En opacidad, corruptelas, fraude y «temores inconfesos» no hay Gobierno que gane al de Pedro Sánchez, hasta ha llegado a utilizar leyes obsoletas que no son de aplicación actualizada. Eso, precisamente eso, podría costarle muy caro tan pronto como abandone Moncloa de forma ordenada o a la fuerza. Es más, no se olvidará la trama de sus progenitores en PLAYBOL, S.L., caso que debe empezar a investigar la Hacienda Pública y donde deberá intervenir ‘ipso facto’ la Fiscalía Anticorrupción. Si no jugamos todos, optaremos por romper la baraja.
El colmo llega cuando el Gobierno socialcomunista engaña a la ciudadanía y la chantajea. ¿Cómo? Pues aprovechando un decreto sobre la pandemia para meter de rondón a Pablo Iglesias en el CNI, traer a Gali a escondidas, facilitar la vida al «pollo» Carvajal o la continuidad de las mascarillas dentro del decreto que convalida la «paguilla» de las pensiones. ¿Les parece poco engaño, abuso, metedura de pata y falta de transparencia?
También eso se llama corrupción y terrorismo social. Falta por saber si Adriana Lastra recibió dinero y otros favores de su padrino, el «minero» Fernández Villa, el mismo que cobraba una falsa pensión y apadrinó a su deslenguada Lastra que, a medio plazo, está siendo un lastre para Sánchez. No tardando, todo se va a saber con pelos, señales y cicatrices que, haberlas, haylas. Doy fe. ¿Y los presuntos cadáveres que aún asoman por la boca de la alforja? También se conocerán. Al tiempo.
Vamos a ver la opacidad del Defensor del Pueblo, un tal Gabilondo, apuntando a la Iglesia que le dio cobijo y protección. Hablamos de los presuntos y ocultados abusos sexuales de los que se acusa a algunos miembros de esa institución eclesiástica. Precisamente un fraile al que han acusado sus exalumnos de malos tratos y de no se sabe qué (las cartas están en internet y son públicas, por lo que recomiendo su atenta lectura y relectura). ¿O sí se sabe? Dudo que este señor, en su día ministro de Educación, a la Virgen pueda llamarla Petra. Algunas veces, las cañas se vuelven lanzas y en albañales putrefactos las fuentes de aguas que parecen claras. Habrá que abrir una investigación paralela y ver qué hay tras el socialismo que echa espuma por la boca contra los demás. ¡Ya estamos cerca! Y yo con estos pelos.
La adjudicación de ayudas europeas, hasta ahora, ha sido poco menos que un atentado a la dignidad y a la transparencia. Apenas ha habido convocatorias de licitación para alcanzar los objetivos fijados. Moncloa tiembla, de ahí las mentiras, la nula transparencia y el dinero bajo cuerda que se concede a sus fieles. Sé cómo acabará el mentiroso y tramposo Sánchez, como sé que no acabará bien. Al tiempo.
No vemos ningún cumplimiento de objetivos sobre la digitalización, ni sobre valores occidentales, ni sobre la cohesión territorial (el socialismo está fomentando la división y el enfrentamiento), ni sobre la transición ecológica, ni sobre la igualdad de oportunidades: sobran las manidas políticas de género porque tan sólo son el disparate que llamaban «discriminación positiva» y que debe reemplazarse por la igualdad, el mérito y la capacidad.
Exijo el cumplimiento de los objetivos iniciales del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Esos se han desvirtuado. Se han dedicado fondos a arreglo de las sedes sindicales (deben pagarlo los propios sindicatos con las cuotas de afiliación, al igual que deben pagar con sus propios fondos los alquileres y devolver el mal llamado patrimonio sindical por ser patrimonio del Estado), proyectos de obras públicas ajenos a los objetivos, eliminación de ruidos, obras de túneles, carreteras, etc. ¡No es eso, no es eso! Ya caerán del burro en Bruselas o atizarán al otro «burro» por mentiroso, negligente e incumplidor.
El camino iniciado por Sánchez no es el adecuado porque los objetivos, entre otros aspectos, deben ir encaminados a dinamizar la economía, a crear empleo de forma permanente, a potenciar la digitalización y la cohesión territorial, además de fomentar la igualdad de oportunidades (no es lo mismo que las políticas de género y mantenimiento de chiringuitos.
Existe un informe del año 2019 donde el Banco de España decía que aquellos 13.000M del Plan E de Rodríguez Zapatero fueron un fiasco y apenas se crearon seis puestos de trabajo por cada millón de euros. Mucho me temo que la falta de transparencia del Gobierno esconde la habitual corrupción a la que nos tiene acostumbrados, como con el Falcon, Playbol, fondos europeos, IVA, precio de la luz, financiación al independentismo, fomento del sectarismo territorial, liberación carcelaria de asesinos y apoyo incondicional a los herederos de la banda asesina ETA, entre otras «lindezas». ¡Cuánto verraco de la política pulula por nuestras calles y plazas!
No acabo de entender qué tiene el socialismo que, cuando hay dinero, prebendas y poltronas por medio, resulta descorazonador, corrupto, vicioso y egoísta. Sabido es que el socialismo se acaba cuando se termina el dinero de los demás. Esto último no ha cambiado. Parece como si la retentiva fuera el sello de la eternidad.
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