Enmarcado entre los Pirineos al norte y el Sistema Ibérico al sur y centro, y con los picos más altos de cada uno de dichos sistemas (el Aneto y el Moncayo), Aragón es una comunidad autónoma montañosa, sin ningún género de dudas. Por eso, no es de extrañar que, entre su inmensa fauna fantástica, entre sus leyendas populares, encontremos un claro predominio de la figura del gigante, asociado a las tierras altas de montaña.
El fuerte despoblamiento que sufre la cuarta comunidad más grande de España ha contribuido también de forma decisiva al nacimiento de estas historias, al generar espacios en los que el ser humano no ha dejado todavía su eterna impronta. Pero, cuáles son los gigantes y leyendas más famosos de este viejo reino.
El gigante de Sallent
En este caso, el gigante tiene nombres y apellidos humanos pues, aunque resulte extraño y difícil de creer, el gigante de Sallent era en realidad Fermín Urrudi Urieta, nacido el 5 de julio de 1870 en la pequeña localidad de Sallent de Gállego (Huesca).
Se hizo famoso por sus 2,29 metros de altura y por la visión de un vecino del pueblo de Cariñena que vio en él la oportunidad de hacer negocio exhibiéndolo en ferias y muestras de todo tipo, tales como las exposiciones universales de Berlín y París; o en Viena, Nueva York, Madrid, Cuba y la propia Zaragoza. Amante de la caza y de su pueblo, se dice de él que en una ocasión mató a un oso con sus propias manos.
Casado con la parisina Louis Carle Dupuis, murió el 4 de mayo de 1913 a la edad de 43 años. Hoy en día, la larga avenida paralela al río que atraviesa Sallent lleva su nombre y conserva así la memoria del conocido como “gigante de Aragón”.
Los gigantes de Tarazona
Cuenta la leyenda, que en una cueva cercana a la localidad de Los Fayos (Zaragoza), próxima a Soria, tenían su guarida el gigante Caco y su hermana gemela. En dicha guarida escondían los objetos que robaban, especialmente el ganado, que constituía su alimento.
Se dice que en cierta ocasión, un gigante llamado Pierre y que vivía también cerca de la provincia de Soria, si no en ella, quiso conocer al tan célebre gigante aragonés, de modo que se puso en camino y, tras encontrarlo gracias a la hermana gemela, celebró el encuentro durante muchas horas. Hartos de vino, decidieron ir de caza: Pierre mató a un león, y Caco hizo lo propio con una vaca. Estando de cacería se les unió el gigante Sansón, con el que partieron rumbo a Tarazona.
Más allá de la leyenda, Tarazona ha dado al mundo verdaderos gigantes como los actores Paco Martínez Soria y Marisa Porcel, botánicos como Bernardo de Cienfuegos, políticos como los Conchillos, santos como San Atilano, y escritores de la talla de Martin Miguel Navarro y Baltasar Gracián.
Netú o Aneto
El pico más alto de los Pirineos no puede pasar sin su propia leyenda, relacionada, evidentemente, con los gigantes. Aunque existen sobre él algunas versiones diferentes de la historia, la más conocida tiene por protagonista al viejo Atland.
Según cuentan, era un viejo peregrino o un soldado renegado que se instaló en las montañas. Otros hablan de un siervo de los dioses, pero a este respecto no se aclara nada. Era conocido como “el encantador de las cumbres”, y fue asesinado por el malvado gigante Netú, que fue convertido en piedra por los dioses y del que viene el nombre del pico.
Otra historia muy extendida menciona a un peregrino muy amado entre las gentes del lugar por su amabilidad y afabilidad. Dicen que un día subió a la montaña y, muerto de hambre y sed, pidió a Netú un poco de comida que llevarse a la boca. Al negarse el gigante, el peregrino lo sentenció diciendo “tienes el corazón como la piedra, ojalá tú mismo te conviertas en ella”. Y ocurrió que, al instante, el monstruo quedó petrificado y convertido en el actual Aneto.
Silbán
Este es, tal vez, el más famoso de todos los gigantes aragoneses. Es originario de Sobrarbe (Huesca). A él se atribuyen algunas de las historias más salvajes, ya que se trataba de un gigante malvado y terriblemente sucio que tenía por oficio el robo, y por firma, la violencia.
La historia más famosa de este gigante dice que cayó prendado de una joven lugareña a la que raptó para llevarla consigo a su oscura morada, de la que se decía, además, que conectaba directamente con el infierno.
Dice la leyenda que la joven logró escapar una noche para no volver a ver jamás a su secuestrador, quien quedó triste para siempre y con el corazón roto.
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