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¡Liberales de España, uníos!

​Angel Jose Gonzalez Herrero, Madrid
Lectores
lunes, 14 de agosto de 2023, 09:20 h (CET)

Tras las purgas de liberales de Vox y PP, ¿es el momento en España de organizar un partido liberal con peso político? ¿Quiénes podrían formarlo y con que valores, propuestas y relato de consenso?


La marcha de Vox de Ivan Espinosa de los Monteros certifica la defunción de la corriente 'liberal' del partido, dominado ya totalmente por la facción falangista, opusiana y ultranacionalista, a la deriva con el populismo como bandera buscando el voto obrero y de clase baja o media-baja al estilo Le Pen. Un R.I.P por Vox.


La lista de liberales prófugos o expulsados de la política en los últimos tiempos es extensa. Ciertamente, liberalismo y política, salvo bellas excepciones, nunca hicieron buenas migas en España, país que siempre fue de curas, carlistas, socialistas y comunistas. Realmente, el liberalismo no existe hoy en la política española. En Vox, ya no quedan; en el PP pintan muy poco salvo una gran excepción en Madrid; en el nacionalismo periférico acaba de haber un intento liberal con el PDeCAT y no sacaron ni un diputado; el P-LIB -Partido Libertario-, presidido aun por Juan Pina, sigue siendo un proyecto desconocido que ni siquiera se ha presentado a estas generales; y de Ciudadanos, mejor no hablamos.


¿Tiene sentido entonces pensar en la formación de un nuevo partido político o corriente con mano y peso dentro del PP y que aglutine a los liberales españoles que andan perdidos con o sin partido? Pese a las purgas de liberales en el PP, aún no han sido tan intensas como en Vox. Feijóo mantendrá algunos rostros liberales en el Congreso, y dados los resultados de las elecciones generales, está necesitado de ensanchar el espectro político y contar con nuevos apoyos. Es cierto que sería poco creíble que Feijóo impulsara ahora una corriente liberal en el PP ya que es un tibio socialdemócrata y su equipo está formado por gente del ala democristiana y centrista del partido, pero cosas mas extrañas - se cuentan por decenas de miles- se han visto en política.


Entre los purgados de las listas de Vox a las pasadas elecciones generales se encuentran Ruben Manso, gurú económico del partido hasta ayer, el conocido parlamentario Víctor Sanchez del Real, y la 'pibón eco-friendly' Mireia Borrás. Otros insignes 'liberales' que no han conseguido ser reelegidos diputados esta vez son Francisco Jose Contreras, Víctor Gonzalez e Ines Cañizares. En la lista 'liberal' podríamos incluir también a Jose Luis Sanchez, ex presidente de Vox en Madrid, y hoy en el destierro y en la oposición interna aun.


En el caladero de otros partidos también se podría pescar para la causa liberal a políticos con mucho renombre. Dentro del PP tenemos a Daniel Lacalle, gurú económico del PP al que sacan en la foto a ratos; Consuelo Álvarez de Toledo, que será diputada por Madrid en esta legislatura; Javier Fernández-Lasquetty, Consejero de Economía y Hacienda de Ayuso hasta hace unas semanas; Esperanza Aguirre, hoy alejada de la estructura de poder pepera; Isabel Diaz Ayuso, la única 'liberal' con tracción electoral hoy en dia; y otros recientes ex diputados o cargos medios como Mario Garcés y Víctor Piriz, excluidos de las listas tras decir que había que pactar con Vox; Paloma Gázquez, cabeza de lista en Asturias en 2019, que mostró su afinidad con el liberal "Club de los Viernes" y que fue purgada también; y Diego Gago, ex presidente de Nuevas Generaciones del PP, ex diputado por Pontevedra y declarado 'liberal', purgado y sin noticias de él. No me resisto a dejar de mencionar a Pablo Casado y a parte del equipo que tenía, tan liberal él como mediocre líder político, que aunque solo sea por el hecho de haber citado a Friedrich Hayek en el congreso como argumento de autoridad, ya merece mi respeto.


