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La Asociación Galgos del Sur ha anunciado la apertura del juicio oral contra la revista Jara y Sedal y dos de sus redactores, a raíz de una querella presentada por la asociación en 2022. Los cargos incluyen un delito continuado de calumnias con publicidad, por el que se solicita una pena de 24 meses de prisión para cada acusado, así como un delito continuado de injurias con publicidad.
Atrás quedan los tiempos en los que comprar armas y accesorios para el cazador exigía realizar tediosos desplazamientos. Y es que este tipo de productos solo se vendían en establecimientos especializados que contaban con instalaciones físicas. Afortunadamente, en pleno 2024 existe otra alternativa a la que cada vez recurren más amantes de la caza: las armerias online.
Este domingo las calles de toda España se han llenado de personas convocadas por la plataforma NAC reclamando el fin de la violenta actividad de la caza, actividad inhumana y anacrónica que consiste en matar por la satisfacción de ver un cadáver tirado en el suelo o por el negocio rentable que suponen los trofeos.
Como todos los años, la Plataforma NAC (No a la caza) ha convocado su manifestación nacional para el primer domingo de febrero. Según explican en la web, el objetivo de la manifestación es la prohibición de la caza con perros y por extensión de la propia actividad de la caza y este año tras la tramitación de la Ley Nacional de "Protección Animal" que deja fuera a los perros de caza y otros animales dedicados a la actividad cinegética.
Decía Thomas Fuller que la desesperación infunde valor al cobarde y es cierto, porque los de Jara y Sedal (conocidos también como Jarra y Pedal) están tan desesperados que se sienten envalentonados como para tirar del embuste cada vez con menos disimulo. Veamos la última bufonada de estos histriones que dicen dedicarse al periodismo cinegético pero se quedan en pseudologos al servicio del matar por diversión.
La caza es una actividad que ha sido parte de la historia de la humanidad desde tiempos inmemoriales. En la actualidad, la caza no es solo un medio de subsistencia, sino también una afición profundamente arraigada en muchas personas. Aquellos que disfrutan de esta actividad suelen invertir tiempo y recursos en la adquisición de rifles, escopetas y otras armas de fuego, lo que hace que la seguridad en su almacenamiento sea de suma importancia.
"El muerto se creía que todo el monte era orégano". "El muerto era un inconsciente". "El muerto estaba mirando pajaritos". "El muerto estaba avisado". "Que se hubiese quedado en casa el muerto". "Esta muerte es caviar para los sibaritas". Y el no va más: "El muerto era gilipollas". Son comentarios de cazadores en una publicación de Jara y Sedal refiriéndose al hombre (hoy sin vida) que recibió el disparo de uno de ellos.
Un conductor que, con su permiso en vigor, circula a 130 Km/h. por una vía limitada a 50, atropella a alguien y se da a la fuga es conductor cuando lo hace, ¿a que sí? Un enfermero titulado que mata a pacientes que tiene a su cargo en una residencia es enfermero al cometer esos crímenes, ¿verdad? Pues los (muchos) cazadores, con su licencia al día, que vulneran la ley cazando donde o cuando no está autorizado SON CAZADORES al delinquir, por más que desde ese colectivo lo nieguen.
Varias asociaciones de protección animal se han hecho cargo de 10 perros de rehala decomisados por el SEPRONA tras una investigación judicial a un cazador en un pueblo de Córdoba. Los animales, encontrados en condiciones que las asociaciones han calificado de "dantescas", presentaban signos de enfermedad y desnutrición avanzada y convivían con cadáveres en diferentes estados de descomposición.
¿Escucháis? Sí, son disparos, disparos de cazadores. Afinad un poco más el oído ahora. ¿Os llegan sus risas? Eso es que acaban de matar a otro animal y las carcajadas les brotan a borbotones, igual que la sangre a sus víctimas. Pongamos que son 20 ó 30 detonaciones por escopetero y 4 ó 5 criaturas reventadas por cada uno de ellos. Otras veces se cuentan a cientos unas y otras.
