Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea discutirán este jueves "sin tabúes" sobre las exigencias de Reino Unido en el marco de la renegociación de sus relaciones con el resto de socios comunitarios, ante la falta de avances concretos en las negociaciones técnicas y con el reto de lograr un acuerdo el próximo mes de febrero. "Los riesgos son tan altos que no podemos evitar un debate serio sin tabúes", ha pedido el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, en su carta de invitación a la cumbre.
La cena en la primera de las dos jornadas de Consejo europeo será la primera ocasión en la que los líderes discuten "abierta y claramente" sobre una cuestión que hasta el momento sólo han abordado los Estados miembros a nivel técnico y con "pocos avances", según han señalado fuentes europeas.
El primer ministro británico, David Cameron, detalló el pasado noviembre por escrito las cuatro áreas en las que pide cambios, como condición para que su Gobierno defienda la permanencia de Reino Unido dentro de la UE en un referéndum que se ha comprometido a celebrar antes de que acabe 2017.
Las exigencias abarcan cuestiones "difíciles" para contener la integración europea o la moneda única, pero la más problemática es la idea de que se restrinjan determinadas prestaciones sociales a los ciudadanos europeos que residan y trabajen en Reino Unido hasta que hayan tributado cuatro años.
Esta última reclamación es vista como una "discriminación" inaceptable para muchos Estados miembros y exigiría una reforma de los Tratados por afectar a uno de los principios fundamentales de la UE, el de la libertad de circulación de los ciudadanos.
"No creo siquiera que se pueda reformar el Tratado para consagrar una discriminación", advierte un alto diplomático sobre la reivindicación británica. "No se mostró voluntad para modificar (las reglas para introducir la discriminación)" en los contactos con las capitales el pasado noviembre, apunta otra fuente.
En cualquier caso, Tusk espera que la discusión sirva para identificar claramente las posiciones de cada Estado miembro y que los líderes dejen claro a los negociadores "lo que se puede hacer realmente". El objetivo es, por tanto, dar los pasos que permitan "allanar el camino" para lograr un acuerdo en la próxima cumbre de la UE, prevista para el mes de febrero, por lo que tan sólo se espera una señal política en este sentido y no decisiones concretas.
Otro de los asuntos que deberán abordar los Veintiocho son el paquete de propuestas presentadas por la Comisión Europea el martes para reforzar la seguridad en la frontera exterior de la Unión Europea y frenar la llegada de refugiados e inmigrantes a territorio comunitario.
Entre las ideas planteadas por Bruselas destacan la creación de un cuerpo europeo de guardias de fronteras --algo que despierta recelo entre Estados miembros que no quieren ceder competencias-- y enmendar el código del Tratado de Schengen para controlar de manera permanente la identidad de los europeos.
Sin embargo, fuentes europeas advierten de que será un examen "rápido" y no en profundidad, dada la precipitación con la que Bruselas ha presentado su propuesta, apenas dos días antes de la cita de los líderes.
La posibilidad de un sistema para realojar en los Estados miembros refugiados actualmente en Turquía es otra de las ideas que podrían debatirse en la cumbre, ya que es un asunto que discutirán horas antes algunos de los líderes europeos -incluida la alemana Angela Merkel, pero no Mariano Rajoy por razones de agenda-- en una reunión de formato reducido en la embajada de Austria en Bruselas.
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