Explotación de litio en un salar boliviano. Entre Chile, Bolivia y Argentina reúnen más de la mitad de las reservas mundiales de ese mineral, insustituible, hasta ahora, para la producción de las baterías que utilizan los automóviles eléctricos y otros productos de alta tecnología, por lo que la Cepal recomienda adoptar políticas y normas que conduzcan a una más provechosa y sustentable explotación del recurso. Imagen: YLB
SANTIAGO – Los países productores de litio en América del Sur deben desarrollar una estrategia para el aprovechamiento industrial de ese recurso, indispensable en la producción de baterías que posibiliten la transición energética en el mundo, planteó un estudio de la Cepal divulgado este jueves 6.
Esas políticas para una agenda productiva de ese metal y su industrialización se requieren principalmente para el llamado “triángulo del litio”, de Argentina, Bolivia y Chile, que concentran 56 % de las reservas mundiales del recurso, indicó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Políticas y normas deben favorecer “la creación de bienes públicos, el desarrollo de capacidades e infraestructuras blandas y duras, y la movilización y direccionamiento de los recursos necesarios”, resalta el informe “Extracción e industrialización del litio. Oportunidades y desafíos para América Latina y el Caribe”.
El principal uso actual del mineral está en las baterías de iones de litio, preparadas para almacenar energía de alta densidad y se utilizan en vehículos eléctricos, productos electrónicos, juguetes, herramientas eléctricas, auriculares inalámbricos, electrodomésticos y sistemas de almacenamiento de energía eléctrica. También se le utiliza en teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles, robots industriales y otros equipos de producción.
El informe examina el papel de los países productores de la región en la cadena de valor global de las baterías de iones de litio, así como los regímenes de gobernanza, normativo y fiscal que determinan el funcionamiento de la explotación del mineral.
Destaca esa característica, de ser insustituible, hasta ahora, para la producción de las baterías de iones de litio, tecnología clave para la descarbonización del transporte y el almacenamiento de energía generada a partir de fuentes renovables.
“Por tanto, tiene posibilidades de contribuir al desarrollo económico de los países mediante un impacto positivo a partir de una mayor creación de valor, es decir, del aumento del producto, de las exportaciones, del empleo y de la recaudación fiscal”, apunta el informe.
Junto con los vastos recursos en el “triángulo”, existen yacimientos menores en Brasil, México y Perú, elevando los recursos de litio encontrados en la región a casi 60% de los recursos mundiales.
La Cepal destaca que el combate al cambio climático, con vistas a la transición hacia energías renovables y la electromovilidad, es el principal motor que hace disparar la actual y futura demanda por litio, pudiendo multiplicarse por 42 en 2040, de acuerdo con el escenario de desarrollo sostenible de la Agencia Internacional de Energía.
En 2021, Australia, con 5,7 millones de toneladas en reservas de mineral de litio, produjo 55 000 TM, seguida por Chile, que tiene las mayores reservas del planeta, 9,2 millones de toneladas, y extrajo 26 000.
China, con 91,5 millones de toneladas, extrajo 14 000 TM, y luego se ubicaron dos productores sudamericanos: Argentina (2,2 millones de TM), que produjo 6200 toneladas, y Brasil, con 95 000 TM de reservas y una producción de 1500 toneladas.
El precio del carbonato de litio que se emplea en las baterías de los autos eléctricos ascendió desde 10 000 dólares la tonelada a comienzos de 2021 hasta los 84 000 dólares en el mercado chino en el último trimestre de 2022.
En lo que va de 2023 el precio se ha reducido a la mitad (42 500 dólares), lo que se atribuye a un incremento de la oferta y una desaceleración en la venta de vehículos eléctricos.
Al margen de esos vaivenes, el documento de la Cepal recuerda que actores como China, Estados Unidos y la Unión Europea, lideran la electromovilidad y cuentan con políticas que buscan asegurar el suministro de minerales considerados críticos para la transición energética.
El texto advierte que si bien el contexto de transición energética y la expansión de la electromovilidad presentan oportunidades, también ponen desafíos a los países de la región ricos en recursos de litio. La región tiene una participación importante en la primera etapa de la cadena de valor de las baterías de litio (extracción, procesamiento), pero en las etapas de producción de precursores, cátodos, ánodos, celdas y baterías, son China, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y Europa quienes las lideran.
Por ello, las posibilidades más inmediatas para la región están en la extracción y refinamiento del litio: crecimiento de las exportaciones, generación de empleo, incremento de la recaudación fiscal y creación de eslabonamientos productivos aguas arriba (insumos y equipos para la exploración y explotación).
Una mayor participación de la región en los segmentos aguas abajo (los procesos productivos que usan o consumen el litio como insumo) de producción de celdas y baterías de ion litio estaría íntimamente vinculada al desarrollo de una industria de vehículos eléctricos de gran escala en la región. Ello requeriría financiamiento elevado, acceso a otros minerales considerados críticos, y competencias humanas y tecnológicas.
Por otro lado, la extracción de litio tiene desafíos de naturaleza socioambiental: consumo de agua en los procesos extractivos en zonas que enfrentan alto estrés hídrico, y el impacto sobre la biodiversidad y las actividades tradicionales de grupos sociales que habitan los salares, desde donde se extrae mayoritariamente el recurso.
Para eso, la industria del litio requerirá de regulaciones y estándares más estrictos, que aseguren la sostenibilidad de la actividad, puntualiza el informe.
En consecuencia, las directrices de la Cepal incluyen la necesidad de asegurar que normas y estándares incluyan las mayores exigencias de la sociedad, una adecuada gestión de los conflictos socioambientales, y mayor transparencia y participación ciudadana.
El texto también ofrece consideraciones acerca de mejoras en los regímenes fiscales, y resalta finalmente el potencial y la necesidad de cooperación e integración regional, para hacer prosperar una agenda conjunta de agregación de valor y encadenamientos productivos asociados al litio en América Latina y el Caribe.
A-E/HM - Fuente: IPS
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