Fenómenos como las redes sociales forman parte indisociable de la ciudadanía en la actualidad. Y ante la llegada de la Navidad y el aumento del consumo vinculado a estas festividades, los gustos de los usuarios pueden verse condicionados por los mensajes de los influencers. Algo que entra dentro de la lógica de la sociedad pero que, como ha analizado la Real Sociedad Canina de España, puede tener consecuencias negativas en el caso de los perros de compañía.
Ni los perros de raza ni los mestizos son un regalo o un juguete: son un miembro más de la familia y, en el caso de sus propietarios, es indispensable que les dediquen atención e inviertan en garantizarles bienestar y salud. Pero, con el auge de las RRSS, la RSCE -la voz del perro en España desde 1911- ha constatado que, en materia canina, una serie de modas se abren paso con riesgos evidentes para los animales.
Existen casi 400 razas caninas reconocidas internacionalmente, las cuales conforman un mosaico diverso de tamaños, colores, tipos de pelo o funciones. Y algunas de ellas se vuelven tendencia por la difusión de youtubers, instagramers e influencers. Es el caso de los perros ‘Toy’ o ‘Tea Cup’, ejemplares muy pequeños que pueden corresponder a razas como bichón maltés, pekinés, spitz pomerania, pinscher…
Sin embargo, la proliferación de supuestos criadores de perros ‘tea cup’ en busca del simple beneficio económico ha llevado a estos falsos profesionales a ofertar cachorros desviados del estándar de raza. Eso les lleva a forzar la miniaturización de cualquier raza canina, práctica que puede acarrear toda una serie de problemas: enanismo, debilidad articular, problemas cardiacos, problemas neuronales, desequilibrios metabólicos…
Son prácticas que degradan la buena labor de los criadores responsables en España. Profesionales que buscan la conservación y mejora de las razas caninas puras a través de una crianza adecuada, proporcionando lo indispensable a cada ejemplar y seleccionando los mejores ejemplares de cada raza para su futuro bienestar. Hay que huir de quienes buscan rendimientos económicos a costa de la salud del animal.
Enfermedades de piel, ceguera o sordera
Otra moda arriesgada que se produce al calor de la sociedad digital es la búsqueda de colores en los perros, muchas veces con la intención de posar ante una foto y sin prestar una mínima atención al animal afectado. Una tendencia que, al igual que ocurre con los perros toy, se mueve entre precios desorbitados y entraña una serie de riesgos.
En primer lugar, la combinación buscada de características recesivas puede acarrear problemas como las enfermedades de la piel, ceguera, sordera o fotosensibilidad. En segundo lugar, porque ejemplares ‘coloridos’ que están de moda como el labrador silver, el bulldog francés azul, el carlino atigrado, el bulldog merle o el teckel doble merle no están reconocidos por los estándares de raza: se trataría de cruces comercializados en muchos casos a precios más elevados que los de raza pura.
De hecho, de cara a la inminente Navidad y para alertar de los peligros de ver a los animales de compañía como un objeto antes que como un miembro más de la familia, la RSCE va a lanzar próximamente su campaña ‘No soy un regalo, soy para toda la vida’. El objetivo es sensibilizar contra una práctica que deriva en lacras como el abandono. Una práctica en ocasiones espoleada por las modas transmitidas vía redes sociales sobre la que es necesario concienciar antes de convertirnos en propietarios.
Según José Miguel Doval, presidente de la Real Sociedad Canina de España, “siempre es un buen momento para incorporar un perro a nuestras vidas, sea de raza o mestizo, pero hay que recordar que, en materia canina, las modas son siempre peligrosas, especialmente entran en juego variedades exóticas. Lo único que hay es la ambición comercial de quien quiere ganar mucho dinero y de forma rápida. Las razas caninas son seleccionadas desde hace siglos y las bases de la selección son la salud y la funcionalidad”.
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