Lula ha ido a Buenos Aires en su primer viaje presidencial internacional al comenzar su tercer mandato. Su visita tiene tres ejes:
1) Cuando Bolsonaro fue presidente (2018-22), él hizo que Brasil se apartase de la Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe (CELAC) y de la Unión Sudamericana de naciones (UNASUR), los primeros y únicos 2 bloques de la región sin participación de ninguna potencia del hemisferio norte. Hoy, Lula acude a la VII cumbre de la CELAC en Argentina, donde busca reinsertar a su país en ese proceso y potenciar a esta como alternativa ante la OEA dirigida desde Washington y dominada por EEUU.
2) Quiere que ese cónclave de los 33 países al sur del Río Grande se solidarice con él y con la democracia brasilera, la cual sufrió una embestida por parte de los bolsonaristas que tomaron en Brasilia los 3 poderes del estado instando a los militares a dar un golpe.
3) Empieza a ir sentando las bases para la primera moneda única latinoamericana: el Sur. El primer paso es que esta sea creada entre Argentina y Brasil, quienes son los 2 países latinoamericanos más extensos y quienes tienen las 2 mayores economías sudamericanas. Su modelo es el euro, la moneda común que comparten 20 Estados europeos y que es aceptada por muchos otros. La suma del territorio de Brasil y Argentina duplica al de la eurozona, aunque esta última tiene más habitantes y una tajada mucho mayor en el producto mundial.
Mientras el euro se basa en economías más fuertes e industrializadas y en antiguos imperios coloniales que se han llegado a repartir el planeta (muchas de las cuales poseen dependencias en todos los 6 continentes habitables), el sur quiere unir a antiguas colonias europeas cuyo rol es subordinado ante las potencias del hemisferio norte.
La mayoría de Latino América y el Caribe más comercia con Norteamérica, Europa o Asia que entre sus propios vecinos de la región. Todavía el eje de las economías latino-caribeñas se centran en exportar materias primas antes que en desarrollar tecnologías punta.
Una moneda común requiere buenas finanzas, pero Argentina tiene una inflación que bordea los 3 dígitos, ha hecho default al FMI en 2020 y tiene una deuda $40 mil millones.
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