: “Mueven más dos tetas que dos carretas”. Lo sorprendente para mí fue la simpatía, lucidez y el desparpajo que demostraba cuando su centenario estaba ya a punto de cumplirse.
El envejecimiento de la población es una tendencia mundial definitoria de nuestro tiempo, pero los países pueden cosechar los beneficios dando a todos la oportunidad de envejecer con buena salud y promoviendo la igualdad de oportunidades, según un nuevo estudio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Según el informe, 761 millones de personas en todo el mundo tenían 65 años o más en el año 2021, cifra que aumentará a 1600 millones en 2050.
Por desgracia, en pleno siglo XXI, el cuidado de nuestros mayores sigue siendo en su mayoría asumido por las mujeres, dentro del seno familiar, como si fuese una obligación, hermanas hijas etc., mientras los varones, en su mayoría, “siempre existen excepciones”, se lavan las manos y viven su vida.
La medicina estética ha sufrido una democratización enorme en los últimos años, de la que muchas personas se han aprovechado para conseguir todo tipo de tratamientos e intervenciones que mejoran sus características físicas o las acondicionan para conseguir un resultado más ajustado a los gustos de cada persona.
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