Puesta en escena radicalmente opuesta para las chicas en La Rioja. Mientras que la final masculina fue una especie de juicio express, el proceso de la femenina contó con varias entregas, muchas declaraciones y una decisión muy meditada el juez; en definitiva, un partido más completo y trabajado.
Era un choque inédito esta temporada todavía, con dos de las habituales, Alejandra Salazar y Gemma Triay, y dos que están obligadas a empezar a serlo, Martita Ortega y Bea González, si quieren reducir la brecha con las dos duplas que tienen por delante. Y la central del Super Domo se prendió.
Mucha igualdad tanto desde el saque como desde el resto en los primeros juegos del partido, sin que ninguna de las cuatro fuese capaz de dar un pasito adelante y desnivelar la balanza tan equilibrada que había, lo que convirtió el partido en una especie de ''entente cordial'', un pacto de no agresión, hasta el tie break. Y allí comenzaron las hostilidades.
Porque Martita y Bea no desaprovecharon su oportunidad en el desempate y abrieron la lata, adelantándose en el marcador para dar el primer zarpazo de la final. La muerte súbita fue suya y con ella, el primer set (6-7).
Eso sirvió para encender la mecha de la hasta entonces pareja nº2 del ranking por completo, nada de medias tintas ni arrugarse, todo o nada. Y fue todo. Desde ese preciso momento, fueron creciendo minuto a minuto, juego a juego, la madrileña y la mallorquina, reaccionando con un 2-0 nada más volver a la pista (que se convirtió en un 2-2 con una gran reacción de Martita y Bea) pero que poco después volvería a romperse con varias acciones siempre favorables para las de Rodri Ovide. Rompieron de nuevo la igualdad con dos juegos seguidos y cerraron el set (6-4) para entrar en la batalla final con un punto extra de moral.
Y esa precisamente, la moral, así como quizá también el aspecto físico, fueron las claves para que en el tercer parcial solamente Salazar y Triay fuesen capaces de producir puntos, secando a sus adversarias y dándoles la razón a quienes defienden el mantra de que ''las finales no se juegan, se ganan''.
Un parcial tremendo fabricado con seguridad, temple y muy buena mano fue crucial para el histórico 6-7, 6-4 y 6-1, una remontada que bien vale recuperar el nº1 así como el primer título de World Padel Tour en suelo argentino. Las chicas triunfaron al oro lado del charco y demostraron que también pueden levantar a las gradas. ¡Ah! Y que se lo anote todo el mundo porque no es cifra para que pase desapercibida: Alejandra Salazar ya suma un total de ¡50 títulos! en sus vitrinas. Una cifra más que destacable y que conviene tener muy en cuenta.
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