El consenso sobre una recesión en Europa ha desaparecido, y entre las razones citadas se encuentra la bajada de los precios de la energía, la reapertura más rápida de lo previsto de China, la resistencia del sector privado y la modesta relajación de las condiciones financieras mundiales. Teniendo en cuenta estos factores, es posible que la economía mundial registre un crecimiento tendencial en la primera parte del año y que la recesión del todo prevista en el mundo occidental se retrase hasta finales de año.
En Muzinich, vigilaremos de cerca los precios del petróleo como variable clave y catalizador de cualquier posible recesión, y es que a medida que el precio del crudo Brent se acerca a los 90 $ por barril estamos empezando a alcanzar niveles que podrían lastrar la actividad, empujar al alza la inflación y activar a los Bancos Centrales. Es importante entender cómo se conforma el precio del petróleo, y cómo afectan la oferta y la demanda, factores clave que intervienen en la fijación del precio del barril Brent, y que contribuyen a su vez a un posible incremento de los datos del IPC.
Por el lado de la oferta, dos grandes componentes para tener en cuenta son el gas de esquisto estadounidense y Rusia. El gas de esquisto estadounidense puede tener un efecto negativo en el precio. El motivo es que, a medida que suben los precios del petróleo, los productores de esquisto, más caros, se ven incitados a aumentar la producción. Los analistas prevén que la producción de esquisto aumente este año, pero será difícil superar las previsiones. Esto se debe al desempleo en el sector del petróleo y el gas, que se mantiene en niveles mínimos históricos, lo que impulsa los salarios al alza junto con un mayor coste de financiación en los mercados de capitales. Combinando este aumento de los costes con la limitada capacidad excedentaria de los equipos de fracturación hidráulica y el descenso de las tasas de producción, parece improbable una sorpresa al alza significativa de la oferta de esquisto. Se espera que el suministro de petróleo ruso disminuya a medida que entren en vigor las restricciones. Esto no ha sido así hasta ahora, ya que a Rusia le interesa maximizar la producción para financiar su maquinaria bélica. Sin embargo, se espera que el embargo de productos petrolíferos que comenzará en febrero de 2023 tenga un mayor impacto en el suministro que las restricciones del crudo iniciadas el año pasado.
En la ecuación del petróleo, el lado de la demanda ha sido uno de los principales factores de la subida de precios desde el pasado mes de diciembre, a medida que los inversores ajustaban sus expectativas sobre la demanda mundial de petróleo. Esto se ha visto impulsado por la reversión de la política de cero COVID de China, una recuperación de la actividad más rápida de lo previsto, la reanudación de los viajes internacionales y la recesión que, hasta ahora, no se ha producido en los países occidentales. Esto podría suponer un aumento de la demanda de 1 millón de barriles diarios (mb/d) en 2023, lo que equivaldría a un incremento de los precios en 16.000 millones de dólares. El componente final más importante para la fijación de los precios del petróleo es la OPEP+, que controla aproximadamente el 50% de la oferta mundial y podría definir su objetivo como el mantenimiento de unos niveles de inventario estables.
La última medida adoptada por la OPEP+ en octubre de 2022 fue recortar la oferta en 2 mb/d. Los precios del petróleo habían caído a cerca de 80 dólares por barril en el periodo anterior a la reunión. Además, las reservas en la Reserva Estratégica de Petróleo de EE.UU. (SPR) están en niveles no vistos en décadas (ver Gráfico de la Semana). La actual Administración de EE.UU. ha anunciado su intención de readquirir reservas de petróleo del tipo West Texas Intermediate (WTI) a un precio comprendido entre 67 y 72 dólares por barril.2 Volver a situar los niveles de reservas de petróleo en la media de los últimos diez años equivaldría a la compra de unos 280 millones de barriles.
Los precios del petróleo se han ajustado a la evolución del crecimiento económico mundial, pero una nueva subida de los precios a partir de ahora podría ir en contra de la economía mundial. La caída de los precios del petróleo aún podría producirse en la segunda mitad de 2023 si el crecimiento económico decepciona, pero la OPEP+ y EE.UU. ya han fijado unos claros marcadores. Lo mejor para los inversores sería que el petróleo se mantuviera en un rango de entre 70 y 90 dólares por barril en 2023.
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