El nuevo supercomputador del Servicio de Supercomputación del Centro de Servicios Informáticos y Redes de Comunicación (Csirc) de la Universidad de Granada (UGR), bautizado con el nombre de Albaicín en honor a este barrio de la capital andaluza, es capaz de resolver en tan solo 24 horas procedimientos científicos complejos cuya resolución podría llevar hasta 25 años gracias a sus 822 teraflops de rendimiento pico, la unidad que mide la capacidad de cálculo de este tipo de infraestructuras.
Así lo ha anunciado el informático jefe de servicio del Csirc-Sistemas de Investigación y Supercomputación de la UGR, Jesús Rodríguez Puga, en la presentación de este nuevo ordenador que formará parte del Servicio de Supercomputación del Centro de Servicios Informáticos y Redes de Comunicación (Csirc) de la institución académica y que le permitirá mantenerse como referente a nivel nacional en la computación de altas prestaciones (HPC), con un ordenador entre los 10 más potentes de España, según precisó la universidad en un comunicado.
Albaicín incluye los últimos componentes en tecnología de computación e interconexión de ordenadores y el equipo dispone de 170 nodos fabricados por Huawei que incluyen 9.520 núcleos de proceso de última generación de procesadores Intel. La interconexión entre todos los componentes de cómputo y almacenamiento se realiza mediante una red Infiniband no bloqueante de muy baja latencia, con equipamiento Mellanox y tecnología HDR de 200 Gbps.
Rodríguez Puga recordó que Albaicín se suma a los otros dos supercomputadores de memoria distribuida que posee la UGR, el UGRGrid, activo desde 2007 y que en su día fue uno de los 500 ordenadores más potentes del mundo, y Alhambra, activo desde 2013, y puntualizó que multiplica por 200 la potencia del primero y por 20 la del segundo.
“Esto supone un salto desde los 36 teraflops actuales que ofrece la UGR, a los 822 que alcanzará con Albaicín”, destacó, para, a continuación, reiterar que los 9.520 núcleos de este equipo “son capaces de reducir a tan solo 24 horas procedimientos científicos de altísima complejidad que podrían llegar a durar 25 años”.
APLICACIONES
Esta mejora que aporta el supercomputador a la investigación tiene su aplicación, por ejemplo, en los proyectos de la profesora del Departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la UGR Blanca Biel Ruiz, quien, en sus simulaciones cuánticas de materiales bidimensionales, necesita las capacidades de la supercomputación. Junto a su equipo, está estudiando biomoléculas y analizando mutaciones de las bases que componen los ácidos nucleicos como el ARN o el ADN con el objetivo de detectar posibles enfermedades, por lo que, a su juicio, “disponer de la supercomputación en esta línea de trabajo es esencial”.
En paralelo, desde el Departamento de Física Teórica y del Cosmos de la Universidad de Granada, el catedrático Carlos Abia Ladrón de Guevara también utiliza los superordenadores en sus estudios sobre la composición química y la evolución de las estrellas en la fase final de su existencia. En la actualidad, su equipo está calculando la interacción que pueden tener planetas y estrellas y cómo estos planetas pueden modificar la evolución y la composición química superficial de las estrellas y, en este sentido, reconoció que para simular dichas colisiones “se precisan equipos muy potentes”.
La delegada de la rectora para la Universidad Digital, Begoña del Pino Prieto, defendió que el Servicio de Supercomputación “prepara potencialmente a la UGR para acoger instalaciones de alto nivel científico”, como el acelerador de partículas Ifmif-Dones o los diferentes proyectos que, dijo, pretenden situar a Granada como “sede y referencia nacional e internacional de la inteligencia artificial”.
En este contexto, los equipos situados en las instalaciones del Edificio Mecenas de la UGR prestan servicio a 125 grupos de investigación y más de 500 investigadores de las siete universidades públicas andaluzas, que trabajan en ámbitos relacionados con estructuras biomoleculares, modelos atmosféricos, dinámicas estelares, nanopartículas, electromagnetismo, modelos de aprendizaje e inteligencia artificial, estudios estadísticos y otras áreas que necesitan procesar datos de forma masiva. A este respecto, Del Pino apuntó que la supercomputación es un “elemento decisivo” para “impulsar la investigación, la innovación, la transferencia de alto nivel y la formación especializada”.
Por su parte, el catedrático del Departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial y anterior delegado de la rectora para la Universidad Digital, Óscar Cordón, hizo hincapié en que la de la supercomputación es un área que en la UGR comenzó a desarrollarse hace 30 años y “ha ido actualizándose conforme a las necesidades y la amplia demanda” y explicó que, en noviembre de 2017, el anterior delegado solicitó financiación para el nuevo supercomputador a través de un proyecto de 'Adquisición de Infraestructura de Computación Científica de Altas Prestaciones para la Red de Supercomputación Andaluza’, en la convocatoria de ayudas a infraestructuras y equipamientos de I+D+i de la Junta de Andalucía en el ámbito del Plan Andaluz de Investigación, Desarrollo e Innovación (Paidi 2020).
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