Se estima que alrededor del 8% de la población española tiene dolor neuropático, un trastorno neurológico en el que las personas experimentan un dolor crónico intenso debido a una lesión en las vías de transmisión del dolor, del sistema nociceptivo. Sin embargo, a pesar de su carácter incapacitante, se trata de una patología que “a veces, está muy infradiagnosticada”. Ésta es una de las conclusiones extraídas en la “Mesa interactiva: Modificación de la enfermedad y predicción de respuesta en el dolor neuropático“, desarrollada en el marco del XVIII Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED) y liderada por la Dra. Concha Pérez, jefa de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de La Princesa.
El origen de ese dolor neuropático puede ser diverso, según los expertos. “Los procesos más prevalentes de dolor neuropático “puro” son las neuropatías diabéticas, las postherpéticas y las postquirúrgicas”, reconoce la doctora. Otra de las patologías en ascenso es la neuropatía postquimioterapia, que puede llegar a producirse hasta en el 60% de algunos tratamientos quimioterápicos. Además, entre las causas de dolor mixto, que cursan con dolor nociceptivo y neuropático, lo más prevalente es la radiculopatía. El diagnóstico del dolor neuropático es un proceso que, según la Dra. Pérez, “lleva un algoritmo que incluye clínica, distribución neuroanatómica y exploración, que es fundamental”. Esto supone un diagnóstico inicial que permite a los profesionales sanitarios iniciar el tratamiento. Posteriormente, “para el diagnóstico definitivo se necesitaría incluir una prueba diagnóstica de imagen, neurofisiológica, biopsias, etc”. Esto, llevaría a “un diagnóstico de certeza”, aunque, como reconoce la experta en dolor, “esté último paso no siempre es posible”. Sin embargo, se han experimentado avances en el abordaje de la enfermedad. “Hasta hace poco tiempo no podíamos hacer una modificación programada o predecible del dolor neuropático”, afirma la Dra. Pérez, aunque sí había algunos pacientes que mejoraban o incluso les desaparecía el dolor. El punto de inflexión, según ella, se produce “con la llegada de la capsaicina a altas concentraciones”, puesto que se conoce que el efecto sobre las mitocondrias de los nociceptores con su invaginación y regeneración de fibra posterior abre la puerta a la modificación del curso de la patología”. Así, el tratamiento del dolor neuropático se basa, principalmente, en algunos antidepresivos, anticonvulsivantes y fármacos tópicos. En este sentido, si pensamos en la posibilidad de predecir la respuesta a ese tratamiento, la jefa de la Unidad de Dolor del Hospital Universitario de La Princesa asevera que ya están viendo que “hay perfiles de pacientes con un nociceptor irritado que responden mejor que los silentes. Pese a este avance, afirma que todavía hay camino por recorrer, con “mucho trabajo por hacer en los perfiles sensoriales o clusters de dolor neuropático de los pacientes”.
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