Comenzaba la primera parte del cuadro final de los chicos en Málaga y lo hacía en un día de marcadores muy alternos y diversos. Por un lado, un par de partidos que se definieron rápido y por otro, alguno que tuvo que dilucidarse en tres parciales y que contó incluso con tie breaks. Málaga ha iniciado muy fuerte las hostilidades en el cuadro final.
La cara amable del día la tuvieron Miguel Yanguas y 'Coki' Nieto, pues superaron con amplitud a la nueva pareja formada por Ramiro Moyano y Francisco 'Xisco' Gil (6-2 y 6-2). Seguro que el dueto hispanoargentino no contaba con perder con tanto margen en su debut pero ahora tienen bastante tiempo para entrenar, pulir errores y mejorar de cara a la próxima cita.
Un término intermedio vivieron, dando la sorpresa, Raúl Marcos y Javier García Mora, puesto que dejaron fuera de competición a Rafa Méndez y Salva Oria con un 7-5 apretado en el primero y un rotundo 6-0 en el segundo. Por contra, muchos más aprietos vivieron Javier Glez. Barahona y Juanlu Esbri para superar la defensa de José Jiménez y Martín Sánchez Pîñeiro, quienes se esmeraron en todas las facetas del juego y merecieron también haber ganado el partido, aunque desgraciadamente no podían hacerlo las dos parejas (7-6 y 6-4).
Pasando a la parte de las dificultades máximas, destacamos a los subcampeones de Roland Garros, Juan Tello y Fede Chingotto, a los que seguro que la carga de partido les afectó, así como el hecho de debutar ante una nueva pareja que también se despidió a las primeras de cambio pero que ofreció argumentos para tenerla muy en cuenta de cara al futuro; hablamos de Agustín Gómez Silingo y Juan Cruz Belluati, dos que fueron capaces de sobreponerse al contratiempo inicial de perder la primera manga, para luego forzar un desempate en el segundo y ganarlo. Ya con bastantes menos fuerzas y empezando a notarse los errores de combinación, Silingo y Belluati caerían en el tercero con un marcador definitivo de 6-4, 6-7 y 6-3.
Jorge Ruiz y Edu Alonso intentaron sorprender con un juego muy rápido y mucha verticalidad a José Rico y Agustín Gutiérrez, pero estos vienen en una gran línea tanto táctica como mental y física (y con Josete parece que ya recuperado de su lesión), lo que provocó que en la primera entrega fuesen los amos absolutos de la pista, con un amplio 1-6 a su favor; se vieron igualados en fuerzas en el segundo, decidido con un tie break final, pero en el tercero Jorge y Edu pagaron caro el peaje y el esfuerzo y no pudieron mantener la intensidad del argentino y el valenciano, cayendo por un 1-6, 7-6 y 2-6.
Al final del día llegaría la sorpresa de la jornada, esa que no puede faltar en ningún torneo. Se veían las caras Javi Garrido y Lucas Campagnolo a un lado de la red, con Fernando Belasteguín y Arturo Coello al otro y parece que la noche no les sentó muy bien. Fue un partido durísimo que se marchó más allá de las 11 de la noche y de las tres horas de duración, titánico, de esos que sirven de colofón a una jornada también fantástica y que te hacen irte a la cama con mil imágenes para recordar, si bien fue una lástima que apenas hubiese público en las gradas para presenciarlo.
Fue un choque entre cuatro apisonadoras, a cual de más potencia y contundencia, en el que no hubo un solo instante de respiro ni posibilidad de bajar las revoluciones, hacerlo te dejaba fuera del mismo. Tres sets y los tres decididos en el tie break el primero para Lucas y Javi tras saber aguantar las acometidas de un Bela y un Arturo que querían llevar el partido a su terreno, ganar por la vía rápida y marcharse a descansar. No sabían lo que estaba por venir (7-6).
En el segundo set, la igualdad seguía siendo la gran protagonista junto a los cuatro jugadores, repartiendo un break para cada dupla como amago de desequilibrio pero simplemente siendo un espejismo. Así, volvieron a tener que recurrir a la muerte súbita en la que esta vez los favorecidos fueron el argentino y el vallisoletano (6-7).
Quedaba un parcial más y en este se produjo la locura total; break para unos, contrabreak para los otros y así otra vez, convirtiendo el partido en un sube y baja que terminó, adivinen, en otro tie break, el colofón final, todo para que Garrido, en la muerte súbita y gracias a un remate (perdimos la cuenta de los que realizó) desde la línea de fondo para traerse la bola haciendo imposible la estirada de Arturo Coello, sentenciara la eliminatoria. Un 7-6, 6-7 y 7-6 imperial.
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