Asegura este cazador de la captura (arriba a la izquierda) que ellos no se meten con nadie. Es decir, que todas las personas que matan o hieren en "accidentes", todos los animales a los que disparan y acuchillan en sus "lances", todos los perros "inservibles" para cazar que abandonan o liquidan, son NADIE para ellos. Y usted, sr. Luis Planas Puchades, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, pide cuidar la caza asegurando que es un deporte como el fútbol, o no incluir a los perros de los escopeteros en la Ley de Bienestar Animal, ya bastante mutilada y discriminatoria por sí misma antes de que usted quiera meterle su tijera cinegética para dejarle todavía más muñones de los que traía de nacimiento.
Qué ocurre, ¿que los perros de los cazadores no son perros y carecen de SNC?, ¿que las heridas de un tiro de escopeta o de un cuchillo hundido son comparables a goles?, ¿que el que algo sea o no delito depende de dónde esté federado el autor y no del hecho en sí?
Llega al Poder un Gobierno que supuestamente apuesta (o eso vende) por la evolución (léase Ética, Justicia y Defensa de los más vulnerables), y resulta que para un pequeño (léase muy pequeño) paso que se intenta dar, uno de sus miembros destacados hace lo que nunca hacen sus adversarios políticos, esos que siempre abogan porque todo siga igual en nombre de la tradición, la España vaciada, las proteínas o las reflexiones de Calamaro: poner palos (léase rifles) en la rueda del progreso.
No, Ministro, la caza no es deporte. La caza es matar por diversión, por competición, por crueldad y por tratar de superar carencias y complejos. La caza es dejar muertos, muertos humanos (a veces niños) y animales. La caza es poner armas en manos de personas que puntúan casi siempre muy bajo en un test psicoténico y a menudo bastante alto en uno de alcoholemia.
Ciencia y Decencia. La sociedad de 2022 necesita ver eso en sus gobernantes. No lo olvide, por favor. sr. Planas.
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