Me encuentro en San José, Costa Rica. En poco más de una ya estoy en Orotina, una hermosa y pintoresca ciudad ubicada entre una frondosa vegetación. Ahí yace el paraíso del silencio que es Lodge&Spa, en donde me espera el ganador Calú Cruz, promotor y escritor que vive en primera persona el concepto de solidaridad cultural. En la terraza me espera y hablamos durante más de dos horas sobre el arte, la cultura y la cooperación dentro del mundo cultural.
Además de ser un gran escritor con destacadas obras desde el año 2012 y ya ganador del Certamen Literario Brunca 2021, premio por el que lo felicito a causa de su obra “La Casa de las Moscas”. En un mundo en el que está de moda la individualidad y cuya máxima es la competitividad, mi amigo se encuentra sumido en la labor de la Cooperación y la Solidaridad Cultural pues es el Coordinador del Colectivo Cultural Birlocha y de la Birlocha Literaria.
Por un lado, la faceta de exitoso escritor y, por otro, la de promotor cultural que trabaja en conjunto con otros Colectivos para un mayor desarrollo de la cultura y del arte en su país, y en la región. Un proyecto como la Antología del Bicentenario de Centroamérica, de 𝐀𝐘𝐀𝐌𝐄 𝐄𝐃𝐈𝐓𝐎𝐑𝐈𝐀𝐋 ha unido a numerosos países y colectivos, y en ella ha participado con gran maestría. Este proyecto está creciendo, tiene un enorme efecto positivo y alcanza a millones de personas, pero, especialmente, contribuye a la cultura, el arte, la música y el cine.
Esta es una iniciativa que está cambiando las vidas de muchas personas y su beneficio va mucho más allá del dinero en sí mismo, pues contribuye al desarrollo cultural y al descubrimiento de nuevos talentos en tiempos de crisis para esta cultura que se ve tan afectada por la pandemia y la crisis económica global.
La vida, como la cultura, no aguarda a nadie, solo nos sucede, y por ello es necesario aceptarla sin prisa, comprometerse, luchar hasta alcanzar las metas y colaborar con generosa actitud de servicio.En suma, desde su puesta en marcha ha tenido un enorme efecto positivo, ha cambiado la vida de las personas y va más allá del dinero en si, como lo dije antes.
Ante este panorama le planteo dos preguntas puntuales:
Ante este movimiento de cooperación y solidaridad cultural en un mundo individualizado y competitivo, ¿cuál es tu opinión, como escritor y como promotor cultural, sobre este esfuerzo colectivo de colaboración y solidaridad cultural? Gracias por tu valía como escritor y promotor, José, y por el aplomo en tu quehacer. En primera instancia, es menester entender a la humanidad como un solo colectivo que tiene, eso sí, rasgos diferenciadores según el lugar en que nos encontremos. Sinceramente, José Luis, es en el unir esfuerzos que la humanidad avanza a pasos de gigante. La diversidad de opiniones enriquece, no solo el intelecto; sino, también, la parte emotiva y de socialización. Los puntos de vista divergentes construyen y ayudan a modelar cualquier práctica cultural y por ello mismo apunto a la democratización de la cultura, y la diversidad de voces.
Si una actividad o varias, se dirige, por ejemplo, a una región, lo mínimo que debería existir es un conocimiento empírico sobre la conducta y gustos de esas personas. Por ello, con un equipo conformado por estas nobles personas se vuelve más sencillo conquistar los peldaños superiores y obtener éxito.
En síntesis, hermano mío, solo en la unión de fuerzas y la colectivización, se logran traer los frutos más dulces y trascendentales. Yo, por ejemplo, soy docente, pero eso no me limita a tener sueños y aspiraciones que vayan más allá de mi lugar de trabajo. Si varios elementos humanos pensáramos del mismo modo y nos uniéramos, a como está sucediendo ahora mismo, podríamos dejar huella en la humanidad. La competitividad debe quedar en el olvido y cambiarse por la unión paulatina. Se debe, antes, desaprender esos esquemas obsoletos sociales para irnos uniendo de la mejor manera (ese sí debe ser un compromiso individual).
¿Qué futuro prevés para este esfuerzo de colaboración cultural? Desde la organización de la Birlocha Literaria, hasta la fomentación de un esfuerzo tan noble como la afamada y trascendente Antología del Bicentenario de Centroaméricavislumbro todo un mover artístico, social y político con gran impacto en la humanidad. No se espera menos porque la unión nuestra atraviesa fronteras, cruza mares y nos une en una gran sala a todos los interesados en el hacer y la transformación social.
Esta solidaridad cultural ha impregnado sistemas educativos, impactado a los más jóvenes, a los más sabios-nuestros ancianos- y ha servido como ejemplo palpable de una ruta que se debe continuar para provecho nuestro. Siendo aún más honesto, vislumbro un futuro prometedor para todos aquellos miembros que estén en el epicentro y quienes decidan no quedarse por fuera de está gran y comprometida comunidad pues vamos por más (…).
Para finalizar, José Luis, agradezco esta visita a la siempre hermosa Orotina, tu calidez como ser humano interesado en la cultura de los pueblos, sus vivencias y quehacer. Aprovecho para hacerte este presente, un libro que brota de mi pluma y orgullo de mi gente, “El eco de los durmientes”.Y envío un fuerte y caluroso abrazo a los lectores de tan prestigioso medio informativo español que goza de gran difusión y visualización internacional .¡Muchas gracias! Para terminar quizás lo haga con las palabras de otra gran artista, cantante en este caso que sigue por esta senda y que se encuentra muy implicada desde su posición: “La colaboración y la solidaridad, cultural y humana es un rasgo por el cual la cultura y la especie la logrado superar obstáculos. Es algo que permite conectar con la parte humana y es nuestra responsabilidad. Tenemos que crear esperanza, en nuestro contexto. En ocasiones se precisa un poco de ayuda para alcanzar los objetivos”, -Gabriela Franco, cantante y artista de Ecuador-.
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