La llegada de un nuevo año supone para muchos el planteamiento de nuevos retos y volver a poner en marcha asuntos pendientes que se habían dejado aparcados. Cada año aumenta la población con pérdida auditiva y muchas personas tendrán en mente revisar su audición, ya que en 2021 identifcaron ciertas señales de alarma: necesitaron subir el volumen del televisor más de lo normal; les costó seguir conversaciones; dejaron de participar en actividades como ir al teatro; manifestaron pitidos en los oídos o tuvieron que elevar la voz al hablar.
El equipo de audiólogos de Oticon, líder tecnológico en desarrollo de audífonos, recalca la importancia de prestar atención a estas señales y recomiendan revisar la audición al menos una vez al año para poder detectar una posible pérdida auditiva y poner solución, ya que si no se trata puede disminuir la calidad de vida, acelerar el deterioro cognitivo o provocar aislamiento, soledad e incluso depresión. Para ello es importante visitar a un profesional cualificado que realice una correcta evaluación para hacer un buen diagnóstico y determinar la mejor solución para cada caso.
Tardamos una media de 3 años en poner solución
Según un estudio realizado por Oticon pasan una media de 3 años desde que una persona se da cuenta de que tiene un problema auditivo hasta que pone solución con un audífono. “Por eso quizás el inicio de un nuevo año, en el que nos planteamos muchas cosas, incluyendo las referidas a nuestra salud, puede ser el momento de realizar una revisión auditiva. Muchas personas lo dejan pasar y van a consulta cuando el problema es mucho mayor. Sabemos que todavía hay poca disposición, incluso rechazo, por parte de algunas personas a utilizar un audífono a pesar de que es un dispositivo diseñado con una avanzada tecnología e innovadores accesorios para facilitarnos la vida”, expresa José Luis Blanco, jefe de Audiología de Oticon. De hecho, según el mismo estudio, el 71% de los usuarios de audífonos piensa que deberían habérselo puesto antes sobre todo para no perderse la vida social.
Los audífonos permiten al usuario una serie de beneficios en su día a día y la elección del aduecuado puede ayudar en la mayoría de las pérdidas auditivas. Por eso el audiólogo protésico, además de realizar una prueba de audición, valorará su estilo de vida y necesidades con el fin de escoger la solución más acorde a cada uno. Los beneficios que puede aportar un audífono para el día a día son los siguientes:
Permiten percibir sonidos antes imperceptibles: una pérdida auditiva leve implica que no se escuchan aquellos sonidos que están por debajo de los 20 o 40 dB, como por ejemplo el de los pájaros trinando o los susurros. Por lo que aquellas personas que la tienen de una intensidad mayor, al ponerse audífonos serán capaces de entender conversaciones en grupo, disfrutar de una película u obra de teatro o ir a un concierto sin problema.
Mejoran la calidad de vida: los usuarios de audífonos ven mejorada su calidad de vida en cuanto a sus relaciones sociales, familiares y laborales. Además, les permiten un mejor descanso y una mayor autoestima, puesto que se sienten menos aislados y más integrados en la sociedad. El mencionado estudio de Oticon concluye que tienen un menor riesgo de depresión en comparación con las personas que tienen pérdida auditiva pero no usan audífonos. Asimismo, se sienten menos agotados por la noche y tienen una mejor calidad del sueño.
Aumentan las posibilidades de mejora en el entorno laboral: el estudio realizado por Oticon concluye que los audífonos permiten aumentar las posibilidades de que las personas con pérdida auditiva sean promocionadas en su trabajo y por tanto puedan subir su salario.
Reducen el deterioro cognitivo: la pérdida auditiva asociada a la edad está relacionada con el deterioro cognitivo y la demencia. El empleo de audífonos con tecnología BrainHearing ayuda a asegurar que el cerebro recibe la información sonora de calidad que necesita para mantenerse sano, de tal forma que mantiene activo al cerebro y retrasa el avance del deterioro cognitivo.
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