Investigadores del grupo de Metabolismo Molecular del CiMUS de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) han dado un salto cualitativo en la investigación de la fibrosis hepática, para la que hasta ahora no había tratamiento, lo que la hacía ocupar el primer puesto entre las causas de trasplante hepático.
Se trata de una enfermedad crónica que se manifiesta en fases avanzadas de hígado graso y que se encuentra en la antesala de la cirrosis. Ahora, estos investigadores han descubierto una nueva diana terapéutica, la proteína CPT1A, que está presente en niveles altos en las células estelares del hígado de pacientes y modelos animales de fibrosis, cuya inhibición reduce la activación de las células estelares y, como consecuencia, reduce el daño en este órgano.
El trabajo, realizado en colaboración con el CIBER de Obesidad y Nutrición (Ciberobn) y el CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (Ciberehd), acaba de publicarse en ‘Journal of Hepatology’, una de las revistas más relevantes en este área de investigación.
En este sentido, los investigadores señalaron que numerosos estudios han demostrado que alteraciones en el metabolismo, la ingesta de alcohol o infecciones provocan la aparición de cicatrices en el hígado e inflamación, es decir, hepatitis. Dichas cicatrices son producidas por las células estelares hepáticas, que se activan en respuesta a diferentes estímulos inflamatorios y metabólicos. La fibrosis impide que el hígado funcione bien y facilita la aparición de cirrosis y cáncer. Se trata de una enfermedad cada vez más común a causa del creciente número de personas con obesidad y diabetes tipo 2, dos de las patologías más asociadas a la llamada enfermedad de hígado graso, que puede desembocar en una fibrosis.
Una vez aparece la fibrosis metabólica, según explicaron los investigadores, parece que los cambios en el estilo de vida no son suficientes para frenar o revertir la enfermedad. Además, tampoco existe tratamiento farmacológico aprobado a día de hoy frente a esta enfermedad.
Por ello, la fibrosis hepática metabólica se ha convertido en la causa más común de trasplantes de hígado y multiplica el riesgo de mortalidad de los pacientes.
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