La victoria de Lula en las elecciones presidenciales de Brasil es un momento crucial para los pueblos indígenas y sus tierras. Esperamos que permita un cambio desesperadamente necesario respecto a la devastadora y criminal embestida de los últimos cuatro años. Para los pueblos indígenas de todo el país es una cuestión de vida o muerte, y para los pueblos indígenas no contactados de la Amazonia podría significar la diferencia entre la supervivencia y la destrucción total.
En los últimos cuatro años, los pueblos indígenas de todo Brasil han padecido al gobierno más antindígena desde la dictadura militar. Lula ha prometido un cambio de rumbo. Se ha comprometido a defender los derechos de los pueblos indígenas, a demarcar y proteger sus territorios y a poner fin a la guerra emprendida contra ellos por el gobierno de Bolsonaro. Ha asegurado que tomará medidas concretas para hacer frente a los niveles sin precedentes de deforestación, al aumento de los asesinatos de indígenas y a los ataques a sus comunidades, que se han disparado como resultado de las políticas y acciones racistas y genocidas del gobierno de Bolsonaro, todas ellas encaminadas a abrir los territorios indígenas a la agroindustria, la industria maderera y la minería.
Damos la bienvenida a las promesas de Lula, pero no esperamos un giro de 180 grados de la noche a la mañana. Su equipo tendrá que ejercer una férrea voluntad política y aportar considerables recursos para reparar el profundo daño causado a las instituciones encargadas de proteger los territorios indígenas de los invasores. Muchos políticos antindígenas han sido nombrados para ocupar puestos clave en el Congreso, lo que supone que Lula y su equipo se enfrentarán a una feroz oposición contra todo intento de hacer cumplir la Constitución y proteger los territorios indígenas para uso exclusivo de los pueblos indígenas. Y las fuerzas políticas y los mercados mundiales que alimentan el genocidio de los pueblos indígenas de Brasil tampoco van a desaparecer.
Los pueblos indígenas, sus aliados, incluida Survival, y sus simpatizantes en todo el mundo estaremos muy atentos al gobierno de Lula y presionaremos para que su Gobierno cumpla con sus compromisos, respete la legislación nacional y el derecho internacional, bloquee los grandes proyectos de infraestructuras que impactan en tierras indígenas que no cuentan con su consentimiento y proteja los territorios indígenas para que puedan sobrevivir, prosperar y ser respetadas como las sociedades contemporáneas que son. Lo que está en juego es especialmente importante para los pueblos indígenas no contactados, los más vulnerables del planeta.
Entre un número nunca visto de candidatos indígenas al Congreso, Sonia Guajajara y Célia Xakriaba han sido elegidas diputadas. Ellas serán una fuerza importante para llevar los derechos territoriales de los pueblos indígenas al centro del debate político en Brasilia.
Y los pueblos indígenas seguirán resistiendo a su manera para garantizar un futuro saludable para sus familias y comunidades, como llevan haciendo desde que los europeos invadieron y colonizaron las Américas hace más de 500 años.
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