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Nadie duda que a Begoña Gómez le ha pillado el carro de las falsedades, las mentiras y los silencios. El presidente puede llegar a ver cómo ella es condenada por meter la mano donde no debe y por falsear cuanto la relaciona con la UCM (Universidad Complutense de Madrid), con los viajes a República Dominicana, con el África Cénter, la apropiación indebida y con la extendida trama de Víctor de Aldama y demás aprovechados del erario público.
La cuestión de la corrupción política ha sido puesta en los últimos tiempos en el centro de los debates y en las portadas de los periódicos de todo el mundo, con la esperable excepción de los de mayor tirada en nuestro país, que sólo observan los hechos de corrupción estatal, siempre y cuando provengan de un determinado cuadrante político.
La vida hecha juego. Otra vez. Como si el tiempo no hubiera pasado, pero con nuevos retos, reglas y trampas. Hace tres años reflexioné sobre el paralelismo entre El Juego del Calamar y la situación político-social en España. Ahora, con el estreno de la segunda temporada de esta distopía televisiva, toca revisar si algo ha cambiado. Spoiler: todo sigue igual. La serie, al igual que nuestra realidad, parece condenada a repetirse.
Visto lo visto, con el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria de la Comisión Europea, es evidente que la política española se nos ha ido de las manos. Mejor dicho, se le ha ido al Gobierno que, entre las corruptelas y la mafia imperante, tiene paralizado al país, entretenidos a los jueces y con los ministros jugueteando: todos niegan haber recibido comisiones, pero las pruebas de Víctor de Aldama demuestran que sí las han recibido, muchas y gordas.
Dijo Sócrates, antes de tomarse la cicuta, que la verdad se identifica con el bien moral, es decir que quien conozca la verdad no podrá menos que practicar el bien. Por lo tanto, quien conoce lo recto actuará con rectitud y el que hace el mal es por ignorancia. Sin embargo, el siglo XXI ha perforado todos los cimientos de la cultura clásica. Los pilares sobre los que se habrían ido edificando nuestras creencias en favor de la humanidad, han sido dinamitados.
Francisco Paesa, estafador y espía, protagonizó en los años 90 uno de los episodios más estrambóticos relacionados con la corrupción durante la etapa del gobierno de Felipe González. Después de una vida dedicada a negocios con el solo objeto de timar incluso a dirigentes más allá de nuestras fronteras y al espionaje internacional, se involucró en uno de los casos más escandalosos de la época, como fue el del entonces Director General de la Guardia Civil, Luis Roldán.
Hoy vamos a reflexionar sobre un problema político clásico, que ha demostrado no solo estar más vigente que nunca, sino también haberse radicalizado en el caldo decadente de nuestras democracias occidentales. En la historia de nuestras democracias, se ha observado un patrón recurrente: una retórica puritana que clama por la moralidad y la probidad de sus gobernantes, acompañada de una realidad política marcada por el cinismo, la hipocresía y la corrupción.
La procesión del Cristo Moreno ya ha comenzado, pero en el 2024 lo ha hecho con cierto contenido politizado. La muchedumbre de files gritó corruptos a los miembros del poder legislativo y ejecutivo al pasar por el Congreso o por arterias del cercado. Lo fieles no quisieron que el anda entre al parlamento. Dina tuvo que cerrar la plaza mayor para que no le abucheen, pero las masas igual lo hicieron.
«Hay Estado porque el Rey no se fue de Paiporta», decía el diario ABC. No quiero imaginar qué hubieran pensado en el extranjero si toda la comitiva que acudió a Paiporta hubiera salido corriendo y demostrado la misma cobardía que Pedro Sánchez. Seguramente, hoy sería otra la situación, salvo el encastillamiento del presidente, que seguiría abrasándose en su sillón con tal de no salir de Moncloa.
El Dr. Antonio Fretes, presidente de la Corte Suprema de Justicia (2022) del Paraguay, y su equipo de estafadores – que sigue operando – en los pasillos de la Corte Suprema de Justicia en Asunción, representa un gran peligro para las grandes y pequeñas empresas internacionales que aspiran establecer grandes emprendimientos comerciales en el territorio paraguayo.
Hace tiempo que no salen a escena las activistas que levantaron la falsa liebre sobre los dos DNI del ínclito juez Peinado. Han debido de sentir tal vergüenza que deben estar agazapadas en lo más profundo de la madriguera de esa izquierda de «bulería», dañina e intolerante. Han querido dar transparencia a una noticia y no han sabido distinguir entre lo noticiable y el bulo.
Dirección General de la Guardia Civil. Policía judicial. Unidad Central Operativa. Las 87 páginas, que ocupan a los que están al tanto de lo que pasa en la política nacional y preocupan al socialismo y asociados, llegaron al ordenador. Sin acuse de recibo y desde tres focos distintos, se unieron, sin mezclarse, con el texto de ‘La clase de griego’, de Han Kang, la escritora surcoreana premiada con el nobel de literatura.
En los últimos 50 años, nunca como ahora, la ignorancia, la degradación y el oportunismo llegaron tan alto, ni nuestras instituciones cayeron tan bajo; parece que los cimientos de la decencia han sido socavados por trepadores de toda índole. Las instituciones no tienen alma propia; son simplemente espejos que reflejan el carácter y los valores de quienes las componen.
Recientemente he tenido la fortuna o el infortunio, porque en estas cosas nunca se sabe, de asistir a una de esas escasas charlas coloquios que de vez en cuando nos brinda el mundo de la cultura. La sala de la Biblioteca Nacional abrió sus puertas para acoger el palique entre los escritores Eloy Tizón, Nuria Barrios y Elvira Navarro. El tema por tratar se sustentaba sobre una pregunta un tanto confusa ¿cuánta ficción hay en la realidad?
Uno de los problemas a los que de manera sistemática hacen referencia las encuestas ciudadanas, es el de la corrupción y el descrédito de las instituciones y sus representantes políticos. Según los últimos estudios, España se encuentra al mismo nivel en esta cuestión de países como Botswana o Cabo Verde, y eso es preocupante.
El presidente Sánchez ha hablado estos días de la necesidad de un plan de regeneración democrática, que considera “uno de los desafíos más trascendentes”, para lo que propondrá “medidas y acciones para reforzar y prestigiar la democracia”. Pero ¿de qué regeneración democrática hablamos?
Para el almirante José Cueto, congresista de RP, el Rolexgate es una conspiración rojo caviar del "eje del mal" Rusia-Irán-Cuba-Venezuela. Resulta increíble que un excomandante en jefe de las FFAA pueda carecer de la más elemental visión geopolítica del mundo.
El filósofo griego Aristóteles, en su tratado “Política”, definió al hombre como “animal político” (zoom politikon) para indicar que “el hombre es un ser social y racional que vive en sociedades organizadas políticamente y en cuyos asuntos públicos participa en mayor o menor medida, con el objetivo de lograr el bien común perseguido por la política: la felicidad de los ciudadanos”.
La corrupción en España, ha sido un tema de gran preocupación en las últimas décadas, afecta a diversos niveles de la administración pública y se manifiesta en múltiples formas, desde el soborno y la malversación de fondos, hasta el tráfico de influencias y la prevaricación.
Estoy arrepintiéndome de votar, arrepintiéndome de leer páginas de opinión política en la prensa, arrepintiéndome de acudir a manifestaciones manipuladas, arrepintiéndome de ver noticiarios de televisión y, mucho más, tertulias generalistas con tertulianos mediocres.
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