En mi opinión de simple lector colombiano, esta maravillosa y descarnada obra: “SIN AFÁN NI OLVIDO”, no es una novela ni un buen relato de ciencia ficción, tampoco el resultado de una mente caliente e ideologizada fraguando estrategias para desacreditar a un militar, a un puñado de ellos, a un ejército o a un sistema político. Por el contrario, como bien lo podrían interpretar y asimilar a sus contextos los lectores de otros países parecidos a la ‘Concordia’ de esta historia, lo que encuentro en estas páginas es una narrativa real y dura, contada deliciosamente a pesar del horror y la barbarie que encierra, de situaciones y hechos aberrantes que ocurrieron y seguramente siguen ocurriendo, espero que con menor intensidad, en un país subcontinental, subdesarrollado y violento llamado ¡Colombia!, aunque el autor, para esta otra narración, también usó la figura, tan suya, de la transfiguración literaria.
A riesgo de ser reiterativo, ya que en el pasado y a propósito de un conversatorio sobre otra obra de Wilson Rogelio Enciso, expresé algo similar, esta nueva novela solo podía ser escrita por alguien con los atributos, características, preparación académica y experiencia del autor. En Efecto, a mi juicio, en Wilson Rogelio confluyen gran conocimiento y experticia para describir de manera milimétrica y en el lenguaje de estas perversas cofradías enquistadas en la milicia nacional de este país tropical y macondiano, la capacidad que solo puede ser desarrollada por una persona que ostenta en su récord haber sido un militar íntegro, graduado en Ciencias Políticas y Administrativas de una reconocida universidad (la ESAP), profesor, asesor y poseedor de una inteligencia sencillamente brillante.
Seguramente, en Sin afán ni olvido, algunos no entenderán el cítrico mensaje de protesta y censura que plasma el autor contra una degenerada y mal concebida doctrina de defensa de la democracia y de la institucionalidad. Mensaje acompañado con una insondable sensibilidad social, tal como corresponde a un administrador público formado en profundos valores humanistas. Sin embargo, tengo la esperanza de que muchos más entenderán el hilo complejo de la corrupción, llevada al extremo en instituciones creadas precisamente para ser garantes de la democracia. Por eso mismo y con posterioridad a la culminación de esta obra, pareciera haberse descubierto que en ese país subcontinental existían muchos personajes reales como Lisandro, quienes, afortunadamente, fueron retirados del servicio activo. Medida que no implica que, desde sus cómodas asignaciones de retiro, sigan atentando contra las aspiraciones de superación de la aberrante desigualdad social que nos asfixia y subyuga.
¿Realidad o ficción?
No quiero terminar estas líneas sin expresarle al autor las preocupaciones que me embargan por su seguridad al atreverse a plasmar esta radiografía tan verosímil de la realidad, reitero, en mi asimilación literaria, sobre Colombia o cualquiera otro país en condición ‘subcontinental’. Sin embargo, sé que la grandeza de su pluma, aunada con su incuestionable vocación democrática no se dejarán acallar. (Sic itur ad adstra).
En el siguiente enlace Wilson Rogelio Enciso presenta su novela ‘Sin afán ni olvido’: https://youtu.be/nr7e2XFZQCw
Sobre el autor de este artículo:
Carlos Fernando Ortiz Gómez muestra la portada de la novela 'Sin afán ni olvido' del escritor colombiano Wilson Rogelio Enciso. Foto/Cortesía
Carlos Fernando Ortiz Gómez (Colombia). Es profesional en Administración Pública y Derecho (abogado). Magíster y experto en Desarrollo Rural y agrícola. Asesor del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura (Inpa), Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA, organismo internacional adscrito a la OEA), Secretario General y Director Ejecutivo de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (AGROSAVIA) entre otros cargos, además de docente universitario. Actualmente se desempeña como Árbitro de la Bolsa Mercantil de Colombia.
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