De la comunidad socioliberal procedente del autoliquidado Ciudadanos, podríamos citar al gran Girauta, a la recientemente prófuga Ines Arrimadas y a Albert Rivera - den por hecho que algún día volverá -, entre otros. Procedían de una socialdemocracia nacionalista española defendida a fuego en Cataluña, y reconstituida después en partido nacional que no se supo casi nunca que quería ser de mayor. Y cuando se supo, la sociedad española los abandonó.


A buen seguro que faltan muchos nombres, y a bun seguro que muchos de los citados no se les puede calificar estrictamente de liberales, ni en su concepción clásica ni en la más moderna del término, pero sí podrían compartir valores y rasgos ideológicos comunes y poco utilizados en la política de hoy como los siguientes:


- Defensa real de las libertades individuales frente al colectivismo imperante;


- Reducción progresiva del tamaño, peso y funciones del Estado y por ende de los impuestos y del enorme esfuerzo fiscal y brutal deuda pública que soportamos


- Como consecuencia del punto anterior: el desarrollo de la sociedad civil, del asociacionismo de todo tipo (vecinal, laboral, de consumo, cultural, filosófico, etc)


- Reducción de la hipertrofia burocrática y regulatoria que nos asfixia e impide tantas veces cuando no sepulta el desarrollo empresarial y la generación de riqueza


-Defensa de la igualdad jurídica efectiva entre todas las personas, hombres y mujeres, pilar fundamental del liberalismo gracias al cual se han desarrollado las libertades que aún disfrutamos, hoy en serio riesgo


- Fin de los privilegios de grupos, lobbies, regiones o colectivos que fueron otorgados por el Estado ayer, hoy y siempre, o por previas comunidades políticas, entre los que se encuentran sindicatos, organizaciones empresariales, equipos de fútbol, fueros (estos mejor para todos, no solo para algunos), cupos, conciertos y tantos otros.


En relación al cambio climático, la postura liberal tendría perfil propio. No sería negacionista, pero si parcialmente revisionista y crítica de la postura mainstream, abriendo el debate al resto de factores, más allá del antropogénico, que lo pueden estar causando, y denunciando el interés político y económico que está detrás de la narrativa climática del fin del mundo, así como el ritmo de y una serie de decisiones


Sobre el asunto de la inmigración, el globalismo y la multiculturalidad la diferencia con Vox sería importante. Nada de populismo en este terreno. Un liberal debe estar abierto a la llegada de extranjeros, sean de donde sean, que aporten a la comunidad y se integren razonablemente, respetando las leyes que nos hemos dado. Nada de estigmas y especial respeto por los inmigrantes menores de edad. Se criticaría el globalismo, entendido como movimiento táctico de una élite mundial con intereses pero no como una realidad - los problemas globales que afectan al planeta y a la sociedad mundial - que todos debemos afrontar y aportar soluciones propias.


Con el feminismo, la postura sería diáfana: rechazo frontal del feminismo colectivista, la política de cuotas y el sesgo ideológico hembrista supremacista, asi como del movimiento queer y sus desvaríos. La propuesta liberal seria la consecución efectiva de la igualdad jurídica de hombres y mujeres, así como el máximo respeto a las decisiones y orientaciones sexuales de las personas, sean cuales sean, entendidas como decisiones individuales.


Creo que un país no puede progresar sin una propuesta liberal organizada con voz y peso en la sociedad. Ahora que todos los partidos se han puesto de acuerdo en echar o arrinconar a todos sus 'liberales', quizá es el momento de que unan sus fuerzas. No apuesto por ello, la verdad. Tampoco creo que si se acabara haciendo algo así, diera resultados efectivos; la política no deja de ser el arte de apuñalar profundo al rival, y mas profundo aun si es tu compañero de partido. En todo caso, supongo que siempre es mejor que tu carcelero sea simpático y tengas alguna afinidad con él, antes de que sea un perfecto hijo de mala madre. Asi que, pues, ¡Liberales españoles, uníos!

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