Activistas de Amnistía Internacional protestan contra la deportación de haitianos y el racismo frente al Capitolio en Washington. Estados Unidos, República Dominicana y otros países del hemisferio practican la deportación masiva de personas haitianas sin considerar adecuadamente casos individuales, deplora un comité de la ONU. Foto: AI
GINEBRA – El Comité de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación Racial ha solicitado a los países de América que suspendan los retornos forzosos y protejan a los haitianos en tránsito, después de que 36.000 personas de ese origen fueran deportadas durante los tres primeros meses de este año.
Bajo su procedimiento de alerta temprana y acción urgente, el Comité se declaró alarmado por las expulsiones colectivas de haitianos sin evaluación adecuada de las necesidades de protección de cada caso individual, incluidas mujeres embarazadas, recién nacidos, niños no acompañados y víctimas de trata y violencia de género.
También expresó su grave preocupación por las denuncias de que las personas de origen haitiano son víctimas del uso excesivo de la fuerza, tratos crueles, inhumanos y degradantes, y discriminación racial por parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley de algunos Estados partes de la región de las Américas.
Casi todos los Estados del hemisferio –con Dominica y Granada rezagados- son partes de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, adoptada por las Naciones Unidas en 1965.
El Comité, conocido como Cerd por sus siglas en inglés, es el órgano de expertos independientes que supervisa la aplicación de la Convención, y trabaja bajo el paraguas del Comité de Derechos Humanos de la ONU en esta ciudad suiza.
Su declaración alertó sobre presuntas violaciones de derechos humanos y abusos contra haitianos en tránsito en las fronteras, en los centros de detención de migrantes, así como a lo largo de las peligrosas rutas migratorias en la región de América.
Ello es “resultado del estricto control migratorio, la militarización de las fronteras, las sistemáticas políticas de detención migratoria y los obstáculos a la protección internacional en algunos Estados”, del hemisferio, según el Cerd.
Dichos obstáculos expusieron a estos migrantes a “ataques a su vida y seguridad, asesinatos, desapariciones, actos de violencia sexual y de género, y trata por parte de redes criminales”, advirtió. Según informes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de enero a noviembre de 2022 casi 22 000 haitianos fueron repatriados, y Estados Unidos repatrió a casi 15 000 de ellos.
La escala de expulsión se está expandiendo rápidamente este año. Cifras de la OIM muestran que 36 000 personas de origen haitiano fueron repatriadas por aire, tierra y mar de enero a marzo, de las cuales aproximadamente 90 % fueron deportadas de la vecina República Dominicana.
Otros países del Caribe, como Bahamas y las británicas Islas Turcas y Caicos, han anunciado medidas enérgicas contra los inmigrantes haitianos indocumentados.
En enero, y luego el 27 de abril, Washington adoptó nuevas políticas fronterizas para permitir las expulsiones aceleradas a México de inmigrantes haitianos y otras personas que cruzan la frontera sur de Estados Unidos.
“Ante la calamitosa situación en Haití, que actualmente no permite el retorno seguro y digno de los haitianos al país, como señaló el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos”, el Comité “llama a poner fin a las expulsiones colectivas de haitianos sobre la marcha”, reza la declaración.
Demanda en cambio evaluaciones de cada caso individual para identificar las necesidades de protección, de acuerdo con el derecho internacional de refugiados y derechos humanos, con especial atención a los grupos más vulnerables.
También solicitó a los Estados partes americanos que investiguen las denuncias de uso excesivo de la fuerza, trato cruel, inhumano y degradante y discriminación racial contra los haitianos, así como otras denuncias de violaciones y abusos de los derechos humanos cometidos por actores estatales y no estatales.
Esos abusos se verificarían en las fronteras, los centros de detención de migrantes y a lo largo de las rutas migratorias, y el Comité aboga por sancionar a los responsables y brindar rehabilitación y reparación a las víctimas o sus familias.
El Cerd pidió además medidas para prevenir y combatir la violencia xenófoba y racista y la incitación al odio racial contra las personas de origen haitiano, y condenar públicamente el discurso de odio racista, incluidos los pronunciados por figuras públicas y políticos.
También organizaciones humanitarias como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han sostenidos denuncias de maltratos, abusos, discriminación y racismo contra los migrantes haitianos, y han demandado, especialmente a Estados Unidos y República Dominicana, detener las deportaciones arbitrarias.
A-E/HM - Fuente: IPS
|