Canarias autoriza el asesinato de perros, gatos y hurones sin dueño o libres (el tecnicismo que usan para condenarlos a muerte es "asilvestrados") hasta que en septiembre se implante la Ley que ya no permitirá asesinarlos. El valor de una misma vida y la categoría de que sea crimen o no arrebatarla depende de la disposición final de un Real Decreto en forma de plazo. Y de la suerte o desdicha de la víctima de ser localizada por los escopeteros antes o después de su entrada en vigor.
El pasado domingo, varias personas activistas quedaron en la zona del metro de Liria (Valencia) a las 11:00 horas para limpiar los montes llenos de basura y cartuchos de los cazadores, unos señoritos que salen al monte a pegar tiros a todo lo que se mueva y están destrozando el medio ambiente.
Quienes acaban con millones de animales por crueldad, diversión y por una foto de M. son algunos humanos, no los gatos. Flaco favor le hacéis a la verdad con este programa, Equipo de Investigación de La Sexta. Los cazadores, que sí representan lo más dañino de nuestra especie para otras, esos que animan públicamente a matar gatos ferales (lo que incluye a los de colonias controladas) y a menudo lo hacen jactándose de ello sin esconderse, os aplauden por él.
El pasado sábado se manifestaban por Valencia unas personas que suelen ir por los montes armadas matando todo lo que se mueve y su objetivo era que las instituciones públicas les den más apoyo y, por supuesto, dinero, como si la caza no moviera ya bastante pasta, puesto que unas veces se mata por placer sádico y otras por el negocio rentable que supone un trofeo, más la satisfacción de acabar con todas las vidas posibles durante la jornada.
Durante la mañana del domingo tuvo lugar un paseo reivindicativo contra la caza "con armas" por las lagunas de Rabasa (Alicante) con la participación de más de 30 asociaciones ecologistas, vecinales y ciclistas. Bastantes personas participaron en una marcha con camisetas blancas con puntos rojos simulando los perdigones incrustados en la piel de los asistentes. En el acto se ha hablado de la importancia de la "unión entre entidades" para luchar "en común".
Corre la última década del siglo XIX en la vieja América de la conquista agrícola y ganadera. La caza de búfalos y otras especies se extiende por doquier, y se ha convertido de hecho en una práctica obsesiva y criminal. Ello priva de alimento a los lobos; a ellos, legítimos y ancestrales moradores de aquellas vastas tierras.
Podríamos celebrar las concentraciones de hoy asomados a fosas llenas de esqueletos y cadáveres a medio descomponer de perros de cazadores. O alrededor de árboles en cuyas ramas crecen galgos con sus tráqueas aplastadas. O frente a cheniles donde es difícil distinguir entre las heces y los cuerpos desnutridos e infectados, entre el hedor a mierda y el olor a muerte lenta y dolorosa.
La caza es una actividad violenta que consiste en matar o bien por la satisfacción de ver un cadáver o por el negocio que supone el trofeo (un cadáver disecado). Los aficionados a la caza, abusan del poder que tienen sobre la inocencia de los niños inculcando esta violenta actividad y con la permisividad de todos los partidos políticos menos PACMA.
Las poblaciones de elefantes están comenzando a recuperarse en partes de África a medida que las fuerzas del orden y las comunidades locales cambian el rumbo de su larga batalla contra los cazadores furtivos y los traficantes de vida silvestre. Pero las bandas criminales cambian constantemente de táctica y explotan a otras especies, mientras que la mayor amenaza ahora la plantea la severa sequía que devasta franjas del este de África.
Si no los siega la guadaña de una muerte con dientes de leche porque nacieron "sobrantes" o con algún "defecto" para la función cinegética, o si no lo hace una muerte ya desdentada porque el tiempo los convirtió en enfermos o incapacitados para seguir cazando, lo hará una muerte con dentadura de plomo y aliento de pólvora durante alguno de sus "lances".
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