El término complejo según la real academia, lo describe con varias acepciones, una de ellas aplicada a la psicología lo define como “combinación de ideas, tendencia y emociones inconscientes y generalmente adquiridas durante la infancia, que influyen en la personalidad y conducta de un individuo.”
Aplicando este término a la política española podemos pensar que nuestra democracia está entre la infancia y la adolescencia, edades éstas como sabemos, de difícil entendimiento por las repetidas alteraciones que se sufren, cambios de humor, altibajos sentimentales, etc.. Cuando se terminó la dictadura, al grito de libertad se produjo un alivio constitucional que nos dimos todos los españoles. Los que vivimos en primera persona aquellos tiempos, nos dimos cuenta de la gran importancia que aquello tenía, cosa, que los que nacieron en ella parecen no tener.
Hay un hecho curioso y es que la izquierda, que se auto proclama progre, se arroga siempre el bien social, la cultura y la defensa del menos favorecido o más débil, como si la derecha no quisiera lo mismo. ¿Por qué el mal gusto y escasa o mala educación debe prevalecer como algo cultural? ¿Por qué se ha llegado a consentir que a los que están en prisión por motivos de sangre se les consideren condenados por ideas políticas?, ¿por qué un porcentaje de independentistas están poniendo en jaque la unidad del territorio?¿Acaso el bien social no le gusta a todo el mundo?, ¿qué complejo aqueja siempre a esta ideología que no es capaz de quitarse ese sambenito de encima?
Cuando los actuales “progres” claman por el aborto libre, alegando algo tan poco contundente como que el cuerpo le pertenece a la mujer y puede hacer lo que quiera, yo hago esta reflexión, el cuerpo tiene dos piernas, dos brazos y si la mujer le parece bien, se puede cortar una, porque para eso son suyas, pero acaso ¿puede parir un brazo o una pierna?. Un embrión o feto como quieran llamarlo según el tiempo de gestación, no es su cuerpo, es otro muy diferente dentro del suyo, luego no le pertenece, no es algo de usar y tirar como un pañuelo de celulosa. La aceituna lleva un hueso en su interior, sin embargo, cuando comemos una, tiramos el hueso, son dos entidades diferentes en una misma unidad, lo mismo que una mujer embarazada.
¿Por qué no se defiende con energía la defensa a la vida por todos los partidos políticos, sobre todo por aquellos mal llamados conservadores, siendo que la precariedad de nacimientos que sufre este país va a poner en riesgo la cotización de las futuras pensiones? ¿Por qué los políticos de derechas se arrugan ante esta defensa, eliminando de la primera plana a los que si lo hacen, y los de izquierdas, que se llenan la boca de favorecer al débil, van contra el más débil que existe?
¿Será también los complejos lo que impide que PP y PSOE lleguen a un acuerdo para poner fin a este desgobierno, será orgullo personal, incapacidad política, importar un pimiento la situación actual del país, ambición, soberbia……?
¡En manos de quienes estamos!
En la situación actual que se parece tanto a la que acontecía en los años previos a la dictadura, sería mucho de agradecer que olvidaran las discordias personales entre los partidos y cediendo un poco cada uno, llegaran a puntos de encuentro. ¿Será esto una pretensión utópica y volveremos a una segunda votación en las urnas, con el desgaste económico que conllevaría y la inestabilidad percibida en el exterior?
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