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El sesgo de efecto de laguna de exposición y el sesgo de atención

​Las redes sociales y su marketing proyectan a los usuarios su particular contenido en una nueva modalidad del mito de la caverna de Platón: el mito de la caverna digital
Antoni Leiva Aguilera
jueves, 22 de junio de 2023, 11:22 h (CET)

¿Qué tienen en relación el sesgo de efecto de laguna de exposición y el sesgo de atención? Ante el análisis de estos dos sesgos cognitivos, conviene definirlos previamente a los efectos de poder partir desde una perspectiva conceptual y clarificadora.


El sesgo de atención es la predisposición a fijarse de manera preferencial en los estímulos emocionalmente o significativamente relevantes. Por otro lado, el sesgo de efecto de laguna de exposición es la tendencia a expresar apetencias por elementos que nos son familiares.


Una primera aproximación que conecte ambos conceptos es afirmando que el sesgo de efecto de laguna de exposición puede favorecer la aparición del sesgo de atención. ¿Por qué? En la medida que a un sujeto le puede atraer de manera preferencial lo familiar, lo conocido, y en definitiva, aquello con lo que ya ha tenido una vivencia o experiencia anterior; fácilmente puede suponer un estímulo emocionalmente relevante para él, y en consecuencia, centre su atención.


A modo de ejemplo, si una persona juega con cierta regularidad a tenis de mesa, y deambula cerca de un parque en el cual unos individuos están jugando un torneo de este deporte, comportará: primero, que la persona reciba información acerca del acontecimiento de un torneo; segundo, que al ser algo familiar o conocido, muestre su atención en ello; y tercero, que en ese proceso de observación y enfoque se produzca el deseo por jugar. Ergo, el efecto de laguna de exposición está fomentando el sesgo de atención.


Si la persona nunca hubiera jugado a tenis de mesa ni hubiera sentido jamás interés por practicar este deporte, probablemente no se hubiera fijado en ello. En la medida que el tenis de mesa no fuera encuadrable bajo el sesgo de efecto de laguna de exposición, el sesgo de atención probablemente no se activaría. Quizás el sesgo de atención hubiera actuado ante otro hecho u objeto, como por ejemplo si el punto de fijación fuera el de unos sujetos jugando a la petanca, si imagináramos que lo familiar o común para la persona fuera eso y no el tenis de mesa. Así pues, el sesgo de efecto de laguna de exposición es personalizable, y por lo tanto, activa el sesgo de atención ante elementos encuadrados en un sujeto.


El sesgo de efecto de laguna de exposición no es el único motivo por el cual puede activarse el sesgo de atención. Por ejemplo, si una persona que conduce su vehículo está observando un automóvil que acelera hacia él con el riesgo de chocar, el sesgo de atención se activará. En este caso, el instinto de supervivencia es el motivo por el cual sucede lo mencionado. Por lo tanto, la correlación entre el sesgo de efecto de laguna de exposición y el sesgo de atención es clara, pero no se trata de un binomio con una causalidad cerrada y excluyente a otros factores.


Una pregunta pertinente es: ¿Qué consecuencias pueden haber bajo la combinación de ambos sesgos? Fundamentalmente perder capacidad de perspectiva, alejarse de la neutralidad, e incluso potencialmente poder llegar a defender posturas extremistas. La justificación de esto es la siguiente: si el sesgo de efecto de laguna de exposición nos encuadra elementos que nos son familiares o cercanos, y esos se activan bajo el sesgo de atención, nuestra mirada hacia la realidad estará por supuesto sesgada. Básicamente, estaremos poniendo nuestra atención al servicio de la fragmentación e incluso del reduccionismo.


Para ejemplificarlo, una persona que ideológicamente se siente socialdemócrata, siéndole por lo tanto familiar este espectro ideológico, mostrará su atención con rapidez -al ser significativo para ella- al visualizar contenido relacionado. De este modo, si el sesgo de atención se rige principalmente por estos elementos significativos o emocionalmente relevantes, el sujeto potencialmente puede alejarse de consumir el contenido de otros espectros ideológicos.


Lo anterior no significa que la combinación de estos dos sesgos analizados derive irremediablemente a no poder contemplar otras perspectivas o posturas ideológicas -en relación al ejemplo mencionado-. No obstante, si acontece la automatización de este tipo de secuencias descritas, el resultado será el de posiciones opuestamente neutrales.


Asimismo, si ponemos el foco en la configuración de las redes sociales y las estrategias de marketing aplicadas, se puede apreciar cómo combinan exactamente estos dos sesgos: el usuario consume unos contenidos que le son familiares, la plataforma muestra nuevos contenidos de la misma temática -tema encuadrado bajo el sesgo de efecto de laguna de exposición-, esto supone un estímulo que atrae al usuario -sesgo de atención-, y lo más probable es que la persona consuma ese nuevo contenido aparecido. Esto es, las redes sociales y su marketing proyectan hacia los usuarios su personalizado o particular contenido -como si sombras fueran- en una nueva modalidad del mito de la caverna de Platón: el mito de la caverna digital.


Así pues, es relevante estar a disposición de leer o tratar contenidos nuevos e incluso divergentes a nuestras ideas más recurrentes, no dogmatizar nuestros posicionamientos, buscar contenido que no nos sea familiar, ejercer el pensamiento lateral, y sobre todo que el espíritu crítico guíe nuestras lecturas, reflexiones y acciones. ¿Por qué? Porque de manera contraria, los sesgos cognitivos de efecto de laguna de exposición y de atención dominarán a nuestro ser.

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