Se atribuye al político estadounidense Hiram Johnson haber acuñado en 1917 la frase de que la primera víctima de una guerra es la verdad. Juan Bautista Alberdi lo descubrió medio siglo antes, cuando su país, Argentina, se vio envuelto en una guerra contra el Paraguay junto al Brasil, entonces una monarquía europea reinante en América.
Alberdi negó en aquel tiempo el carácter civilizatorio de aquella guerra plasmando en libros, folletos y artículos su posición y escribiendo en 1870 su famoso tratado pacifista “El Crimen de la Guerra” que llegó a inspirar discursos de Jaurés.
También se ha dicho que la guerra es la prolongación de la política por otros medios, afirmación que parece comprobarse cuando se desnuda la miserable metodología empleada en ciertas campañas políticas.
Viene al caso este fragmento preliminar antes de mencionar la afirmación del actual candidato a la presidencia del Paraguay Euclides Acevedo, quien vaticinó que luego de las votaciones del 30 de abril en su país, las primeras víctimas serán las encuestas. Estas han arrojado cifras tan antojadizas y enfrentadas, que han caído en el más absoluto descrédito y contribuido al aburrimiento y apatía de la campaña proselitista.
El origen de la situación puede buscarse en la falta de objetividad periodística reinante desde hace mucho en el país, que evidencia una clara posición de los grupos de prensa en favor de sus respectivos candidatos. La militancia en alguna u otra parcialidad de los periodistas es tan notoria que la indiferencia y el desánimo se han instalado entre los votantes.
Escribió un laureado ensayista que cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante. La frase es de mucha actualidad para quienes buscan orientación política en la información que hoy publica la prensa paraguaya.
Si añadimos a lo expuesto que para tomar decisiones políticas primero un elector debe recibirlas, la explicación de la incertidumbre y desinterés ciudadano es obvia. La realidad se pierde distorsionada entre una militancia periodística inspirada y sufragada por grupos empresariales que azuzan a su propia prensa.
Georges Clemenceau había acuñado en uno de sus habituales lapsos de lucidez la frase de que una guerra era un asunto demasiado serio para dejarla en manos de los militares.
En el confuso ambiente de guerra política, estadísticas absurdas, argumentos descabellados y senderos que se bifurcan y se pierden, todo señala que en Paraguay la prensa es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los periodistas. LAW
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