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Abengoa

Antonio Moya Somolinos
sábado, 28 de noviembre de 2015, 01:16 h (CET)
En los últimos días hemos tenido en la prensa la efímera noticia de la caída de Abengoa, "empresa modélica", "buque insignia de las empresas andaluzas", "paradigma de quehacer empresarial" y no se cuántos calificativos con los que se les ha llenado la boca a una serie de políticos y líderes de asociaciones de empresarios cuando se han enterado que Abengoa se puede ir a tomar por culo por ser su situación harto difícil, lo que se concreta en una deuda de 9.000 millones de euros, su bajada meteórica de las acciones y su desaparición del Ibex-35 desde el viernes día 27 de noviembre.

Yo, que soy bastante ignorante en gestión empresarial, pero que me parece que tengo algo de sentido común, me pregunto cómo es que hay tantos elogios a la gestión de Abengoa cuando han logrado tener una deuda de 9.000 millones de euros. También me pregunto si no tendrá que ver esa deuda con el hecho de tener una plantilla de 26.000 trabajadores, de modo que si tuvieran menos, probablemente la deuda no sería tan alta. Esto corrobora una idea que me parece económica y moralmente ortodoxa, aunque otros quizá me llamen capitalista de mierda. La idea es que en una empresa debe necesariamente haber ganancias y se deben evitar a toda costa las pérdidas, incluso mediante despidos, ya que por no despedir a unos cuantos trabajadores a tiempo, parece que Abengoa va a tener que despedir ahora a 26.000.

Muchos políticos han salido en defensa de Abengoa. Excepción a ellos ha sido el ministro Soria, que más o menos ha dicho que va a mantener una posición neutral, como no podía ser de otra manera, ante una empresa que es privada.

Sin embargo, la Susana ha hecho un encendido llamamiento a la banca para que salven a Abengoa mediante refinanciaciones, quitas o lo que haga falta "de la misma manera que el gobierno (de Zapatero) salió en su día en defensa de la banca". Me imagino que la Susana ni se ha planteado salir en defensa de Abengoa poniendo en juego (prestando a bajo interés) su patrimonio personal. Es muy fácil hacer caridad con el dinero ajeno. Es una especialidad de los socialistas, ya sean del PSOE o del PP (sí, sí, el PP también lleva a cabo una política socialista). Sin embargo, esos bancos, pienso yo, tendrán que valorar, si poniendo su dinero para salvar Abengoa (dinero que es de los accionistas), van a tener seguridad de recuperar el dinero con los intereses. En una palabra, tendrán que estudiar si Abengoa es viable o no para tener fe en ella. Pero sobre todo deberán mirar por sus accionistas, propietarios del banco.

Dentro de Andalucía, la patria de la charanga y pandereta, resulta un poco surrealista una "multinacional andaluza" con 26.000 empleados por todo el mundo de los que 9.000 están en la propia Andalucía y de ellos, 4.000 en Sevilla. Lo que no me explico es cómo no ha caído antes. A mí esto me recuerda los populismos empresariales de Jesús Gil o Ruiz Mateos.

Yo creo que lo de Abengoa llega fuera de tiempo. Si hubiera sucedido en torno al 2008-2010 a nadie hubiera extrañado por cuanto todos teníamos asumido que estábamos en crisis. ¿Pero ahora, en pleno 2015, cuando Luis de Guindos lleva varios meses comiéndonos el tarro desde Bruselas con no se cuántas décimas de punto porcentual positivo de no se qué indicador macroeconómico?

Me parece a mí que Abengoa no ha hecho sino volver a abrirnos los ojos y ponernos en guardia frente a las mentiras de los brotes verdes o de que España va bien o va mejor. Abengoa representa la realidad de lo que pasa. Vamos mal.

Abengoa debería ser también la realidad de lo que debería pasar en la Administración española y en el Estado, con dos millones y medio de empleados públicos y una deuda de un billón de euros, que al igual que Abengoa, debería haber ido el jueves pasado y presentar un pre-concurso de acreedores.

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En la casa de mis padres se hablaba poco o nada de política. Tan solo mi madre se decantaba por una actitud claramente monárquica. En mi propio hogar no se habla de política. Como somos tantos, lógicamente tenemos unos criterios dispares, que nos cuidamos muy mucho de manifestar. Personalmente, cada vez mantengo menos certezas y tan solo me centro en analizar las personas y sus hechos, en lugar de discutir sus ideas.

Uno de los principales problemas es la excesiva lentitud con la que se resuelven los trámites administrativos, desde la solicitud de una simple cita en una oficina pública hasta la resolución de expedientes más complejos, los plazos suelen extenderse de manera irrazonable. Por ejemplo, la concesión de licencias urbanísticas, que deberían de resolverse en semanas, puede demorarse meses o incluso años, paralizando proyectos vitales para particulares y empresas.

La mayoría de los seres humanos se han encontrado con algún tipo de conflicto en sus relaciones, y lo que das no siempre es lo que la otra persona está dispuesta a devolver por igual. Realmente cada uno da lo que tiene. ¿Qué significa esta expresión? Sencillo, si estás feliz, traes alegría, si estás triste, traes tristeza. ¿Puedes identificarte dentro de esta realidad?

 
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