Dicen que la felicidad es gratis y es cierto, porque es sólo cosa nuestra promover un gesto que trae innegables beneficios para la salud física y mental: la sonrisa.
Según Laura Palomares, psicóloga y directora de Avance Psicólogos, “sonreír tiene muchos beneficios, tanto psicológicos como sociales y físicos”. Esto se debe a que “cuando lo hacemos, estamos activando ciertos músculos de la cara, que a su vez estimulan áreas del cerebro que tienen relación con el placer y el refuerzo”.
El motivo científico es que existe una zona, en el cerebro medio, que se activa con la sonrisa y eso aumenta la producción de endorfinas y de serotonina (ambas, responsables de un buen estado de ánimo y bienestar).
Por otro lado, algunos estudios científicos han demostrado que sonreír reduce los niveles de hormonas causantes del estrés (adrenalina, cortisol y dopamina) y disminuye la presión arterial. Dos motivos de peso para torcer la boca hacia arriba.
Cambia el chip
Si tienes un mal día y te fuerzas a sonreír, por ejemplo cuando sales a la calle y saludas a la gente al pasar, verás que te cambia el humor en un segundo. Y es que, “la sonrisa activa zonas del cerebro prefrontal izquierdo, que tiene relación con todo lo relacionado con el bienestar y el placer”, añade Palomares.
Otro de los motivos de su beneficio a corto plazo es que “la sonrisa, al igual que el bostezo, es un gesto muy contagioso. Por lo cual, cuando sonríes estando con gente, se genera un efecto dominó y a tu alrededor al final se crea “buen rollo” espontáneo.
Por todo ello, no transmite lo mismo una persona que está siempre seria, que otra que siempre sonríe. Según explica Laura, la causa es que “las personas sonrientes generan mayor confianza y credibilidad ya que esta mueca transmite, de forma inconsciente, relajación. Es decir, son más carismáticas”.
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