Los judokas paralímpicos españoles viajan este fin de semana hasta Alejandría (Egipto) para disputar el segundo campeonato internacional del año en el que vuelven a aspirar a las medallas.
El equipo de judo que competirá en el 2º Grand Prix de Egipto estará compuesto por la vallisoletana Marta Arce, el aragonés Sergio Ibáñez, y los madrileños Daniel Gavilán y María Manzanero. Serán acompañados por el entrenador Raúl Clemente y la técnica de Judo de la Federación Española de Deportes para Ciegos, Marina Fernández.
La competición arrancará el lunes día 13 de marzo para Arce, Gavilán e Ibáñez, quien debuta este año en un torneo internacional después de no comparecer por lesión hace un mes en Portugal. Cabe recordar que en el país vecino Marta Arce conquistó la medalla de plata y Daniel Gavilán el bronce, demostrando su gran estado de forma.
Al día siguiente (martes día 14) saltará al tatami María Manzanero, quien tratará de revalidar la medalla de oro conquistada en este mismo escenario hace un año en lo que era su debut en un campeonato internacional absoluto.
El objetivo del equipo paralímpico español de judo es seguir compitiendo al más alto nivel para sumar puntos de cara a la clasificación paralímpica de París 2024.
El judo, un deporte con mínimas adaptaciones
El judo es uno de los deportes con menos modificaciones para personas ciegas y sólo es preciso que los combates se inicien con los dos deportistas agarrados. Si se sueltan, el árbitro para con el objetivo de que vuelvan a cogerse.
Actualmente, existen dos categorías de competición, J1 (ciegos) y J2 (discapacidad visual) con mínimas modificaciones entre ellas como el acceso con asistencia al tatami o en cuanto al indicativo de la vestimenta.
Con esta nueva normativa, aprobada tras los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, los judokas J1 y J2 no compiten entre ellos a menos que no haya suficientes participantes, por lo que bajo mutuo acuerdo, pueden hacerlo.
Existen también, algunas otras modificaciones, relativas a la forma de transmitir por parte de los árbitros a los deportistas las señales, ya que no lo podrán hacer por gestos, tal y como se hace habitualmente. Además, en este deporte existe una alta participación de personas con sordoceguera, por lo que la forma de darles los avisos también está adaptada al tacto y recogida en el reglamento.
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