Tasmania tiene mucho de lo que presumir. Más pequeño que Irlanda pero más grande que Suiza, el estado insular australiano es tan espectacular como ambos, gracias en parte a la red de carreteras que atraviesa su interminable paisaje natural.
Porsche avanza en materia de combustibles sintéticos, y Tasmania está jugando un papel importante en los planes de la compañía. Tras el acuerdo firmado con HIF Global LLC, y más concretamente con la subsidiaria HIF Asia Pacific, se ha puesto en marcha un plan para la construcción de una planta de e-fuels, en la isla australiana, a 30 kilómetros de Burnie.
Este centro hará una contribución significativa a los planes de protección climática de Porsche. Se espera que genere hasta 100 millones de litros de e-fuels neutrales en carbono por año, lo que reducirá las emisiones globales de CO₂ en aproximadamente 260.000 toneladas anuales, el equivalente a la descarbonización de 52.000 automóviles. La fábrica también ha sido diseñada para ser neutra en emisiones, y el agua para la electrólisis será extraída principalmente de biorresiduos. “El uso de e-fuels podría ser una forma efectiva de reducir las emisiones de CO₂, de los automóviles de combustión que circulan actualmente”, dice Webber. “Y este es un factor importante para que los conductores hagan la transición a los vehículos eléctricos con el tiempo”.
Gente como Mark Webber, que disfruta de la conducción, asegura que las carreteras de la isla parecen hechas para vehículos deportivos. “El camino es como una cinta que atraviesa estas hermosas colinas”, dice mientras negocia una curva en el Porsche Taycan Cross Turismo 100 % eléctrico. “Y lo mejor es que apenas hay tráfico”.
Es un paraíso para los conductores. La topografía sinuosa de Tasmania es el sitio perfecto para esta mezcla heterogénea de curvas, algo a lo que sin duda, le saca partido el actual embajador de Porsche, y ganador del Campeonato del Mundo de Resistencia FIA (WEC) en 2015.
“En un coche eléctrico tienes disponible el par motor de forma instantánea, por lo que la aceleración es sensacional. Y el Taycan, además, no compromete el confort, sino todo lo contrario, tanto en viajes largos como en recorridos cortos”.
Webber conoce a la perfección este lugar. Durante más de diez años, Tasmania fue el escenario en el que se disputaba la Mark Webber Challenge a lo largo de varios días, todo un desafío para auténticos atletas. Esta agotadora prueba, en la que los participantes se enfrentaban al accidentado terreno de Tasmania, consiguió recaudar más de 2 millones de dólares australianos con fines benéficos, y atrajo a deportistas de todo el mundo. El evento se convirtió en símbolo del impulso, la fuerza y la resistencia de la que Webber hace gala a través de su apodo “Aussie grit” (Resistencia australiana). Es esta mezcla de valores, la que sustenta la exitosa carrera de un piloto que ha logrado nueve victorias en grandes premios de Fórmula 1, y un Campeonato del Mundo de Resistencia.
Si hay una zona de Tasmania donde los conductores necesitan especial arrojo, es Jacob's Ladder, una de las carreteras favoritas de Webber. No solo porque es un lugar pintoresco, sino también porque es un desafío tanto para los vehículos como para quienes se sitúan al volante. “Disfruto mucho conduciendo aquí”, dice con una sonrisa de complicidad. “Guarda algunas similitudes con Montecarlo, e incluso con el circuito de Macao, por sus curvas muy cerradas. Tiene un cierto aire europeo, pero está en Australia”.
La frase célebre Ferdinand Porsche: “Miré a mi alrededor y no encontré el auto de mis sueños, por lo que decidí construirlo yo mismo”.
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