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​Los pacientes con artritis psoriásica presentan con más frecuencia obesidad, uveítis y depresión

La probabilidad de respuesta al tratamiento farmacológico de la APS aumenta con la reducción de peso
Francisco Acedo
lunes, 6 de febrero de 2023, 12:27 h (CET)

Foto coordinadores


La artritis psoriásica (APs) es una enfermedad inflamatoria crónica heterogénea con diferentes formas de presentación que evolucionan entre sí a lo largo del curso de la enfermedad y, además, es compleja por la importante comorbilidad asociada. Los pacientes con APs presentan con mayor frecuencia obesidad, enfermedad cardiovascular, hígado graso no alcohólico, uveítis, enfermedad inflamatoria intestinal y depresión frente a la población general, según ha puesto de manifiesto la Dra. Eva Galíndez, reumatóloga del Hospital Universitario de Basurto y una de las coordinadoras de la séptima edición de los Talleres SER de Artritis Psoriásica organizados por la Sociedad Española de Reumatología los días 3 y 4 de febrero, con la colaboración de Janssen.


Diferentes estudios muestran que “la obesidad y el síndrome metabólico son más prevalentes en los pacientes con artritis psoriásica que en población general e incluso que entre los pacientes exclusivamente con psoriasis y con una prevalencia de entre el 32-60% de obesidad. Además, incluso incrementa el riesgo de APs en pacientes con diagnóstico inicial de psoriasis”, según ha recordado la Dra. Raquel Almodóvar, reumatóloga del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid.


En este sentido, el Dr. Juan José Gorgojo, endocrino del mismo Hospital, explica que “en pacientes obesos, el tejido adiposo presenta cambios celulares por mayor infiltración de células proinflamatorias con disminución de células antiinflamatorias. De esta forma, se vuelve disfuncional y actúa como un órgano endocrino, generando un estado inflamatorio sistémico que, en sujetos genéticamente predispuestos, favorece la aparición de psoriasis cutánea y APs. La inflamación sistémica de la enfermedad sumada al sedentarismo secundario a la incapacidad funcional por la afectación articular perpetúa el aumento del tejido adiposo, produciéndose un círculo vicioso de inflamación crónica”.


“Tanto la obesidad como el síndrome metabólico provocan un peor pronóstico al asociarse a mayor actividad, severidad de la artritis psoriásica, depresión, peor calidad de vida e incremento del riesgo cardiovascular”, advierte la Dra. Almodóvar.


Manejo multidisciplinar


Es fundamental un abordaje multidisciplinar con los especialistas implicados: reumatólogos, endocrinos, junto al médicos de Atención Primaria y Enfermería para identificar y tratar adecuadamente la obesidad en los pacientes con enfermedad psoriásica. “La probabilidad de respuesta al tratamiento farmacológico de la APs aumenta con la pérdida ponderal de peso, especialmente con pérdidas superiores al 10%. El problema es que alcanzar esta situación es muy complicado exclusivamente con la modificación de estilo de vida. En el momento actual disponemos de nuevos fármacos que favorecen la pérdida de peso como los agonistas del receptor de GLP-1, que tienen efectos anorexígenos, antihiperglucemiantes y antiinflamatorios”, precisa el Dr. Gorgojo.


Para prevenir esta situación, los expertos insisten en que los pacientes sigan una dieta mediterránea (baja en calorías si ya hay sobrepeso), realicen ejercicio físico aeróbico moderado entre 150- 300 minutos a la semana (adaptado al estadio de la APs), por ejemplo, caminar entre 10-15 mil pasos diarios contados con un podómetro. Además, se recomienda practicar ejercicio de fortalecimiento 2-3 días a la semana (adaptado), hacer un control periódico del peso y evitar conductas alimentarias inapropiadas.


Por su parte, el Dr. Juan Carlos Torre Alonso, reumatólogo y profesor de la Universidad de Oviedo y también coordinador del curso, señala que “las manifestaciones de la APs generalmente dictan la elección del tratamiento, aunque también es necesario tener en cuenta las manifestaciones extramusculoesqueléticas y la comorbilidad asociada en la elección del mismo. Sin embargo, la identificación y el diagnóstico tempranos de los pacientes y el control efectivo de la enfermedad siguen siendo necesidades médicas no cubiertas en esta patología. Además, predecir la respuesta al tratamiento también sigue siendo un desafío para los reumatólogos”.


En los últimos 20 años, las opciones terapéuticas en la APs han aumentado exponencialmente con la disponibilidad de los inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa (TNF), inhibidores de IL-17, inhibidores de IL-12/23, inhibidores de IL23, JAK inhibidores e inhibidor selectivo de la fosfodiesterasa A4, explican los coordinadores del curso.


En relación con lo anteriormente expuesto, el Dr. Torre Alonso puntualiza que la finalidad de estas jornadas “ha sido actualizar, analizar y revisar diferentes aspectos de la enfermedad, así como diversas situaciones de la práctica clínica habitual”. Se han tratado temas como la situación real del treat to target en la APs y sus limitaciones en la práctica clínica, la actualización en el abordaje terapéutico según la clínica y las comorbilidades asociadas y el embarazo en la APs, entre otras cuestiones. Los objetivos de cada taller se han analizado de forma interactiva mediante casos clínicos con evidencia científica teórica entremezclada con el caso y participación activa de los asistentes. 

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