El sargazo, un alga parda que avanza sobre aguas del Atlántico hacia las costas americanas, puede ser beneficiosa en medio del océano, pero bloquea parte de la vida marina junto a las playas y, al despedir un mal olor, genera problemas para el ciclo económico del turismo. Foto: Hayden Billingy/Pnuma
WASHINGTON – Una masa de sargazos, de hasta 13 millones de toneladas y 8000 kilómetros de largo, avanza por el Atlántico hacia el oeste y comenzó a tocar las costas americanas, según ha confirmado la estadounidense Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (Nasa).
“Los principales eventos de acumulación en las playas son inevitables en todo el Caribe y a lo largo de la costa este de Florida (sureste) a medida que el cinturón de sargazos continúa moviéndose hacia el oeste”, dijo Brian Barnes, científico de la Universidad del Sur de la Florida, citado por la Nasa. En casi todas las primaveras y veranos boreales desde 2011, una proliferación gigante de algas marinas, marrones y flotantes, del género Sargassum, se ha formado en medio del océano Atlántico, desde la costa oeste de África hasta el golfo de México, en lo que se conoce como el “gran cinturón de sargazo atlántico”.
En marzo de 2023, utilizando datos de los instrumentos del espectrorradiómetro de imágenes a bordo de los satélites Terra y Aqua de la Nasa, los científicos descubrieron que la cantidad de sargazo que flotaba en este cinturón era la más grande de cualquier marzo que se haya registrado. Los investigadores de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad del Sur de Florida estiman que, en marzo, el cinturón de sargazo acumuló un total de unos 13 millones de toneladas, lo que es una cantidad récord para esta época del año.
“En lo que va del año, la abundancia récord del sargazo se encuentra principalmente en medio del oeste del Atlántico”, dijo Barnes, “pero en otras partes del Atlántico y el Caribe su abundancia sigue siendo alta, en el percentil 75 de las mediciones realizadas entre 2011 y 2022”.
En cantidades dispersas en mar abierto, el sargazo contribuye a la salud del océano al proporcionar hábitat y alimento para tortugas, invertebrados, peces y aves, y al producir oxígeno mediante la fotosíntesis. Pero una cantidad excesiva de esta alga marina cerca de la costa puede dificultar el movimiento y la respiración de ciertas especies marinas. Cuando el sargazo se hunde en el fondo del océano en grandes cantidades, puede sofocar los corales y las praderas marinas.
En la playa, el sargazo descompuesto libera gas de sulfuro de hidrógeno y huele a huevos podridos. Esto tiene el potencial de causar problemas importantes tanto para la ecología marina como para el turismo local, pues son un problema tanto para los bañistas como para los negocios a la orilla de las playas.
El Sargassum es un género de macroalgas que pueden crecer en varios metros, son pardas o verde negruzcas, y algunas especies tienen vesículas llenas de gas para mantenerse a flote y promover la fotosíntesis.
Las manchas de sargazos que se desplazan hasta las costas del Atlántico occidental y el Caribe pueden ser pequeñas como una cancha de fútbol o medir más de dos kilómetros cuadrados.
En el verano boreal de 2018 se observó una abundancia récord de 20 millones de toneladas métricas para el mes de julio, lo que causó estragos en las costas del Atlántico tropical. Aunque la causa de este crecimiento no está clara de inmediato, en estudios anteriores los investigadores encontraron que los aportes de nutrientes de los fertilizantes y otras fuentes se correlacionan con una mayor proliferación.
Los cambios en los patrones de circulación oceánica también son un factor influyente porque el sargazo crece más rápido cuando las temperaturas de la superficie del mar son normales o más frías que el promedio.
La densidad del sargazo normalmente alcanza su punto máximo en junio o julio, pero los científicos estiman que con las señales de marzo la proliferación en 2023 podría ser la mayor jamás registrada. El tiempo y la ubicación exacta de las llegadas de las masas de sargazos a las distintas costas americanas son difíciles de predecir, pero ya cruzan el Caribe y arriban a las costas de la península de Yucatán en México, al norte de América Central y al sur de Florida.
A-E/HM - Fuente: IPS
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