Precisamente hoy, día en que celebramos el Día del Padre, una fiesta instituida por la iglesia católica en recuerdo de San José, padre de Jesús de Nazaret, se ha planteado la conveniencia de seguir homenajeando a los padres en este día o en sustituirlo por el “día de la persona especial”. Nos encontramos inmersos en una sociedad en la que se celebran días mundiales con cualquier excusa. Les prometo que existen “el día mundial de responder a las preguntas de tu gato”, “el día mundial de saltarse la dieta” o “el día mundial de saltarse los charcos” entre otros muchos. Esto me hace pensar: ¿por qué les molesta a algunos que sigamos rindiendo el suficiente respeto a los sufridos padres que vamos quedando? Por lo menos déjennos un huequecito. Entiendo que las situaciones familiares vayan cambiando. Que los antiguos roles parentales se están alterando. Pero me parece intuir que una buena parte de la humanidad sigue contando con un padre y una madre. Aunque hayan fallecido. Aunque ya no convivas con ellos. En consecuencia, si han sido o son algo importante para ti, no está nada mal que los recuerdes, los visites o los agasajes un día en el año. Desgraciadamente los seres humanos necesitamos una fecha fija para acordarnos de algunos acontecimientos. Llevo ejerciendo el papel de padre desde hace cincuenta y un años. De una manera continuada y regular. Con alternativas mejores y peores. Con un aprobado raspando y algún cate que te obliga volver a empezar. Perdí el mío propio hace más de cincuenta años, pero sigo recordando, cada vez más, su figura. Con sus luces y sus sombras. Pero, sobre todo, le agradezco las cualidades que me inculcó con su ejemplo. Así que no estoy en desacuerdo con que se celebre “el día de la persona especial”, pero que no le quiten a los niños que lo deseen, la oportunidad de preparar ese dibujo, ese canto o ese baile, preparados con amor para su padre. La buena noticia de hoy es que celebramos el día de ese incomprendido varón que ha tenido la osadía de engendrar un hijo, ayudar a su crecimiento, así como a su formación desde un rol difícil y nunca bien valorado. Podrán decir que el padre no ha tenido al hijo en sus entrañas, pero no me negaran que lo mantiene siempre en su corazón. Si no es así no merece ser llamado por ese nombre. La buena noticia de hoy es que conmemoramos el día del padre. Dejadnos disfrutar de algo a los “perversos” hombres.
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