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¿Has heredado un piso y quieres venderlo? Te explicamos cómo hacerlo | |||
Hay que seguir una serie de pasos para poder hacer las cosas adecuadamente y no tener problemas con Hacienda | |||
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Cuando se recibe una herencia la primera duda que surge es si aceptarla o no. Porque al aceptar una herencia hay que tener presente que no solo se aceptan los bienes o el dinero que pueda estar en las cuentas bancarias, sino también los préstamos y otras deudas que el fallecido tuviera estando en vida. Pero si se decide aceptar la herencia y en ella está incluido un piso, hay que seguir una serie de pasos para poder hacer las cosas adecuadamente y no tener problemas con Hacienda. La aceptación de la herencia Una vez se decide aceptar la herencia, hay que acudir al notario para hacerlo de manera oficial. Deberemos llevarle el certificado de defunción, el certificado de últimas voluntades, el certificado del saldo en las diferentes cuentas que estuvieran abiertas con fecha de defunción y un extracto anual del último año de cada una de ellas. Además, en el caso de haber un piso, también se deberá llevar a cabo una tasación del mismo para poder determinar su valor y así poder repartir legítimas, si hubiera más de un legitimario, y calcular el importe de los impuestos que los herederos deberán abonar. Impuestos a pagar por la herencia de un piso La aceptación de herencia se puede llevar a cabo, como máximo, 6 meses después del fallecimiento. Y el impuesto que los herederos deben pagar es el de Sucesiones y Donaciones. En España, cada Comunidad Autónoma tiene su propia regulación frente a este impuesto, así que es importante informarse bien de cuál es la que te corresponde en función del lugar en el que se ubique el piso heredado. Otro de los impuestos que se deben pagar al heredar un piso es la plusvalía municipal. Y es el cálculo de la actualización del valor del inmueble desde que se adquirió hasta el fallecimiento, ya que se considera que hay una transmisión patrimonial. Y, pagados estos dos impuestos, se debe llevar al notario el justificante de pago de los mismos y la escritura de la vivienda en cuestión. Es entonces cuando se lleva a cabo la inscripción del nuevo, o nuevos propietarios, en el Registro de la Propiedad y, de este modo, los herederos se convierten en propietarios de la vivienda y ya pueden llevar a cabo la venta del piso. Ante la venta de cualquier vivienda es importante contar con la ayuda de profesionales que puedan orientar y asesorar al propietario a conseguir la mejor venta para su inmueble pero si, además, se trata de un piso heredado, se hace completamente imprescindible que los expertos inmobiliarios ayuden al propietario a hacerlo. En Lemonline, por ejemplo, cuentan con un amplio equipo de profesionales del sector que acompañan a los herederos en todo el proceso de la venta de su piso para conseguir el comprador perfecto. ¿Tiene que pasar algún tiempo en concreto desde el fallecimiento para poder vender el piso? No, desde que el pasado 3 de septiembre de 2021 se derogara el artículo 28 de la Ley Hipotecaria, los herederos pueden vender el piso en el plazo de tiempo que estimen oportuno, incluso en el caso de herederos no forzosos, es decir aquellos que no son los padres, hijos o cónyuge de la persona fallecida. Si has heredado un piso y quieres venderlo, asegúrate de hacer las cosas bien para evitar tener problemas futuros con Hacienda. En Lemonline inmobiliaria te ayudarán a vender tu piso de una forma fácil, cómoda y rápida, en una media de 30 días. Y, al tratarse de una inmobiliaria 100% online, esta inmobiliaria sin comisiones de Barcelona te ofrece la oportunidad de no abonar nada más que una tarifa fija de 3.990 euros, IVA incluido, que solo pagarás cuando cierres la venta. |
En un mundo donde la competencia y los desafíos son constantes, el éxito ya no se mide únicamente por el coeficiente intelectual (CI). La inteligencia emocional (IE) y la automotivación emergen como pilares fundamentales para alcanzar nuestras metas y construir una vida plena. Este artículo explora la importancia de estas habilidades, su impacto en el ámbito laboral y personal, y ofrece estrategias para cultivarlas.
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El Día Internacional de la Felicidad, proclamado por la ONU en 2012, nos invita a reflexionar sobre el bienestar en todas sus esferas. Y si bien solemos confinar la felicidad al ámbito personal, una pregunta comienza a resonar con fuerza: ¿podríamos, deberíamos, ser felices también en el trabajo?
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