Hace unos días me convocaron a una cata de aceite en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, concretamente en el Saló dels Miralls, me sorprendí y luego me puse contenta, ¿por qué?, sencillamente, el Liceu, abre a todo el mundo sus puertas y se agradece. Hace años de ello, sí, lo ha hecho poco a poco, es sabida la evolución de ese templo que acoge a grandes músicos.
En el Liceu, he visto a Montserrat Caballé, Carreras, Pavarotti, Maria del Mar Bonet, Marina Rosell, Woody Allen, Julio Iglesias, el Dúo Dinámico y un montón de artistas diversos, los que llevan la música por el mundo, larga lista de cantantes, orquestas y diferentes estilos. Pero no siempre fue así, el Gran Teatro del Liceu nació para la clase adinerada, para los burgueses, aquellos que en sus palcos se encontraban con sus entrañables amistades.
OTROS ESTILOS ADEMÁS DE ÓPERA
Con el avance de la sociedad se abrió la mano y llegaron al escenario con sus canciones otras personas nada duchas en la ópera. Y, por suerte, para todo el mundo, sus seguidores, entre los que me cuento, ya no tienen que pagar un precio inmoral por la entrada, y se puede acceder a todos los pisos, no sólo al cuarto y quinto, como antes les sucedía a quienes no contaban con buenos recursos económicos. Y en el staff del Liceu ya tienen cabida las mujeres, en su momento, ni Montserrat Caballé pudo formar parte de el mismo.
LOS ACEITES DE “MOLÍ COLOMA”
Y es por eso y por muchas cosas más, ahora, podemos traspasar la puerta del templo mundial de la música para conocer los aceites de oliva virgen extra nacidos en el Molí Coloma de la mano de Sumarroca.
El “Saló dels Miralls”, acogió a los invitados con la solemnidad que requería ese encuentro, Joaquín Tosas, Director General de Sumarroca, fue quién se encargó de coordinar el momento, y la cata corrió a cargo de un maestro en estos temas, el experto catador Gregorio Arranz y del Maestro Almazara de Molí Coloma, Albert Hinojosa.
El cultivo del olivo en las tierras de Molí Coloma se remonta a la época de los fenicios. Molí Coloma es un antiguo molino papelero edificado sobre unas bases prerrománicas documentada desde hace más de seis siglos y ha mantenido el cultivo de olivos y viñas situadas al lado del Mediterráneo. Este molino está ubicado en el Penedès, es una finca rodeada por viñedos y olivos y en ella se encuentran las instalaciones donde se elaboran los aceites que se presentaban en el Liceu.
DESCUBRIR ARBEQUINA, ARBOSANA Y KORONEIKI
En Sumarroca, para tener la mejor Arbequina, han desarrollado variantes mecánicas, también han recuperado la variedad Arbosana que estaba en peligro de desaparición, y han traído desde Grecia la Koroneiki, una aceituna que, lógicamente, se ha adaptado perfectamente al clima y al terreno de Molí Coloma, Grecia y sus productos, beben los aires mediterráneos y por lo tanto su traslado ha sido un éxito.
En esta cata se pudo oler, disfrutar y reconocer que los aceites que se hacen en nuestras tierras nada tienen que envidiar a los llegados de otras fronteras. Descubrir los colores y olores del aceite es un placer indescriptible, a muchas personas les puede parecer que una cata de aceite es difícilmente agradable, todo lo contrario. Su textura, el movimiento del aceite en copa, su aroma, te lleva a momentos tremendamente personales. El aceite, es una forma de entender la vida, es tan importante como el oro, como un lingote de oro, el aceite, virgen, claro, apreciarlo, amarlo, forma parte de las experiencias de cada uno.
AMAR LA TIERRA, FUNDAMENTAL
En una cata de aceite se conoce el amor y la dedicación de quién ha trabajado en el material para obtener ese aceite único. Es básico, elemental y antes que nada , amar la tierra, conocer sus condiciones, saber la cualidad del agua que la va a alimentar, saber a qué hora llega el sol y de qué forma. Sin esas realidades, sin esos conocimientos, es difícil crear una empresa que elabore una colección de aceites con un sabor único.
Es obvio que si llevas años trabajando el campo, conociéndolo, amándolo, usando las innovaciones pertinentes, tienes todo ganado, ese es el caso de los que nos convocaron a la cata, los Sumarroca, una familia que desde hace muchos años trabaja el campo, y además de aceite produce cava y vino. La familia Sumarroca podría tener como lema una frase que suelen repetir y que dice así: “Somos, por encima de todo, agricultores que amamos la tierra y queremos lo mejor y más sano del fruto”.
ALMENDRA, HIGUERA, HIERBA FRESCA
Los aceites presentados, en su sabor, traen recuerdos diferentes al paladar, la Arbequina nos recuerda a la almendra, el tomate o la manzana. La Arbosona a la higuera, el hinojo o la nuez y la Koroneika nos transporta a los aromas de la hierba fresca, el plátano verde y la alcachofa. Todo ello bajo la sabia orientación de los maestros catadores.
Ese pan recién salido del horno, que muchos desde la aparición de la Covid elaboran en casa, aderezado con unas gotas de cualquiera de los aceites del Molí Coloma, presentados en la cata del Liceu, sabe a gloria, una mezcla de toda la vida a la que añadiendo un poco de jamón y una copa de cava tendremos un delicioso almuerzo de categoría.
FINAL FELIZ: CAVA NURIA CLAVEROL HOMENATGE
Es por eso, quizá, que al finalizar la cata de los aceites de oro de Molí Coloma, los Sumarroca invitaron a los presentes a una copa de cava Nuria Claverol Homenatge, que presentó Merçe Sumarroca, sommelier de la casa.
Les he explicado que la familia Sumarroca tienen amor por la agricultura, por la naturaleza, por la innovación, por la dedicación al trabajo, ahí está ese aceite presentado en el “Saló dels Miralls” del Liceu de Barcelona, todo en uno, trabajo en familia, presentación en un teatro emblemático, con sabores distintos, llegados de nuestras tierras para hacer estos próximos días un poco más amables, aunque restringidos en las reuniones, teniendo en cuenta los consejos de los sanitarios que nos atienden para paliar la amenaza del virus. A él ni agua, a los demás un buen brindis, pero antes un buen aceite extra virgen, aquí tenemos los de Molí Coloma que nos abrigarán al lado del fuego del hogar y deleitarán nuestros instantes más íntimos.
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